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Una consulta pública del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) busca validar la flexibilización de medidas de América Móvil. Dicho agente no debe contar con libertad tarifaria mientras siga siendo preponderante. IFT debe revisar las consecuencias negativas de bajar la guardia en materia regulatoria, aseguró el Instituto de Derecho de las Telecomunicaciones (IDET).
El pasado 16 de marzo, el IFT abrió un proceso de consulta pública que, en los hechos, tiene por objeto validar la decisión adoptada por el regulador desde el pasado mes de diciembre en el sentido de aligerar algunas restricciones a las que se encuentra sujeto el Agente Económico Preponderante en Telecomunicaciones (AEP-T).
Para los integrantes del IDET resulta alarmante que sea el propio órgano responsable de imponer al AEP-T las medidas asimétricas necesarias para evitar que se afecte la competencia y libre concurrencia en el sector de telecomunicaciones, el que opte por flexibilizar algunas de esas medidas, en franco beneficio de América Móvil y, en clara contravención a lo dispuesto en la reforma constitucional de telecomunicaciones de 2013 y en la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
El IFT sabe que la figura de preponderancia es constitucionalmente distinta a la de mercado relevante y que la intención del Constituyente Permanente es que aquella no pueda diluirse en consideración a mercados específicos, ya sea por servicio o por cobertura geográfica. Antes de la reforma de 2013, el ahora AEP-T fue exitoso al cabildear con los reguladores la determinación de cada mercado para evadir la regulación y al litigar en tribunales la delimitación de cada uno de ellos. Por eso la preponderancia abarca al sector telecomunicaciones como un todo indivisible a nivel nacional.
Por otra parte, dijo el IDET, es de llamar la atención la celeridad con la que el IFT busca permitir que el AEP-T goce de plena libertad para fijar las tarifas del servicio de acceso indirecto al bucle local en algunas zonas geográficas, tomando en cuenta que ni siquiera han entrado en vigor otras obligaciones derivadas de la Segunda Revisión Bienal de las Medidas Asimétricas de Preponderancia concluida apenas el pasado mes de diciembre, momento en el que el regulador aprobó para si mismo, la facultad de concederle al AEP-T algo inconcebible, el contar con libertad tarifaria, a pesar de mantener su carácter de preponderante al seguir acumulando alrededor del 60% de participación de mercado de todo el sector telecomunicaciones.
Resulta altamente desconcertante, agregó el IDET, que en la actualidad se perciba que en el órgano regulador gana terreno un enfoque laxo o generoso respecto a la importancia de mantener las diversas obligaciones asimétricas y los principios regulatorios previstos no sólo por el IFT, sino por la Constitución y la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, frente a un enfoque que demuestre una clara preocupación por consolidar la competencia en un sector telecomunicaciones en el que existe aún un alto nivel de concentración en manos del mismo agente económico que ha dominado de manera evidente el sector desde 1997 cuando se dio la apertura a la competencia .
Es incomprensible que haya quienes dentro del IFT piensen que, porque en determinados mercados locales se ha observado una disminución en la concentración de algún servicio específico, se puede pensar ya en liberar al AEP-T de la carga que debe diseñarse siempre para dicho agente como un todo y en todos sus mercados .
De haberse adoptado en otros tiempos, este tipo de enfoque regulatorio sin sustento y generoso con el agente más poderoso en los albores de la apertura a la competencia en el mercado de larga distancia en nuestro país, cuando se sabía que había una competencia intensa en los mercados locales de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, los pocos logros que a nivel nacional se pudieron obtener hubieran desaparecido mucho más rápido que lo que se observó en aquellos años, en los que, si nadie dentro del IFT recuerda, vale la pena señalárselos: ¿el operador dominante termino por recuperar gran parte del terreno que había cedido a la competencia, en buena medida por la actitud permisiva del regulador de entonces.
El IDET concluyó que, de manera respetuosa, exhorta a los comisionados del IFT y demás funcionarios de ese órgano regulador a que no hagan a un lado la historia regulatoria de nuestro país, así como que revisen cuáles han sido las consecuencias en otros periodos de haber bajado la guardia o haber pensado que la competencia en México ya era suficiente.