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La Doctora Elena Burns Stuck es una reconocida académica y activista por la defensa del agua, el recurso no renovable que se encuentra seriamente amenazado por el desorden administrativo, el inconsciente desperdicio de usuarios corporativos y residenciales, pero – sobre todo – por la ausencia de políticas públicas claras sobre la recuperación y conservación del vital líquido.
A Elena Burns Stuck, el director general de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), la destituyó de su cargo. Es más, ya no le permitió ingresar al edificio de esta comisión en el sur de la Ciudad de México, el mismo en el que – en mayo de 2019 – se incendiaron varios de sus pisos en donde se resguardaba información sobre este sector. Hasta ahora no se tiene claro qué tipo de información se perdió en ese incendio, conveniente para muchos.
Investigadores como Omar Arellano Aguilar, también activista en la organización Agua para todos – la cual ha impulsado desde todos los frentes posibles una nueva Ley de Aguas Nacionales – realizó un balance de este sector entre 2018 y 2021: más del 70% de los ríos contaminados, acuíferos sobreexplotados, despojo de agua a pueblos indígenas y concesiones a megaempresas. Además, por cierto, de la opacidad en el incendio del edificio central. Una total inconsistencia ideológica, aseguró el activista y profesor de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Arellano reprochó la destitución de Burns.
Por ello, para muchos grupos de académicos y activistas el nombramiento de Burns Stuck en CONAGUA era una esperanza y una válvula de escape a toda la presión que se ejerce en este sector. El agua, insisto, es el principal recurso natural con el que cuenta este país. Un amigo – también activista – con varias décadas de trabajo en la región de Montes Azules en Chiapas me explicó claramente lo importante que es esa reserva natural, como muchas otras en el territorio nacional, no sólo para México sino también para Estados Unidos. Los recursos hídricos de nuestro país son nuestro principal activo. No lo entendemos.
“Con las manos atadas”, dijo Burns.
Como subdirectora general de Administración de Agua, Burns tenía a su cargo la responsabilidad de recibir las solicitudes de concesiones, su actualización o, en su caso, su revocación. Durante cuatro años, sin embargo, Burns Stuck respondió a esa consistencia ideológica que piden los defensores del agua. En otras palabras, tomó las decisiones que ella consideró pertinentes para cuidar los recursos hídricos del país. Valdría la pena preguntarse si esas decisiones las consensuó con el director general de la CONAGUA, con el responsable del área jurídica o, si en el mejor de los casos, respaldó legalmente cada decisión que tomó o que, mejor dicho, no tomó.
Le comento que, incluso en eventos oficiales, la ex subdirectora general de Administración de Agua de la CONAGUA explicaba cómo buscaba detener a toda costa la actualización de trámites. “Tenemos el problema que la Ley de Aguas Nacionales permite y fomenta la compra de concesiones. En este este sentido, estamos con las manos atadas buscando qué hacer para poder frenar, condicionar esto”, dijo Bourns en julio de 2021.
Nadie puede negar que Burns defendió, consistentemente e ideológicamente, el agua de todos los mexicanos. El problema es que lo hizo, incluso, en contra de proyectos emblemáticos de la actual administración, lo que la llevó a confrontar a los funcionarios de otras áreas que tenían como encomienda de la dirección de la CONAGUA, apoyar la resolución de conflictos sociales para llegar a acuerdos que permitieran, por ejemplo, la conclusión de proyectos como presas.
El caso de la presa El Zapotillo que, durante sexenios, estuvo detenido, es tan sólo uno de los casos que la bienintencionada gestión de Burns complicó. El otro problema es que Burns detrás una estela de procesos abiertos que implicarían hasta responsabilidades como una funcionaria pública que incurrió en negligencia y daños a terceros.
La gira con el presidente AMLO
Pasaron cuatro años de encuentros y desencuentros entre Elena Burns y funcionarios de la CONAGUA en todos los niveles; incluso con funcionarios de otras dependencias responsables de sacar adelante proyectos vinculados con la infraestructura hídrica del país. Sin embargo, hace algunas semanas, durante una gira para revisar el avance de varios proyectos hídricos, el director de la CONAGUA, Germán Arturo Martínez aprovechó para hablar con el presidente López Obrador de los obstáculos que infligía Burns a los proyectos a los que el régimen de la 4T apuesta para enfrentar problemas estructurales como la sequía. Así, la orden de la destitución fue avalada directamente por el presidente López Obrador.