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Con deudas por más de 2,500 millones de pesos, el Grupo Senda, proveedor de transporte de pasajeros con presencia en el noreste y centro del país, avanza con paso firme en un extraño proceso de concurso mercantil. Después de varios años de esfuerzos infructuosos ante los tribunales especializados en procesos de cesación de pagos, los accionistas del Grupo Senda podrían, gracias a la resolución de un juez, dejar de pagar sus compromisos mercantiles, laborales y, por supuesto, tributarios, incluyendo cuotas ante el IMSS, INFONAVIT.
Lo interesante de este caso es que Senda tendría un expediente de transferencias de recursos a una donataria, la Fundación Protacio Rodríguez Cuellar A.C. Ya les había comentando que las donatarias y asociaciones civiles simplemente se encontraban en el ojo del huracán ante las autoridades del Servicio de Administración Tributaria luego de que la actual jefa de este organismo, Raquel Buenrostro, encontró muchas inconsistencias en sus reportes de gastos, inversiones y, por supuesto, de ingresos.
Ahora, en el caso de la Fundación Protacio Rodríguez sabemos que, entre mayo de 2018 y diciembre de 2019, habría sido parte de una estrategia para desviar recursos por más de 1,000 millones de pesos, recursos que fueron retirados de sus cuentas casi de manera inmediata. Lo interesante es que la mayoría de estos recursos provinieron de las cuentas del Grupo Senda, el mismo grupo que busca ahora la protección de las autoridades judiciales para declararse en concurso mercantil.
En julio de 2018, se le concedió el concurso mercantil a Grupo Senda. Los tiempos en los que Senda hizo depósitos unitarios hasta por dos millones de pesos a esta asociación civil sin fines de lucro tendrían que ser revisados por las autoridades judiciales y tendrían que revisarse con lupa. De confirmarse la simulación, Senda tendría mucho que explicar a las autoridades judiciales y tributarias del país. Entre 2016 y 2018, además, la Fundación Protacio Rodríguez Cuéllar A.C. declaró ingresos en cero. Entre el objeto social de esta asociación se encuentra, por cierto, el de administrar cajas y fondos de ahorro de los trabajadores afiliados de la Operadora de Desarrollo Social (ODESA), una compañía que maneja los fondos de ahorro de los trabajadores de Grupo Senda, un dato que, por cierto, se omitió de manera deliberada en la declaratoria de concurso mercantil. Entre los afectados de esta simulación anote usted a Navistar Financial, una sociedad financiera de objeto múltiple, que tuvo el mal tino de apostar por los negocios con Grupo Senda. Tenemos más información sobre este caso y le seguiremos informando.