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Si su decisión es un vino espumoso y está por dar el último paso en la compra, compare, cada uno ofrece lo mejor de su región y a usted le toca evaluar su calidad. Son diferentes propuestas, bodegas, climas y regiones lo que tienen en común es la reputación de la champaña, el vino por excelencia para la festividad.
Lorena Carreño*
El sonido del corcho al destapar una botella de vino, el gas carbónico que escapa y el cúmulo de burbujas que llenan un acopa hablan de festividad y la fiesta universal en este mes: la cena de navidad. Para esta temporada, hay que brindar con estilo, por eso recomiendo un vino espumoso. Puede seleccionar entre un champagne, Prosecco, Cava, Crémant o los Sparkling wines del nuevo mundo.
Si piensa que su presupuesto no es suficiente para esta opción, piense de nuevo, hay algunas propuestas en el mercado que le sorprenderán. La champagne es la más septentrional y una de las más importantes regiones vinícolas de Francia, ya que produce el vino espumoso del mismo nombre (blanco o rosado) según el método tradicional de la región –el Champenois, descubierto por el monje benedictino Dom Perignon en el siglo XVII– a partir de las variedades de uva Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier, estas últimas tintas, pero vinificadas de la misma manera que si fueran blancas, sin la extracción de coloración de la piel. Si se elabora únicamente de Chardonnay, sería un Blanc de Blancs.
El champagne es un vino blanco espumoso, de segunda fermentación en botella, lo que le permite adquirir las burbujas en forma natural; complejo y agradable con un luminoso color y un gran bouquet. Las montañas de Reims son su custodio, donde su suelo, su clima y las mezclas de distintas cosechas lo hacen posible. Si bien es cierto que otras latitudes han adoptado dicho método, la ganancia para los consumidores es la oferta en productos que podemos adquirir.
Todos los vinos espumosos producidos en otras zonas pueden tener una apariencia y sabor similar, donde ya todo depende del paladar de quien los pruebe. Las variantes conocidas es el Prosecco de Italia que está a la cabeza de la lista de los vinos espumosos del momento, típicamente de un cuerpo ligero, con un burbujeo delicado y atractivos aromas a durazno. Una de cada 10 botellas de vino espumoso que no es champagne, es Prosecco, procedente de los históricos viñedos de las laderas de Conegliano Valdobbiadene, una de las zonas con la clasificación DOCG, la más alta de Italia. Podría pensarse que por ser un vino de alta calidad, es también de alto precio, pero no es así.
El estilo español es el cava, otro de los vinos espumosos favoritos, muy cercano al champagne francés, pero elaborado con las variedades de uva Macabeo, Xare-lo y Parellada. Al tratarse de la única zona vitivinícola del mundo donde se utilizan como base para la elaboración de un espumoso, le dan una personalidad muy marcada. Típicamente un cava tendrá una acidez más suave que el Champagne con sabores que serán a manzana verde, miel y hierbas.
El crémant es el estilo francés menos conocido, es un vino espumoso suave, obtenido por el método tradicional, a partir de Pinot Blanc, Pinot Gris, Pinot Noir, Riesling o Chardonnay. Sus zonas de producción son el Valle de Loira, Borgoña, Burdeos y Alsacia. Su estilo, aunque más rústico que el champagne, atrae a muchos consumidores y cada vez gana más adeptos.
El nuevo mundo siempre ha ofrecido una extensa gama de caldos a precios verdaderamente accesibles; los vinos espumosos no son la excepción. Australia, Nueva Zelanda, Argentina, México y recientemente Chile tienen bodegas de vinos espumosos límpidos, afrutados, burbujeantes y con un atractivo precio, que pueden tomarse solos o acompañados en estas fiestas.
*Sommelier profesional.