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La institución lamentó que el país no cuenta con un portafolio de proyectos con estudios de viabilidad y de retornos financieros y sociales listos a ser implementados, basados en criterios técnicos y no políticos.
México debería comenzar a planear un programa de infraestructura potente —similar al anunciado el pasado martes por el presidente de Estados Unidos por 1.2 billones de dólares— ya que “después de décadas de subinversión, el estado de nuestra infraestructura es lamentable”, aseguró BBVA Research.
La institución recordó que el pasado martes, el presidente Joe Biden anunció el mencionado programa, como una forma de impulsar el desarrollo económico de su país, luego de la pandemia de Covid-19.
“Se trata de un programa que construirá nuevos puertos, carreteras, presas, aeropuertos, transportes públicos y puentes. Además, se mejorará la infraestructura existente, destacando la ferroviaria en la que hace décadas la inversión ha sido mínima y que se está muy rezagada frente a la europea y la japonesa”, detalló.
“Todo esto —advirtió— permitirá un tránsito de personas y mercancías más eficiente, lo cual aumentará la eficiencia y competitividad de la economía”.
Sin embargo, el programa de Joe Biden también contempla la llamada “infraestructura del futuro”.
Es decir, “se potenciarán las redes de autobuses urbanos eléctricos, las estaciones de carga para automóviles eléctricos y se transitará hacia fuentes de electricidad más limpias, como las eólicas y solares. Con el objetivo de disminuir la emisión de gases efecto invernadero en el marco de una política de sostenibilidad”.
“En adición —agregó— se invertirá en la red de banda ancha para dar cobertura de internet de alta velocidad a todos los ciudadanos, lo cual hará que la economía estadounidense sea más competitiva en la era digital y, crucialmente, ayudará a combatir la desigualdad al procurar reducir la brecha digital. El plan se traducirá en un mayor crecimiento, una mejor política ambiental y en menor desigualdad”.
Sobre el particular, el estudio de BBVA Research señala que “México debería comenzar a planear un programa de infraestructura potente. Primero, porque, después de décadas de subinversión, el estado de nuestra infraestructura es lamentable”.
En segundo lugar, porque “no lograremos aprovechar las ventajas competitivas de estar insertados en cadenas de valor con la economía más grande del mundo sin contar con una mejor infraestructura. No se podrá explotar el potencial para exportar a Estados Unidos y hacia el Pacífico sin mejores carreteras, trenes y puertos”.
La infraestructura “puede ayudar a reducir la desigualdad y aumentar la movilidad social: hoy en día, las escuelas, hospitales y la cobertura de internet son malos e insuficientes”.
Cuarto, porque es posible implementar un programa importante, de unos 4 o 5 puntos del PIB y financiarlo a largo plazo sin poner en riesgo la trayectoria de la deuda pública, sobre todo si se acompaña de anuncios de reformas fiscales que puedan aumentar la recaudación.
“Lamentablemente el país no está listo para un plan así, pues ello requiere un portafolio de proyectos con estudios de viabilidad y de retornos financieros y sociales listos a ser implementados, basados en criterios técnicos y no políticos. Se debería comenzar por ahí”, advirtió BBVA Research.
Por Raúl Castro-Lebrija