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Luego de un tiempo, volverá a presentar su iniciativa para que las fuerzas armadas sigan participando en la seguridad pública.
Pese a no contar con los votos suficientes para su aprobación, el presidente Andrés Manuel López Obrador insistirá en presentar su iniciativa para que las fuerzas armadas sigan en tareas de seguridad pública y oficializar la militarización de la Guardia Nacional.
En la conferencia de prensa matutina de este jueves, manifestó que “yo soy partidario de que se presente la iniciativa y aunque no se tenga la mayoría, en este caso dos terceras partes porque es una reforma constitucional, que pase un tiempo, pase un periodo, y voy a volverla a presentar”.
La reforma constitucional debió pasar ayer miércoles al pleno del Senado de la República para su votación. Sin embargo, al no contar con los votos suficientes, la mayoría de Morena optó por regresarlo a comisiones a fin de no enfrentarse a un ser¡mundo rechazo.
Este sería el segundo fracaso constitucional por parte del presidente López Obrador, luego de que en abril pasado sufriera la misma suerte su iniciativa de reforma eléctrica y, al parecer, correrá la misma suerte su iniciativa de reforma en materia electoral.
No obstante “mientras yo esté de presidente, como tengo la facultad de hacerlo, presentar iniciativas, voy a seguir insistiendo porque no quiero que la Guardia Nacional termine como la Policía Federal que estaba bajo el mando de gentes como (Genaro) García Luna o como (Miguel Ángel Osorio) Chong. No quiero eso”.
“La Policía Federal se pudrió —continuó— y nos está costando mucho la creación de la Guardia Nacional, porque se está haciendo un trabajo profesional y queremos seguir contando con el apoyo de la Secretaría de Marina y de la Secretaría de la Defensa, desde luego protegiendo, cuidando los derechos humanos, sin violar los derechos humanos”.
Según López Obrador, “en el tiempo que llevamos, desde luego que no hay las quejas ni las recomendaciones por violaciones de derechos humanos que hubieron en los gobiernos anteriores, porque no somos iguales”.
Por Raúl Castro-Lebrija
