Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 14 segundos
El organismo lamentó que, en lugar de reforzar el sistema de salud, el gobierno acuse a los consultorios de farmacias de incompetencia y abuso.
A cerca de cuatro años de su creación, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) ha sido deficiente y ha traído consecuencias negativas para la población de menores ingresos, consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
El organismo también criticó que, lejos de hacer una prioridad el reforzar el sistema de salud, el gobierno se haya lanzado en contra de los consultorios médicos de las farmacias al acusarlos de “incompetencia y abusos”.
En su análisis económico semanal, el CEESP recordó que, con base en datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), con la desaparición del Seguro Popular y la mala implementación del Insabi “entre 2018 y 2020, 15.6 millones de personas se quedaron sin servicios de salud, y eso en un momento tan complejo como fue el inicio de la crisis sanitaria por Covid-19”.
Además, “entre 2018 y 2020 el gasto de los hogares en salud se incrementó 40.5%, después de que en el bienio 2016-2018 tuvo una disminución de 0.9%”, situación motivada por el desabasto de medicamentos —también provocado por el gobierno— en hospitales y clínicas públicas.
Según encuestas del Inegi, “el 69.2% de la población que se atendió por Covid-19 acudió a los servicios privados, lo que confirma la deficiencia de los servicios públicos. De hecho, únicamente el 38% de los afiliados al IMSS y el 25% al ISSSTE se atendieron según su derechohabiencia”.
Pese a todo lo anterior, “la mejora de la situación no parece ser una prioridad de la administración. Preocupa que las autoridades no parecen dar la importancia que en otras latitudes se da al esparcimiento de la viruela símica”.
Además “preocupa que, al tiempo que se conocen los resultados hasta ahora de la gestión de la salud pública, la autoridad sanitaria acuse a los consultorios de las farmacias privadas de incompetencia y abuso”.
“La verdad es que es muy difícil no relacionar el crecimiento de las deficiencias de la salud pública tanto para los derechohabientes de la seguridad social como para la población abierta, no asegurada”, concluyó el CEESP.
Por Raúl Castro-Lebrija
