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“México no está exento de los problemas de la economía global; algunos vientos en contra podrían materializarse en los próximos trimestres”, señaló la institución.
Los mercados internacionales han comenzado a descontar una posible recesión a nivel internacional de la que México podría no abstraerse, consideró Casa de Bolsa Banorte.
De acuerdo con sus perspectivas económicas para el Tercer Trimestre de 2022, el mundo continúa enfrentando un complejo panorama con un fuerte riesgo de estanflación; es decir, bajas tasas de crecimiento con presiones inflacionarias.
“Este riesgo no ha sido observado en varias décadas”, advirtió Banorte,
Según la institución, la economía internacional está afectada, entre otros factores, por una pandemia que no cede terreno y por la invasión de Rusia a Ucrania.
“Esta difícil coyuntura ha traído consigo nuevos temores sobre un posible escenario de recesión en Estados Unidos y varios países entre 2023 y 2024, con una economía global que irá perdiendo dinamismo en la segunda mitad de este año”, alertó Banorte.
“México —continuó— ha mostrado hasta el momento ser una economía relativamente resiliente, apoyada por un buen dinamismo del sector exportador y del consumo privado, aunque tomando en cuenta todavía un rezago de la actividad económica respecto a los niveles pre-pandemia”.
Sin embargo, “desafortunadamente, México no está exento de los problemas que aquejan a la economía global, por lo que algunos de los vientos en contra podrían materializarse en los próximos trimestres”.
Además, “la combinación de una inflación todavía muy elevada y una narrativa más restrictiva del Fed ejercerán presión a Banxico para continuar con un ciclo de restricción monetaria que podría llevar su tasa de referencia hacia 10% a finales del año”.
Debido a esta situación, Banorte revisó su pronóstico de crecimiento para el Tercer Trimestre del 2022 a 0.5% desde 0.3%. “No obstante, mantenemos nuestro estimado para todo el 2022 en 2.1% (anual), anticipando mayores retos en la segunda mitad del año”.
Estos retos serán las presiones inflacionarias que afectarán tanto a las empresas como a los ingresos disponibles de las familias, endurecimientos de la política monetaria a nivel internacional y local, así como una desaceleración en la economía de los Estados Unidos.
Por lo mismo, Banorte redujo su estimación del PIB en 2023 de 2.0% a 1,0%. “El mayor impacto vendría de una desaceleración en Estados Unidos, con mayores temores sobre una recesión global impactando tanto de manera directa (exportaciones y manufacturas) como indirecta (remesas y turismo)”.
Por Raúl Castro-Lebrija