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Los datos del desempeño del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que arrojan que la economía mexicana crecería 24.8% en mayo contra igual mes de 2020, empiezan a verse con mayor cuidado por expertos ante el rezago del País en materia de empleo e inversión.
El indicador adelantado señala que el mayor rebote se registraría en las Actividades Secundarias, es decir, la industria de la Transformación, con un repunte de +36.4% en mayo a tasa anual, mientras que las Actividades Terciarias, esto es, el Sector Comercio y de Servicios, lo haría a un menor ritmo, con un 19.8 por ciento.
Los números difundidos en el quinto mes del año colocaron inclusive arriba de los estimados de analistas, en un 0.3% más, lo que reafirma que en el periodo abril–junio, el PIB crecería un 1.1%, a tasa anual.
“La dinámica de la economía mexicana descrita es positiva; no obstante, se puede señalar que aún debe superar desafíos estructurales que se encuentran relacionados tanto con los efectos asociados a la recesión del 2020, como con los rezagos productivos existentes antes de la crisis”, dice un informe del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic).
Una base mínima de comparación contra el 2020 hace también que la foto sea halagüeña, aunque lo cierto es que la capacidad de la economía mexicana se mantiene a la baja.
Desde el repunte de un cierre de 2021 de hasta 6%, las proyecciones de crecimiento del PIB para 2022 y 2023 ubican niveles de 2.65% y 2.0% respectivamente, y un crecimiento promedio de 2.10% para los siguientes 10 años.
El Idic apunta que la economía nacional crecerá hacia adelante en función de un número menor de empresas y de menores inversiones, y en la base de la cantidad y calidad del empleo generado.
A media tabla
El hundimiento del PIB de -8.5% no visto desde 1932, a consecuencia de la Pandemia desatada por el Covid-19 provocó que el desplome de la formación bruta de capital fijo, de -18.3%, siguiera afectando bien entrado el 2021, hasta marzo, cuando, sorprendentemente, la inversión cobró fuerza y creció 5.3% de forma trimestral.
Sin embargo, este empuje no es suficiente.
La encuesta más reciente de expectativas entre analistas del Sector Privado con más peso en el País, la recolectada por el Banco de México, arroja que los expertos ajustaron en mayo su proyección de crecimiento PIB del segundo trimestre a 16.33% respecto al nivel de 19.06% de abril, a tasa trimestral, es decir contra el primer trimestre de 2021.
“El contexto descrito permite establecer que la recuperación observada durante los meses de abril y mayo, fundamentada en el sector industrial interrelacionado a las exportaciones (gracias al desempeño del mercado de Estados Unidos), enfrenta el reto de ser duradero y tener una mayor relación con el mercado interno”, resalta el Idic.
Asociado con la Canacintra, el organismo más influyente de industriales en el País, el Idic señala que lo que se puede lograr en materia de políticas públicas es aumentar el contenido nacional de las exportaciones, lo que permitiría generar una mayor cantidad de empleos, combinado con otro elemento clave: la atracción de nuevas inversiones en los sectores estratégicos vinculados con el mercado externo.
Otros expertos han resaltado también las condiciones desfavorables para la inversión y el mercado interno marcados por los impactos de la mayor recesión económica en décadas del 2020, que golpeo el empleo y los ingresos familiares.
“Desde el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (Imef) hemos venido alertando sobre la posible caída de la tasa de crecimiento potencial del PIB, una vez que las reformas estructurales que se habían aprobado para atraer inversión se han estado revirtiendo, y no se están llevando a cabo otras reformas para impulsar la inversión”, dijo este organismo, con 1,600 asociados en todo el País, en un reporte mensual fechado en junio.
Hasta mayo, el mercado laboral continuó exhibiendo el rezago de los beneficios de la recuperación. Hasta el quinto mes del año, el IMSS
reportó un incremento acumulado de 335,700 empleos cifra inferior a la pérdida del 2020 y que aún deberá enfrentar los ajustes de nuevos integrantes a la Población Económicamente Activa (PEA).
En abril, el INEGI reportó un incremento en la tasa de desocupación que llegó a 4.7%, es decir, que involucra a 2.7 millones mexicanos en esta situación.