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Hasta hace un tiempo, la mayoría de gestores y economistas recomendaban a pequeñas y medianas empresas sumarse al mundo digital a través de plataformas virtuales como los e-commerce. En la actualidad, sin embargo, esta recomendación se ha convertido, prácticamente, en una obligación para la subsistencia para cualquier tipo de empresa, sea del tamaño que sea.
El mundo actual presenta retos de todo tipo, entre los que la diversificación, de la mano del avance de la tecnología, cobra especial importancia.
En Revista Fortuna hemos hablado en otras ocasiones de los comercios electrónicos y de la presencia que tienen en México, sin embargo, en esta ocasión nos gustaría repasar algunas de las características que los convierten en herramientas imprescindibles.
En primer lugar, resulta importante detenerse en ejemplos de esta implementación virtual. En el sector del ocio y entretenimiento encontramos un ejemplo que no solo ha sabido llevar a cabo esta adaptación al entorno digital, sino que la ha aprovechado para potenciar su capacidad de negocio: los juegos de casino online. Este tipo de juegos han sabido llevar al usuario una experiencia muy similar a la física sin necesidad de moverse de casa, y además ofrecen seguridad y un servicio de atención al cliente que, generalmente, es de muy buena calidad.
En una línea muy similar están las apuestas deportivas, las plataformas de video bajo demanda o, para poner ejemplos que pueden extrapolarse a todo tipo de negocios, las plataformas de productos de segunda mano o gigantes que venden productos de todo tipo.
Todos ellos constituyen ejemplos de cómo el e-commerce ha sabido aprovechar internet para poner a disposición del consumidor prácticamente cualquier tipo de producto.
Entre los aspectos positivos que reportan los comercios electrónicos encontramos, por ejemplo, que el coste que implica emprender de esta manera es mucho menor al que implica desarrollar un comercio físico. Esto se basa fundamentalmente en la ausencia de gastos de mantenimiento, como el alquiler del local, etc.
Además, tener una plataforma online nos permite mostrar nuestros productos de una manera mucho más eficiente, no solo en el caso de las empresas que tiene exclusivamente una tienda online, sino en aquellos modelos híbridos donde existe una tienda física y una plataforma online. De hecho, esto también nos favorece a nivel local puesto que aquellos compradores que se desplacen físicamente a la tienda pueden, antes de hacerlo, ver todos los productos que tenemos en stock, algo que difícilmente puede hacerse en una visita.
Por supuesto, los e-commerce ofrecen un sinfín de posibilidades a la hora de promocionar nuestros productos o llevar a cabo diferentes planes de marketing, como descuentos o talones de regalo.
En cualquier caso, aunque existen otras muchas ventajas, también es importante destacar algunos de los inconvenientes que implica tener un comercio electrónico. El primero de ellos, por supuesto, tiene que ver con la logística. Todo aquel que tenga un comercio de estas características dependerá de la logística y será crucial contar con una compañía de confianza que, además, nos proporcione unos precios competitivos.
La otra gran desventaja del comercio electrónico tiene que ver con la fidelización del cliente. Mientras que en una tienda física la fidelización viene del trato personal, en las tiendas online resulta muy difícil fidelizar al cliente por esa falta de trato personal y por la gran cantidad de competencia que hay en la red. En cualquier caso, el número potencial de clientes crece drásticamente cuando hablamos de e-commerce, por lo que puede que la balanza sigua decantándose por este formato.
Por supuesto, hay que medir todos los riesgos y los puntos fuertes, analizar nuestro producto y preguntarnos si se puede vender a través de internet, pero, de lo que no cabe duda, es de que los comercios electrónicos seguirán creciendo y se han convertido ya en una pieza fundamental de la economía de pequeñas y grandes empresas.
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