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Dra. Luz María de la Mora
Non-resident Senior Fellow, Atlantic Council
El 1 de julio se cumplen tres años de la entrada en vigor del Tratado México, Estados Unidos, Canadá (TMEC). ¿Qué balance podemos hacer de este periodo que ha coincidido con el auge en la restructuración de cadenas de suministro y cuáles son los próximos desafíos para que México maximice los beneficios de formar parte de este Tratado?
Al observar los datos comerciales vemos un creciente intercambio de México con sus socios en América del Norte de tal forma que México se ha convertido en el primer socio comercial de los EEUU y el tercero de Canadá. Según cifras de EEUU, el comercio México-EE.UU. pasó de 612 mil millones de dólares (mmd) en 2019 (año previo a la entrada en vigor del T-MEC) a casi 780 mmd en 2022, un incremento de 21.5%. Con Canadá también se observa un crecimiento de 12.3% entre 2019 y 2022 al pasar de 33.4 mmd a más de 38 mmd. En lo que se refiere a inversión extranjera directa, entre 2020 y 2022, México recibió alrededor de 50 mmd de los EEUU y 10 mmd de Canadá, lo que ha contribuido a impulsar los flujos comerciales y a consolidar la integración productiva.
La entrada en vigor del T-MEC coincidió con el inicio de la pandemia del COVID19 y la necesidad de restructurar las cadenas de suministro para, entre otras cosas, reducir su vulnerabilidad. Ello ha llevado a que el Tratado haya adquirido una mayor relevancia pues éste ofrece un conjunto de reglas para los operadores económicos en América del Norte que facilitar que se dé esa relocalización de cadenas productivas hacia la región. Asimismo, la decisión de la administración Biden de diversificar sus cadenas de suministro y reubicar la producción de terceras regiones hacia América del Norte para reducir los riesgos que conllevan una profunda vinculación comercial y de inversión con China han elevado el valor del T-MEC. ¿En dónde están los principales ganadores en estos flujos comerciales? Sin duda, el T-MEC y la restructuración de cadenas de suministro han impulsado la participación de México en las cadenas de suministro en América del Norte. México ha incrementado sus exportaciones en sectores líderes que florecieron como resultado de la integración productiva que se dio al amparo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que el T-MEC remplazó a partir del 1 de julio de 2020. Veamos algunos ejemplos concretos en donde se observan crecimientos superiores a los dos dígitos. En primer lugar, está el sector de vehículos de transporte (capítulo 87 de la Tarifa), donde las exportaciones de México a la región norteamericana pasaron de 87.7 mmd en 2020 a más de 118.5 mmd en 2022, un crecimiento de casi 26%. Sólo este sector representa alrededor de 25% de las exportaciones totales de México hacia América del Norte. Un segundo sector, es el de maquinaria y equipo (capítulo 84 de la Tarifa) donde, entre 2020 y 2022, observamos un crecimiento muy significativo de 27.6% al pasar de ventas de 68,400 millones de dólares (md) a casi 94,500 md.
En tercer lugar está el sector de máquinas, aparatos y material eléctrico (capítulo 85 de la Tarifa) que incluye computadoras, teléfonos celulares, circuitos integrados y televisores, entre otros. En este sector México exportó a América del Norte productos por casi 87,400 md en 2022, un incremento de 24.3% con respecto a 2020 cuando estas exportaciones ascendieron a 66,200 md.
Otros sectores que destacan por su dinámico crecimiento son las manufacturas de fundición, de hierro o acero cuyas exportaciones crecieron casi 40%, las de plástico y sus manufacturas que aumentaron 32%, prendas de vestir se incrementaron casi 31% o el sector de muebles que expandió sus ventas a la región en casi 28.5%.
Asimismo, también vemos crecimientos significativos en el sector agropecuario. Por ejemplo, el sector de frutas incrementó sus ventas más de 25% entre 2020 y 2022 y el de preparaciones alimenticias casi 33%, por destacar algunos.
Tanto el T-MEC como las políticas impulsadas desde los EEUU para restructurar cadenas de suministro teniendo a México como un socio clave pueden explicar este aumento sustancial en sus flujos comerciales y de inversión, motores clave para el crecimiento económico. Aun cuando estas son buenas noticias y reflejan la oportunidad para impulsar nuestro crecimiento, México aún tiene importantes pendientes para asegurar que esta tendencia se afiance en la economía mexicana. La encuesta de Banco de México sobre cadenas de suministro de 2022 encuentra que el principal desincentivo para atraer inversiones derivadas del nearshoring está vinculado con el débil Estado de derecho, seguido de “condiciones impositivas o esquemas de incentivos y la infraestructura.” México se está beneficiando de una tendencia global sobre la cual tiene poca capacidad de incidir; sin embargo, en donde si puede influir está en mejorar las condiciones de Estado de derecho, certeza y previsibilidad, así como la infraestructura para aquellos inversionistas que buscan reubicarse en nuestro país.
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