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Las minutas de la reunión de política monetaria que sostuvo la Junta de Gobierno del Banco de México el 11 de mayo pasado develaron que el voto disidente, a favor de un alza en la tasa de interés referencial de 75 puntos base, apuntaba a un mensaje más fuerte del compromiso de llevar la expectativa de inflación hacia el objetivo de 3%. Se adjunta la postura íntegra.
“Además, esto implicaría llegar a la zona neutral más rápido, ayudaría a contrarrestar el deterioro de las expectativas de mediano plazo, tendría un mayor efecto en el anclaje de las de largo plazo, y daría una mayor postura monetaria relativa para enfrentar aumentos en la aversión al riesgo”, indicaron las actas, difundidas hoy.
El pasado 11 de mayo, el maximo órgano rector del Banxico, su Junta de Gobierno, tuvo un voto a favor de aumentar el objetivo de la tasa de interés interbancaria a un día, o la tasa de referencia del país, en 75 puntos base (pb), de parte de la subgobernadora Irene Espinosa Cantellano. El resto de los cinco funcionarios que integran la Junta, incluyendo el voto de la gobernadora Victoria Rodríguez, favoreció un alza de 50 pb, que es la se fijó, por lo que el referencial del costo del dinero en México pasó de 6.50% a 7%.
El voto “disidente” señaló que incrementar la tasa 75 puntos base sería un mensaje más fuerte del compromiso con el objetivo prioritario. “Esta medida disiparía aún más cualquier duda sobre la autonomía y refrendaría la obligación moral con el segmento más vulnerable de la población”, señala.
Esta postura, no obstante, notó que el incremento propuesto sorprendería al mercado y analistas, dificultando las previsiones de la trayectoria de la tasa de referencia y distorsionando la interpretación de la función de reacción.
Agregó que dicho incremento sugeriría una menor sensibilidad a las condiciones cíclicas de la economía. Además, podría marcar un nuevo ritmo de ajuste, difícil de reducir en el contexto de una inflación elevada, un ciclo de la Reserva Federal muy restrictivo “y un ajuste monetario en México que va para largo”.
En su reunión de política del 11 de mayo pasado, la Junta de Gobierno dijo que evaluó la magnitud y diversidad de los choques que han afectado a la inflación y sus determinantes, así como el riesgo de que se contaminen las expectativas de mediano y largo plazos y la formación de precios.
La mayoría de los miembros de la Junta tomó entre sus considerandos de incremento en la tasa, los mayores retos por el “apretamiento de las condiciones monetarias y financieras globales”, un entorno de acentuada incertidumbre y mayores presiones inflacionarias producto de las consecuencias del conflicto geopolítico que ha significado la invasión rusa a Ucrania y ante el resurgimiento de casos de Covid-19 en China.
En esa ocasión, la Junta dijo que con el alza de 50 pb en la tasa de interés, la postura de política monetaria se ajusta a la trayectoria que se requiere para que la inflación converja a su meta de 3% dentro del horizonte de pronóstico, hacia el primer trimestre de 2014.
En la reunión, un miembro del máximo órgano rector señaló que el reforzamiento de la postura monetaria contribuye, entre otros, a evitar efectos de segundo orden ante los nuevos choques de oferta y acercar la tasa de interés a un nivel considerado como neutral. Advirtió que México registra niveles de inflación elevados por lo que urge tomar decisiones adecuadas para reducir la inflación
Un miembro mencionó que pese a acumular 250 puntos base de aumentos en la tasa de referencia, la tasa real ex-ante de corto plazo se sitúa en 1.7%, ligeramente por debajo del umbral inferior del rango estimado para la tasa neutral.
Ese mismo funcionario dijo que si la expectativa de inflación a 12 meses es de 4.7% y el umbral superior del rango neutral se estima en 3.4% real, la tasa de referencia tendría que llegar a estar por encima del 8% y posiblemente llevarla a niveles por encima del 9%.
“El reto es establecer la trayectoria ideal en términos de tiempo y a qué paso se quiere proseguir para llegar a este punto”, dijo el integrante de la Junta.
Expresó que si bien desde la adopción de la tasa de interés interbancaria como objetivo operacional en 2008, solo en 9 de las 25 ocasiones en las que se ha incrementado la tasa se ha hecho en 50 puntos base, nunca en 75 puntos base, anteriormente “no se había tenido un panorama tan complejo para la inflación como el actual”.
Un miembro consideró que la política monetaria en México enfrenta un entorno altamente complejo. Expresó que, dados los costos sociales y económicos derivados de la inflación que afectan en mayor medida a la población de menores ingresos, es indispensable que la política monetaria propicie un ambiente de inflación baja y estable.
El mismo integrante, de acuerdo con las actas, argumentó que por ello es indispensable continuar ajustando la postura monetaria en México, para que las expectativas de inflación se mantengan ancladas y que, en consecuencia, el proceso de formación de precios sea consistente con el objetivo.
Agregó que el Banco Central tiene que considerar actuar con mayor firmeza en sus decisiones, ya que, de no tomar las medidas necesarias, las expectativas de inflación de mayor plazo podrían verse afectadas, tanto por los elevados niveles de inflación y duración de los choques que las han afectado, como por las continuas revisiones a los pronósticos. Advirtió que un desanclaje de las expectativas debe evitarse con acciones contundentes.
Voto Irene Espinosa Cantellano:
“Ante el recrudecimiento de las presiones inflacionarias, nuestras proyecciones para la inflación general se revisaron al alza para los próximos cinco trimestres, acumulándose once decisiones consecutivas en que las previsiones se ajustan al alza en parte o en todo el horizonte de pronóstico.
“Asimismo, las expectativas de inflación de largo plazo se ajustaron marginalmente por encima de 3.5% por primera vez desde que se registra su medición.
“La aceleración de la inflación por encima de lo esperado ha propiciado que los ajustes en la postura monetaria instrumentados en meses recientes hayan tenido un efecto limitado sobre la tasa de interés real, que se mantiene por debajo del nivel requerido para lograr la convergencia a la meta de 3%.
“Frente a estos resultados, un entorno de mayor incertidumbre, condiciones externas más adversas y un balance de riesgos para la inflación deteriorado y sesgado al alza, es indispensable actuar con determinación, firmeza y oportunidad.
“Aumentar el ritmo de ajuste de la postura monetaria a 75 puntos base es necesario para lograr la convergencia a la meta dentro del horizonte de planeación y reforzar la credibilidad en el compromiso de este Instituto Central con su mandato prioritario de mantener la estabilidad de precios”.