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Aquellos que padecen o han padecido cáncer o quienes tienen a un familiar en estas circunstancias, saben que esta enfermedad no se combate con un solo medicamento sino que, generalmente, se hace con la mezcla de varios medicamentos oncológicos, en proporciones que el médico tratante específica, individualmente, para cada paciente. En el pasado, estos “cocteles de oncológicos”, se preparaban directamente en los hospitales y clínicas donde se da atención a los pacientes con cáncer, dentro de las diversas instituciones del sector salud. Sin embargo, desde hace varios años, muchos años, este servicio se contrató con empresas privadas y, prácticamente, en ningún centro hospitalario sel sector salud hoy se preparan ya dichas mezclas.
Entre estas compañías proveedoras de este servicio, la preponderante es una empresa llamada SAFE Centro de Mezclas. Hablamos de una empresa que forma parte del Grupo Pisa. Y que tiene contratados, desde hace varios años, este servicio para un gran porcentaje de los hospitales y clínicas del sector salud del Es casi un monopolio.
Por eso, la inhabilitación de PISA y de DIMESA tiene varias aristas porque nos muestra porque no debió permitirse este nivel de concentración en un jugador que hoy podría estar frotándose las manos como respuesta a la inhabilitación de la Secretaría de la Función Pública contra dos de sus principales controladoras.
Una vez que la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) logró la adquisición de los medicamentos oncológicos, estos deberán ser entregados a algunos de los distribuidores regionales o, en el mejor de los casos a Birmex, la empresa del gobierno especializada en medicamentos y fármacos, para que, de alguna forma, sean llevados a las diversas instituciones y hospitales del Sector Salud, que son los participantes reales de las compras que hace o hará por esa vía el INSABI.
Enseguida, los medicamentos oncológicos, en sus cajitas, deberán ser entregados a SAFE, para que en esta empresa se realicen las mezclas -día a día- que los especialista hayan prescrito a cada paciente específico, incluso éstos fármacos llegan al hospital con el nombre del paciente.
Esto ha ocurrido así desde hace ya varios años, a costos elevadísimos. El Centro de Mezclas es, como se puede confirmar, un negocio tan grande, o más , que la misma venta de los medicamentos oncológicos. Esto también lo controla de manera preponderante PISA. Reitero, esto ocurre así, hoy es así; y de alguna forma funciona y bien. Que no es el mejor esquema, que es un gran negocio para algunos, es cierto, pero funciona y salva vidas. Por ello, PISA se frota las manos.
Con medicamentos disponibles, la tarea de preparar las mezclas se hace por SAFE, desde hace ya tiempo. Y funciona bien.
Ahora, que sabemos que PISA y DIMESA, han sido sancionados por la Función Publica, y no podrán contratar nada por 30 meses, con la Federación, nos enfrentamos a un tema muy delicado.
PISA Y DIMESA- son, via SAFE, casi los únicos proveedores de este servicio de preparar y llevar las mezclas de oncológicos a los hospitales. SAFE no está inhabilitada, lo confirmé con PISA, en donde aseguran que sus adquisiciones en los problemas que no orresponden a partidas originadas en la Federación seguirán sin problemas porque la SFP no tiene injerencia en las tesorerías regionales.
Sin embargo, si la inhabilitación involucrara también a SAFE, esta empresa no podría tener contratos con la Federación, lo que dejaría a los hospitales públicos del país, principalmente a los del IMSS, sin el acceso a los cocteles de medicamentos que los pacientes requieren.
De no contar con los servicios de SAFE, los hospitales del sector salud tendrían que, a marchas forzadas, rehabilitas las áreas que para este fin existían en cada unidad médica y, desde luego, contratar el personal dedicado y especializado, que lógicamente debe estar bien capacitado para poder operar -preparar las mezclas- en dichos centros de mezclas en los propios hospitales tal y como se hacia antes de subcontratar con un privado este servicio vital
El combate a la corrupción, como se confirma, involucra desarticular muchas redes y complicidades pero también es necesario pensar en la salud de los enfermos de cáncer.