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El peso padeció el anuncio de la decisión de política monetaria en Estados Unidos que todos los mercados habían descontado con suficiente anticipación, pero no fue la única moneda afectada ni la que sufrió el mayor impacto.
Como estaba previsto la Fed incrementó la tasa de referencia 25 puntos base para colocarla en 2 por ciento (1.75-2.00), modificó sus pronósticos macroeconómicos al alza y confirmó más movimientos en su política económica.
Ello, como consecuencia del fortalecimiento económico de Estados Unidos que está tocando máximos en variables relevantes de los últimos trimestres.
Es el caso de las fuertes condiciones del mercado laboral, la inflación que se está acercando a su objetivo de mediano plazo.
Además, en el primer trimestre la inversión privada tuvo un fuerte repunte del 7.2 por ciento a tasa trimestral anualizada, aunque que el consumo se moderó a 1 por ciento, en abril toco su máximo nivel de los últimos cinco meses.
A la par la estimación de inflación, que se ha mantenido en dirección hacia su objetivo de 2 por ciento en el mediano plazo.
Tras el anuncio de la Fed en los mercados se disparó brevemente la demanda la moneda estadunidense, con lo que el peso mexicano se depreció 1 por ciento para tocar un máximo de 20.81 por dólar, aunque después se recuperó en parte para cerrar en 20.74 pesos.
De acuerdo con la agencia Bloomberg, la demanda de dólares se suspendió una vez que el Wall Street Journal dio a conocer la intención de Washington de imponer aranceles a importaciones de Chinas por miles de millones de dólares.
Consideraciones de Monex
Durante este comunicado todas las variables económicas de las que la Fed hace estimados, se modificaron respecto a las planteadas hace apenas tres meses, lo que sugiere una visión más optimista respecto a la actividad económica, empleo e inflación que acarrearía mayores tasas de interés.
Dado este escenario, consideramos que el lenguaje fue más hawkish que el anterior, lo que podría incorporarse a los riesgos de distintos bancos centrales para sus decisiones de política monetaria, incluyendo al Banco de México.
El escenario de que el dot plot se modificara para incorporar cuatro incrementos en la tasa de fondos federales en el 2018, lo habíamos estimado previamente, por lo que mantenemos nuestra previsión de un incremento más de 25 puntos base en la tasa de referencia durante el segundo semestre de este año para concluir el 2018 en un rango entre 2.00 por ciento y 2.25 por ciento.
Si bien el curso de alza de tasas sigue siendo gradual, el tono más hawkish del comunicado muestra que los miembros desean ajustar la política monetaria a un ritmo más rápido.
Con los aumentos en la tasa de referencia, al tiempo que se continúa disminuyendo la hoja de balance y se mantienen las subastas de las Notas del Tesoro para fondear la reforma fiscal, los bonos del tesoro han estado fuertemente presionados.
Esto plantea un escenario de riesgo no solo para las economías emergentes, sino también para los países desarrollados.
Consideraciones de Scotiabank
En un tono más hawkish de lo esperado, el Comité señaló que “se espera que los futuros aumentos graduales en la tasa de fondos federales sean consistentes con una expansión sostenida de la actividad económica y un fuerte mercado laboral, así como con el objetivo simétrico de la inflación anual del 2.0 por ciento en el mediano plazo”, agregando además una nota sobre que “las perspectivas de riesgos para la economía parecen estar prácticamente balanceadas”.
Inesperadamente las perspectivas de un aumento en las tasas para este año cambiaron, señalando que podría haber una o dos adicionales en este año, tras un incremento en su mediana del 2.1 por ciento a 2.4 por ciento.
Consideraciones de Banorte
El mercado de renta fija local observó una corrección de la mano de bonos soberanos alrededor del mundo ante el sesgo más hawkish del Fed, con tasas en Bonos M presionándose hasta 5 puntos base y cediendo una apreciación de 1-3 puntos base antes del anuncio.
De manera similar, se observó un ajuste a lo largo de la curva de derivados de TIIE-28 con las mayores pérdidas concentradas en la parte larga.
No obstante, conforme el mercado digirió el comunicado y la conferencia de J. Powell se observó cierta moderación en el movimiento previo.
En este sentido y de cara a la decisión de Banco de México la siguiente semana, el mercado descuenta un total de 42 puntos de alzas acumuladas para el verano y 53 puntos para fin de 2018.
Consideramos prudente mantener estrategias defensivas en tasas revisables (e.g. Bondes D de 5 años) y continuar con una sub-exposición en Bonos M, esperando mejores condiciones de mercado.
En el cambiario, el dólar reaccionó con una fuerte alza tras el comunicado y las proyecciones, con el BBDXY ganando hasta 0.50 por ciento; sin embargo y similar a las tasas de interés, gran parte del movimiento se ha diluido.
Afecta a las monedas emergentes
Esta dinámica se observó también en la paridad peso-dólar, presionándose desde 20.60 por dólar hasta 20.83 como máximo intradía pero regresando a 20.74, resultando en una pérdida de apenas 0.1 por ciento en la sesión.
La decisión probablemente añadirá vientos en contra para emergentes en un contexto de mayor fragilidad en estos países y salidas de flujos, además de riesgos idiosincráticos en países como Brasil, Argentina, Turquía y Sudáfrica.
Esta situación también podría afectar al peso, con una mayor probabilidad de marcar nuevos máximos del año hacia 21.00 por dólar.
Nos mantenemos sin posiciones ante un nivel de entrada que nos parece poco atractivo, si bien aún muy cautelosos sobre el peso y previendo la posibilidad de presiones adicionales en el corto plazo
La actualización de los estimados macroeconómicos mostró un alza en el estimado del PIB para este año y una reducción en la expectativa de desempleo éste y el próximo año, mientras que se ajustó al alza el estimado de inflación subyacente para este año.
Lo anterior, nos lleva a modificar nuestro estimado en el rango de la tasa de Fed funds de una más en el año a dos, una en la reunión de septiembre y otra en la de diciembre.
Consideraciones de Invex
Consideramos que la Fed decidirá aplicar ajustes adicionales en sus reuniones de septiembre y diciembre, por lo que ahora esperamos que la tasa superior de los fondos federales cierre el año en 2.50 por ciento.
No obstante, la economía de EU se acerca a la etapa final del ciclo económico en momentos en que las tensiones comerciales pesan sobre la economía global, por lo que el espacio para incrementos adicionales podría ser limitado y aumenta la probabilidad de un mayor aplanamiento de la curva.
Consideraciones de Ve por Más
Observamos un cambio en la media de los integrantes de la Fed, que ahora indica dos alzas adicionales en la tasa de interés para el segundo semestre (cuatro en total para 2018).
Será relevante darle seguimiento a aquellos miembros que no han cambiado su visión y que siguen esperando sólo un alza adicional en 2018.
Con la información disponible, pronosticamos que con altas probabilidades sea en septiembre y diciembre que se observen ajustes al alza en la tasa de interés de 25 puntos cada uno, para cerrar 2018 en 2.5 por ciento.
Por su parte, Banxico actuará de manera similar en la junta del 21 de junio, con un incremento de al menos 25 puntos base, para llevarla a 7.75 por ciento.
Consideraciones de Finamex
Por parte de Finamex, más que hacer un análisis sobre la decisión de política monetaria de la Fed y de sus perspectivas macroeconómicas, como fueron expuestas por Jerome Powell, se concentró en las implicaciones para las estrategias monetarias en México. A continuación se reproduce la nota elaborada.
Banxico bajo presión para subir 25 bps
en junio mientras el MXN pierde su brillo
Guillermo Aboumrad
El 21 de junio, la Junta de gobierno del Banco de México se reunirá para decidir el destino de la tasa de política monetaria, en la que esperamos un incremento de +25 puntos base. En nuestra opinión, el balance de riesgos para la inflación se deterioró desde la última reunión, presionando a Banxico para que aumente la tasa de política monetaria hasta 7.75 por ciento, ya que el MXN ha estado perdiendo su brillo. El viernes pasado, nos enteramos por el CME que las posiciones largas no comerciales en pesos pasaron a ser negativas después de alcanzar en abril su máximo de este año a 18 pesos por dólar.
La herramienta de política correcta es de un alza en las tasas, en comparación con una intervención directa en el mercado de divisas. Juzgamos que el nivel actual del MXN en 20.7 se explica completamente por la depreciación general de las monedas de mercados emergentes, y el aumento en el tamaño de la desviación entre el MXN y sus pares se relaciona con el reciente aumento en el TLCAN y las fluctuaciones en los aranceles comerciales. En este contexto, una intervención de FX solo se justificará si el nivel de MXN estuviera fuera de contexto con los riesgos actuales debido a un ataque especulativo, que no es el caso.
La reciente derrota en las monedas de mercados emergentes ha demostrado ser más agresiva (y menos temporal de lo que se pensaba) con las monedas que son percibidas como que sus bancos centrales están detrás de la curva. Destacando la Lira Turca y el Peso Argentino, donde sus Bancos Centrales se vieron obligados a incrementar sus tasas desde mayo hasta la fecha en 900 y 975 pb, respectivamente.
Además, India, Indonesia y Filipinas la han aumentado en 25, 50 y 25 pb respectivamente. El mercado bien podría estar comenzando a volver a poner precio al escenario de equilibrio de comienzo de año en el que se observaba un crecimiento global que beneficiaba a los mercados emergentes, a uno donde solo se destaca el crecimiento de los Estados Unidos. Si este es el caso, el débil desempeño de la producción industrial reciente de México nos pondría en desventaja.
A pesar de que hemos argumentado que si algo ha hecho Banxico es estar por delante de la curva, no querrán perder una oportunidad como esta para reafirmar su posición. Esto es especialmente cierto cuando otros riesgos particulares de México han aumentado, incluida la probabilidad de que la próxima administración negocie el TLCAN, los aranceles recientemente impuestos sobre el acero y el aluminio y la amenaza de una guerra comercial que se intensifica con consecuencias directas para la inflación.
Creemos que Banxico no perderá esta oportunidad de reafirmar su posición por delante de la curva cuando el mercado ya está cotizando en la curva de TIIE más del 90 por ciento de probabilidad de un movimiento de 25 pb en junio. Además, el mercado está valorando +38 pb en agosto. Con un alza de +25 pb en junio, Banxico se colocará en una mejor posición para cubrir los nuevos riesgos y los que le han preocupado más en relación con una disputa postelectoral en caso de un resultado cerrado.
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