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Un “colchón” financiero junto a un discurso de austeridad oficial se traduciría en endeudamiento neto del Gobierno de 4.1 puntos del PIB, el mayor desde 201
El presupuesto público del Gobierno federal para el próximo año, sujeto a la aprobación del Congreso, está más encaminado a cubrir un nivel de ingreso, y de gasto, que satisfaga a la mayor cantidad de actores políticos y sociales rumbo a la carrera presidencial del 2024, que a prever las condiciones que encaren la persistencia de altos niveles de precios y una estrechez del crecimiento económico para 2023, resaltaron expertos.
“Adelantamos una primera observación de Erario: como en el fondo, Hacienda sabe que la inflación está incontrolable, que la plataforma petrolera es irreal y que sus supuestos de ingresos son demasiado optimistas, está planeando un ´colchón´ financiero, a costa de empeñar el discurso de la austeridad de forma oficial”, sostuvo México Evalúa, firma especializada en el escrutinio de las Finanzas Públicas,
Una escalada inflacionaria post Pandemia no vista en 20 años se ha vuelto una variable impredecible, y, por lo tanto, un alto riesgo para las Finanzas Públicas de la nación. La expectativa de una inflación de 3.2% establecida por el Gobierno Federal a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para 2023 choca con las proyecciones de decenas de analistas de grupos financieros, que la colocan en niveles de 4.6%.
Supuestos
Mientras que el Gobierno federal estima que la plataforma de producción de petróleo se traduzca en 1,872 miles de barriles diarios (mbd), cifra no alcanzada desde 2017, su meta de crecimiento económico, a la vez, es de 3%, casi el doble de lo que muestra el consenso del mercado.
Bajo estos supuestos, la autoridad fiscal espera incrementar en 10%
la recaudación del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y del Impuesto al Valor Agregado (IVA) frente a lo que se aprobó este año, por lo que, sin duda, la ´apuesta´ para mantener los ingresos será un impulso a la fiscalización, como, de nuevo, “se está haciendo costumbre”.
Otra apuesta riesgosa incorporada por el Gobierno mexicano sobre los ingresos tributarios del próximo año es el aumento estimado del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) frente al cierre negativo de 2022, dice México Evalúa.
La firma enfatiza que la postura de eliminar los estímulos fiscales, o subsidios, por concepto de exención del IEPS a combustibles y gasolinas, justo el año próximo, se hace improbable ante el escenario político que se avecina; “difícilmente, el Gobierno permitirá un aumento libre de precios de las gasolinas en el año anterior a las elecciones presidenciales”.
Costos
El equipo experto hace énfasis en que el “colchón” financiero a costa de empeñar el discurso de la austeridad “de forma oficial” se traduciría en un endeudamiento neto del Gobierno Federal de 4.1 puntos del PIB, el mayor desde 2014, mientras que el balance público -que significan los ingresos presupuestarios menos el gasto- del 3.6% estimado sobre el Producto Interno Bruto (PIB), sería el peor como proporción al PIB desde 1990, o del que se tenga registro.
Este endeudamiento, a su vez, desencadenaría en un aumento en el Saldo Histórico de los Requisitos Financieros del Sector Público (SHRFSP), hacia el 49.8% del PIB, aunque este dato también podría estar sobrestimado.
México Evalúa indica partiendo de la base oficial de un crecimiento de 3%, en caso de que la economía mexicana crezca apenas 1.3%, como dicta el consenso del mercado, la misma deuda pesará más en el balance teniendo una economía más pequeña, superando así el 51% del PIB.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), México crecerá sólo 1.2% el próximo año, en tanto que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) espera una expansión de 2.1%.
Si el crecimiento real del PIB en 2023 fuera de 2.5% según el escenario más optimista, la pérdida recaudatoria en ingresos tributarios sería del orden de los 23 mil millones de pesos (mdp) de acuerdo con las sensibilidades de ingresos publicadas por la SHCP.
“En el peor de los casos, si el crecimiento fuera de sólo 1.5% -cercano al consenso del mercado- la pérdida recaudatoria sería de 69.2 mmdp, similar a todo el presupuesto de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural para 2023, de 70.5 mmdp”, resalta la firma experta.
La consultoría agregó que un ligero error en las expectativas de crecimiento tiene grandes consecuencias como orillar al Gobierno a realizar recortes en el gasto público cuando ya no existen recursos de los fondos de previsión.
“Otro gran problema de pronosticar al alza el crecimiento es que, de incumplirse, la deuda como proporción del PIB en realidad sería más alta. Para 2023 se espera que ésta frente al PIB llegue a 49.4%, si se logra un crecimiento de la economía del 3%. Sin embargo, si el crecimiento es de 1.3% la deuda cerrará en 51.1% respecto al PIB”.
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