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-Llegaron para cumplir con las exigencias ambientales, y ahora hasta se producen en este país.
-De ser una moda, pasaron a ser bien calificados por los inversionistas.
José Antonio Durán
Los vehículos eléctricos e híbridos llegaron para quedarse en México, ya que rebasaron las propias expectativas de las marcas. Durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, una Diputada de la oposición argumentó que ningún vehículo con motores de 6 u 8 cilindros debería circular en este país, ya que no cumplía con los limites de emisiones contaminantes ni con los consumos combustible establecidas por las autoridades; y en efecto así era.
Sin embargo, el secretario del Medio Ambiente de aquel entonces, Juan José Guerra, lo resolvió de una manera muy sencilla, de tal forma que el promedio de consumo y emisiones contaminantes debería ser por marca y no por modelo.
Con ello las marcas empezaron a ofrecer modelos con motores muy pequeños y con bajos consumos de combustible, a efecto de cumplir con las exigencias ambientales, y para reforzar esta esta estratega, iniciaron con la comercialización de vehículos híbridos, lo que se vio reforzado con las contingencias ambientales en las grandes ciudades de este país, en el que prácticamente dejaban de circular todos los vehículos que no tuvieran 00 cero, sin importar si era un Ferrari o un blindado, lo que afectó a mucha gente, inclusive a los vendedores de los tianguis.
La realidad es que empezaron a presentarse varios movimientos de manera paralela; la carrera entre las marcas por desarrollar vehículos eléctricos se ha dado de manera intensa, al grado que prácticamente firma automotriz que no tiene uno eléctrico u híbrido, se está rezagando.
Así es que las automotrices que tenían la mayor gama de modelos híbridos y a buenos precios, empezaron a ganar la carrera, como fue el caso de Toyota y Nissan (lamentablemente Honda dejo de ofrecer éstos justo en el momento de la mayor demanda).
Automotrices en general que empezaron a mostrar sus desarrollos de eléctricos e híbridos, simplemente para demostrar sus capacidades. Y si bien en sus estudios de mercado, ningún consumidor tenía en la mente la compra de un eléctrico o un híbrido, las marcas decían que era el momento de crear necesidades.
De manera paralela, los inversionistas daban una excelente calificación en sus inversiones a aquellas marcas que se preocupaban por el medio ambiente, como fue el caso de Tesla, y ahora la carrera por ofrecer vehículos con un mayor de autonomía en sus baterías, está a la orden del día.
Así es que aquellas marcas que empezaron a mostrar sus eléctricos e híbridos, se dieron cuenta que eran más que una moda, eran una necesidad y exigencia del consumidor mexicano y a nivel mundial.
Por lo anterior, las automotrices aceleraron la oferta de éstos, al grado de iniciar la producción de varios de ellos en México, como es el caso de BMW en su planta de San Luis Potosí. Por otra parte, Toyota por ejemplo tiene una versión híbrida en cada una de la gama de sus modelos.
Ciertamente la oferta de eléctricos son para consumidores con un alto poder adquisitivo, porque todavía son altos sus precios, mientras que los híbridos son mucho más asequibles en sus precios.
Por otra parte, está claro que en México tiene y tendrá más demanda en los híbridos, no solo por los precios de los eléctricos, sino también por la falta de infraestructura en las estaciones de recarga. Y no se diga de los modelos de combustión interna, que seguirán con la mayor demanda.
Sin embargo, la marca Kia, recientemente presentó al mercado nacional su más reciente modelo eléctrico, el EV6 que por sus características, su precio rondará el millón de pesos, y con el que competirá en el segmento Premium con marcas como Volvo.
De hecho, México es uno de los mercados más importantes en el consumo de modelos de Edición Limitada o Exclusivos, con los niveles de equipamiento más altos. Y en materia de híbridos y eléctricos no es la excepción.
Modelos que prácticamente solo están en Norteamérica, Europa, Japón, Corea del Sur y China, pero no así en Centro o Sudamérica. Así es que las tecnologías están disponibles, pero aún faltan los recursos para hacerse de uno de ellos.