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Se ha concretado una nueva transición con la llegada del nuevo gobierno que encabeza el presidente López Obrador. Sin embargo, hay muchas incógnitas que no se han resuelto y es importante plantearlas para saber hacia dónde va México.
Es importante comprender que el cambio de gobierno en México se dio porque se votó contra la corrupción. Sin embargo, pienso que esto no le da derecho al nuevo gobierno a taladrar las instituciones que se han construido. Se deben castigar los funcionarios o exfuncionarios que se les demuestre que hayan incurrido en actos de corrupción, no ser inquisidores y señalar sin pruebas ni denuncias. El combate a la corrupción debe ser claro.
Otro de los temas que enfrenta la nueva administración es qué hacer con Pemex, si bien es cierto que el quebranto que tiene la empresa del Estado no es de este gobierno, no queda claro tengan un verdadero plan de negocios para rescatarla de sus malos manejos administrativos y corrupción. Es la empresa más endeudada del mundo y se necesitan soluciones financieras técnicas para que no vaya a arrastrar al país a una crisis.
La próxima crisis que puede tener México será por Pemex si pierde el grado de inversión, a pesar de que el nuevo gobierno ha recibido estabilidad macroeconómica y baja inflación, una crisis por la deuda de la empresa del Estado tendrá un impacto negativo en el crecimiento, en el empleo y sobre todo en la calidad de vida de muchas personas.
No veo un plan claro para mejorar la calidad educativa, es fundamental tener educación de calidad en México para poder aspirar a tener un mejor país. No es el hecho de construir más universidades públicas por construirlas, es mejorar las que ya existen y tener más inversión en investigación e innovación. Pero hasta el momento no lo han mencionado, además no se ve cómo van a mejorar la calidad educativa a nivel básico.
No veo un plan claro para el desarrollo empresarial y es necesario porque a mayor cantidad de empresas hay mayor empleo. Nuestro país por muchos años ha desperdiciado el talento que tiene para la creación de negocios, solamente basta ver la gran cantidad de comercios y pymes que sostienen al país. A los jóvenes no hay que regalarles dinero, hay que enseñarles que son capaces de crear sus propias fuentes de empleo.
México ocupa el lugar 138 de 180 en corrupción, entre otros factores se debe a que no tenemos un Estado de derecho. Somos un país de leyes pero que no se aplican, curiosamente los datos demuestran que los países con menor corrupción como Chile o Canadá son países que además de tener un sistema de libre mercado, tienen instituciones fuertes relacionadas con la aplicación de la Ley.
Hasta que en México no tengamos un Estado que aplique la Ley, poco se podrá avanzar para tener una mejor economía y mejor país.
Los retos del nuevo gobierno serán tratar de tener un país con un Estado de derecho y que castigue la corrupción, además se le debe dar prioridad a la educación, investigación y desarrollo. Se dice fácil pero el futuro de las siguientes generaciones está en juego, si este gobierno fracasa habrá creado altas expectativas y seria un aterrizaje muy duro para millones de personas.
Estamos a tiempo, pero queda poco tiempo. La realidad se impondra al nuevo gobierno.
Jorge Sánchez Tello*
*Director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros – FUNDEF A.C. Centro de Investigación Independiente con sede en el ITAM sobre el Sistema Financiero.