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Además de pasar a la historia como la Copa del Mundo más costosa, Qatar 2022 es el Mundial con más muertes durante su organización, con 7.000 decesos de trabajadores de la construcción, quienes, en su mayoría, provienen de Nepal, India, Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka, según el informe “Detrás de la Pasión” de la Fundación para la Democracia.
El informe menciona que muchos de los fallecimientos se consideraron como naturales. Mientras que el gobierno catarí solo reconoce 37 muertes provocadas por causas que no están relacionadas a la construcción. Sin embargo, The Guardian reportó que centenares de trabajadores (hombres entre 25 y 30 años) murieron cada año en el país de medio oriente.
Por su parte, India, Bangladesh, Nepal, Sri Lanka y la embajada de Pakistán en Qatar reportaron 6,751 muertes entre trabajadores migrantes y trabajadores pakistaníes en el período 2010-2020. Sin contemplar los perecimientos de finales del 2020 ni los registros de Filipinas o Kenia, países que enviaron trabajadores a aquella nación.
Las denuncias
Además de someterse a altas temperaturas (50 grados), los trabajadores no contaban con elementos de protección, su alimentación era deficiente, no contaban con asistencia médica y sus salarios se retrasaban incluso por meses.
Pese a las condiciones de esclavitud, los trabajadores no renunciaron a sus empleos, pues abandonar las labores sin el permiso del empleador se considera delito, lo que trae consigo un veto de aquel país hasta por dos años.
En las múltiples denuncias hechas por organizaciones activistas por los derechos humanos se pone énfasis en el sistema de kafala (patrocinio para conseguir una visa de entrada), el impago o retraso en el pago de salario, las condiciones de trabajo y alojamiento, la retención de pasaportes, condiciones engañosas de contratación, condiciones laborales de trabajadores domésticos, resolución de conflictos y acceso a mecanismo de quejas.
El 95 % de la fuerza laboral en Qatar la constituían migrantes, lo que equivale a alrededor de 2 millones de trabajadores: la mitad de dicha cifra se dedica a la construcción.