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Por Mariana Cosso
Todo empezó en 1926 cuando Pio Bozzi y John Ganzi, dos italianos que emigraron a Estados Unidos, decidieron poner un restaurante en Nueva York. Su idea era abrir un local dedicado a la comida italiana, pero un par de accidentes graciosos cambiaron la concepción original y le dieron un giro totalmente inesperado al surgimiento de The Palm.
Bozzi y Ganzi acudieron a registrar su nueva empresa ante la autoridad competente de Nueva York bajo el nombre de su ciudad natal, Parma, pero su acento italiano confundió al empleado que los atendió y éste emitió la licencia de operación del restaurante como The Palm.
Los steaks tampoco eran parte de la idea de los italianos, pero un día a un comensal se le ocurrió pedir un steak y en un afán de no quedar mal con su cliente, Ganzi corrió a comprar la pieza a una carnicería cercana para complacer el pedido. El plato resultó ser tan bueno, que la voz corrió y los clientes empezaron a pedirlo con mucha frecuencia.
Con el paso del tiempo, The Palm abrió sucursales en muchas otras ciudades estadounidenses y en el extranjero, una de ellas en la Ciudad de México, donde se encuentran algunas de las mejores carnes de la capital.
El equipo dirigido por el chef Luis del Sordo sabe llevar los cortes al punto exacto de cocción para complacer a cualquier paladar. Pero lo mejor, sin duda, es que también llevan al punto de la perfección la atención y el servicio probando que con gracia y gentileza los alimentos se aprecian más.
Para disfrutar de una buena experiencia gastronómica, lo recomendable es llevar tiempo suficiente y empezar con un buen aperitivo acompañado de una de las entradas del menú. Se puede elegir entre las clásicas, como Calamares fritos, Ostiones en su concha y el Bisque de Langosta, aunque también puede optar por la sugerencia del chef.
Para pasar al siguiente tiempo, hay que decidir entre pescados y mariscos, especialidades italianas, hamburguesas, la especialidad de la casa -la Langosta Jumbo de Nova Scotia-, o los tradicionales steaks y carnes. Si es su primera visita, la recomendación es que elija entre carnes y langosta.
Los cortes son suaves y prueban que ser vegetarianos es una gran equivocación. Puede encontrar Filete Mignon, New York Strip, Prime Rib al horno o Rib Eye. Si desea acompañarlos con vino, la sommelier de la casa lo guiará para elegir la etiqueta que mejor maride con su carne; la cava de The Palm es una de las mejores surtidas de la ciudad.
Cuando llegue el momento de endulzar el paladar, el capitán de meseros se acercará a sugerirle amablemente postres como el Pastel de chocolate, el Pay de limón o el Tiruamisú, pero ir a The Palm y no probar el tradicional New York Cheesecake es casi un pecado, es traído desde la ciudad estadounidense que le da su nombre y preparado especialmente para el restaurante.