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De acuerdo con documentos obtenidos mediante la Plataforma Nacional de Transparencia, también avaló el proceso José Antonio Meade, titular de Hacienda con Peña Nieto y candidato presidencial del PRI en 2018.
Agustín Carstens Carstens, secretario de Hacienda en el sexenio de Felipe Calderón y hoy gerente general de Banco de Pagos Internacionales, autorizó la compra del Grupo Financiero Banamex-Accival por parte de Citigroup, a sabiendas de que se trataba de una operación a través de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y, por consiguiente, no generaría impuestos.
También estaban enterados del mecanismo y expresaron una opinión favorable el entonces gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, y José Antonio Meade Kuribreña, entonces director general de Banca y Ahorro de la SHCP, a la postre titular de la dependencia con Enrique Peña Nieto y más tarde candidato presidencial del PRI en 2018.
La historia comienza en el mes de mayo de 2001, cuando el gigante estadounidense Citigroup anunció un acuerdo para adquirir al Grupo Financiero Banamex-Accival mediante un cruce de acciones en la BMV, por 12,500 millones de dólares.
De acuerdo con el oficio 01-804 fechado el 21 de mayo de aquel 2001 —obtenido a través de la Plataforma Nacional de Transparencia— , el entonces secretario de Hacienda del gobierno de Vicente Fox, Francisco Gil Díaz pidió no participar en el proceso de conocimiento y, en su caso, aprobación de la transacción.
“Es importante señalar que, no obstante que no presto ni he prestado servicios a las sociedades involucradas en la transacción de referencia, y por tanto no me encuentro en supuesto alguno que suscite conflicto de interés, he estimado que la excusa que someto su consideración, contribuye a la existencia de condiciones convenientes para el estudio, evaluación y resolución de dicho asunto, el cual será cursado ante la Dependencia a mi cargo”, escribió Gil Díaz a Fox.
Sin embargo Gil Díaz sí ocupó la dirección general de la telefónica Avantel —propiedad de Banacci— del 15 de diciembre de 1997 hasta llegar a la SHCP el 1 de diciembre del 2000.
Desde la dirección de Asuntos Internacionales de Banca Múltiple de la SHCP, encabezada por Rosa María Salazar Rodríguez, se pidieron opiniones sobre la transacción a todas las entidades regulatorias del sistema financiero mexicano.
Es decir, a Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México; Jonathan Davis Arzac, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV); Manuel Aguilera Verduzco, presidente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF) y Vicente Corta, presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).
Cabe señalar que todos estaban enterados que la compra se haría mediante un cruce de acciones en la BMV por lo que no se pagarían impuestos.
Según el video difundido por el presidente Andrés Manuel López Obrador en redes sociales, ayer jueves, la operación hubiera generado impuestos para las arcas nacionales por 3,000 millones de dólares.
También estaban enterados de la mecánica de la operación Guillermo Babatz, director general de Seguros y Valores de la SHCP y el entonces director de Banca y Ahorro de la dependencia, José Antonio Meade Kuribreña, quien con el tiempo sería el titular de Hacienda en el sexenio de Enrique Peña Nieto y candidato presidencial por el PRI en las elecciones del 2018.
A pesar de la insistencia de la SHCP por una opinión —favorable o no— sobre la compra de Banacci, los titulares de los organismos de supervisión hicieron caso omiso y dejaron esa responsabilidad a funcionarios menores de las áreas jurídicas. Así consta en los documentos obtenidos por este medio.
Finalmente, con Francisco Gil Díaz fuera del proceso, la autorización de la operación más grande en la historia del sistema financiero mexicano hasta ese momento recayó —de acuerdo con el oficio 102-B-310 en poder de Revista Fortuna— en el entonces subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens Carstens.
En el oficio se le notifica a José Luis Rodriguezmacedo Rivera, representante legal de Citigroup y Citicorp, que la dependencia “autoriza a Citicorp para adquiera la mayoría de las acciones representativas del capital social de Grupo Financiero Banamex-Accival y de esta forma dicha Sociedad Controladora se transforme en una Sociedad Controladora Filial”.
El visto bueno se dio, curiosamente, el 4 de julio de 2001, día de la Independencia de los Estados Unidos.
Carstens solamente puso dos condiciones para autorizar la compra: un oficio de autorización por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos —lo que de se entregó unos días después— y cuatro copias del Acta de la Asamblea Extraordinaria de Accionistas de Banacci.
Por Raúl Castro-Lebrija