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BBVA Research dijo el miércoles que rebajó sus estimados de crecimiento económico para México en este año, de 2.2% hasta 1.2%, como resultado de la debilidad de la demanda interna y ante las consecuencias de la guerra en Ucrania que se traducen en impactos en materia de precios, una política monetaria más restrictiva, y afectaciones en las cadenas globales de valor.
“El efecto arrastre del débil crecimiento en 2022 tendrá impacto sobre el dinamismo del PIB en 2023, con efecto extendido de un mayor nivel de precios, lo que impone una revisión a la baja sobre nuestra estimación de crecimiento para 2023 a 2.1% (2.7% previo)”, agrega.
BBVA menciona que el recorte en sus pronósticos suma la revisión a la baja del crecimiento del PIB realizada por el INEGI en las estimaciones del primer y tercer trimestre del año pasado, cuando la economía se estancó en el último tramo de 2021 tras la caída a tasa trimestral de 0.7% del periodo julio-septiembre.
La lenta recuperación de la economía mexicana se manifiesta, además, en un comparativo poco favorable frente a otros países de América Latina, indica BBVA.
Entre el primer trimestre de 2020 y hasta el cuatro trimestre de 2021, Chile, Colombia, Perú y Argentina han reportado crecimientos en su actividad económica a una tasa de 7% acumulado. Por el contrario, México registró una contracción de -2.4% en el mismo lapso.
“Con respecto a la demanda interna, las expectativas para el consumo privado se ensombrecen ante un entorno de mayores precios, con el indicador de condiciones críticas de empleo mostrando deterioro en meses recientes”, sostuvieron los analistas Javier Amador, David Cervantes, Iván Fernández, Arnulfo Rodríguez, Saidé Salazar y Carlos Serrano en el texto “panorama económico de menor crecimiento, elevada inflación y mayores tasas de interés”. BBVA estima al término de este año una tasa de política monetaria de 8 por ciento.
Hacia adelante, el comportamiento del consumo privado, a su vez, será desafiante ante el incremento en los precios de materias primas y energéticos alrededor del mundo.
En materia de inversión, de acuerdo con BBVA, el indicador todavía coloca 14% por debajo de su nivel de enero de 2019, sin los efectos de la Pandemia, y con la construcción mostrando el mayor rezago “ante la ausencia de políticas públicas que promuevan certidumbre para este componente de la demanda interna”.
El equipo de expertos asevera que la recuperación del mercado laboral se ha caracterizado por la creación de empleos de bajos ingresos bajo circunstancias relativamente favorables, con los efectos de la variante Ómicron del Covid-19 que se disiparon rápidamente a partir de diciembre pasado.
A pesar de lo anterior, la tasa de participación laboral en México ha permanecido estancada en niveles similares previos a la Pandemia, de 76.1%, lo que en gran medida ha contribuido a que la tasa de desocupación, de 3.7%, alcanzara niveles similares previos al confinamiento.
La informalidad laboral en el País, sin embargo, se ha mantenido en 54.7%, solo 1.5 puntos porcentuales por debajo de febrero del año pasado, indica.
La gasolina
BBVA recuerda que en el primer bimestre de 2022, los ingresos públicos cayeron 0.7% en términos anuales reales, impactados por la contracción de 1.9% de los ingresos no petroleros, afectados por el retroceso en la recaudación del IVA y el IEPS a gasolinas y diésel, con caídas de 10% y 60.5%, respectivamente.
Este desempeño contrastó con el incremento anual real de 6.2% de los ingresos petroleros.
El equipo de expertos refrenda que la guerra entre Rusia y Ucrania ha complicado el entorno macroeconómico global, reduciendo las expectativas de crecimiento económico en distintas geografías y dificultando la encomienda de los bancos centrales por mantener una inflación baja y estable.
El impacto económico en México derivado de la guerra ya se está sintiendo en mayores precios de energéticos y materias primas, agrega.
“Si bien el mayor nivel anticipado para el precio del petróleo tendrá un efecto favorable sobre los ingresos públicos en 2022, la recaudación por IEPS gasolinas y diésel podría ser negativa de mantenerse la política de subsidiar el consumo de las gasolinas para evitar otro “gasolinazo” y un mayor impacto inflacionario”, advirtió, pese a la expectativa de que, a nivel consolidado, los ingresos petroleros del Sector Público serán suficientes para compensar el subsidio. Cuando menos en este año.