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El crecimiento potencial de México es entre 3.5 y 4 por ciento, pero el entorno internacional y las reformas estructurales que impulsa el gobierno federal podrían agregar otros puntos porcentuales, lo que permitiría alcanzar una tasa de crecimiento de entre 6 y 6.5 por ciento, afirmó el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.
En su conferencia “Panorama económico de México”, en el marco de la XXIII Convención de la Aseguradores de México, Carstens dijo que el crecimiento potencial de México es entre 3.5 y 4 por ciento, pero el entorno externo podría añadir un punto porcentual y las reformas estructurales agregar 1.5 por ciento adicional, lo que llevaría a tasas de crecimiento entre 6 y 6.5 por ciento.
Consideró que mientras la economía mundial se recupera se deben aprobar las reformas estructurales e implementarlas. Para que surtan efecto podría llevar tiempo y dar más o menos 1.5 o 2 por ciento adicional de crecimiento, según la profundidad de las reformas y del tiempo de implementación de las mismas, y después de eso hay que sumarle todavía el rezago que se tiene por la falta de crecimiento mundial y eso ya nos pondría en un nivel cercano a tasas como 6 y 6.5 por ciento.
“Entonces, yo creo que es una meta alcanzable y ciertamente creo que debemos concentrarnos en estas reformas, hacerlas lo más profundas posible, implementarlas lo más rápido posible porque de esa manera los resultados se van a ver mucho más rápido en términos de crecimiento, creación de empleos, abatimiento de la pobreza”.
Durante el foro organizado por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), Carstens dijo que en la medida en que México no tenga el impulso de crecimiento del exterior, como sucedía anteriormente, el país lo tiene que generar desde adentro, y la única manera de hacerlo es siendo más competitivos, lo que se logrará con las reformas estructurales.
No se puede confiar en el crecimiento externo para que México siga progresando a la tasa que lo estaba haciendo, aseveró.
Respecto a los flujos de capitales, afirmó que no debe sorprender que México esté recibiendo montos muy grandes de capitales, ya que esto es resultado del diferencial de tasas de interés, a pesar de que el Banco de México consideró era posible bajar la tasa de interés medio punto y aún con esas menores tasas converger al objetivo de 3 por ciento en el mediano plazo.
Si los flujos en capitales siguen entrando a una gran velocidad, es en parte por el diferencial de tasas, pero también es por diferencial que existe en términos de perspectivas de crecimiento económico.
“A pesar de que estamos creciendo entre 3 y 4 por ciento esto es mucho mejor de lo que está pasando, sobre todo en países avanzados. Llevamos 16 trimestres consecutivos con crecimiento económico positivo y eso nos está desinhibiendo”.
Destacó la entrada de capitales dirigidos al mercado financiero, muy concentrados en títulos de gobierno, algo en bonos emitidos por el sector privado y también algo en la Bolsa Mexicana de Valores. Y eso ha generado un comportamiento positivo en la bolsa y ha contribuido a una caída importante en las tasas de interés en México.
Sin embargo, señaló que sería mejor que la entrada de los flujos de capital fueran a través de inversión extranjera directa, porque estarían más asociados al crecimiento económico, a la transferencia de tecnología y tendrían un impacto mucho más directo sobre el crecimiento económico y que llevaría a ser más competitivos.
Aunque reconoció que no se puede forzar esa situación sino es cuestión de mercados, de que los inversionistas extranjeros vean las oportunidades y es precisamente a través de esas reformas que se podrían abrir sectores a la inversión y eso podría ser un incentivo para que los inversionistas estén dispuestos o deseosos de tomar riesgo en México, en vez de un título financiero con una inversión directa.
Insistió en la posibilidad de que las tasas en el exterior empiecen a subir y provocar una reversión de flujos, por ello “aquellas economías que hayan aprovechado el periodo de flujos de capital para volverse más competitivos, para volverse más productivos, para volverse más seguros desde el punto de vista de su capacidad de crecimiento son aquellos que van a tener una mayor capacidad de retener capitales”.
En el Centro Banamex, donde se realiza el foro de dos días de los aseguradores, Carstens afirmó que el Banco de México va a seguir insistiendo en bajar la inflación y hacerla que converja al 3 por ciento.
Dijo que los precios externos de algunas mercancías han presionado los precios de algunos productos agropecuarios en México, además de factores sanitarios, como es el caso del huevo, y aspectos climáticos, como son los precios de frutas y verduras, que han influido en el alza de la inflación, pero no implica un aumento generalizado en los precios.
“Es de esperarse que esos aumentos en precios tiendan a revertirse, y la inflación relativamente pronto converja a un nivel inferior al 4 por ciento, y que en el mediano plazo siga su trayectoria hacia el objetivo permanente de inflación del 3 por ciento”.
Aseguró que existe confianza en el largo plazo sobre el valor de la moneda nacional, y que la caída en tasas es quizá el principal canal de transmisión de una buena política monetaria para impulsar el crecimiento económico del país.