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Pese a ser uno de los logros del actual gobierno, el número de afiliados, como indicador de empleo, debe tomarse con cautela, señala el CEESP.
Uno de los principales logros en materia económica del gobierno del presidente López Obrador es el crecimiento del número de trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Sin embargo, el Centro de Estudios Económico del Sector Privado (CEESP) alerta que tomar ese indicador como un termómetro de la creación de empleos en el país, puede ser engañoso.
En su análisis económico semanal, el CEESP recordó que, al pasado mes de mayo, había un total de 21 millones 8,487 afiliados al IMSS, tanto en el régimen obligatorio como en el voluntario.
Sin embargo, el organismo advierte que “el número de afiliados al IMSS no implica necesariamente nuevos empleos formales. Tampoco creación (neta) de empleo a nivel del mercado laboral total”.
Esto, por principio, porque los datos del IMSS incluyen todas las modalidades de aseguramiento. Es decir, un trabajador puede tener más de un tipo de afiliación.
Además, detalla el CEESP, una parte significativa de esos nuevos registro son producto de los programas de formalización de trabajadores que ya cuentan con un empleo, puestos en marcha desde hace casi una década.
“Tal es el caso del Programa de Formalización del Empleo entre la Secretaría del Trabajo y el IMSS, suscrito en julio del 2013, con el objetivo de facilitar el tránsito de los empleos informales a un esquema de formalidad, creando trabajos dignos y socialmente útiles”, relató.
Como complemento de dicho programa “se creó también el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) del Sistema de Administración Tributaria (SAT). Se trata de un esquema sencillo al que pueden acceder
trabajadores independientes con ingresos inferiores a dos millones de pesos anuales y acceder a los beneficios que implica la formalización”.
Por otro lado, “esta administración ha impulsado la afiliación a la seguridad social a diversos grupos como trabajadores del hogar, eventuales del campo e independientes, así como a los participantes del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, entre otros”.
Este esfuerzo también implica un proceso de formalización “que se traduce en mayor número de trabajadores afiliados al IMSS, sin que hubiese una creación de nuevos puestos de trabajo en general”.
Por el contrario, un menor número de trabajadores registrados tampoco significa una pérdida de puestos de trabajo.
“Es posible que por las dificultades que han enfrentado muchas empresas, particularmente las MPyMEs, incluido el elevado costo que significa la afiliación, muchos trabajadores simplemente dejaron de cotizar, pero no implica necesariamente que pasaron al desempleo”, concluyó el CEESP.