La inútil “Ley FEND OFF Fentanyl” podría agravar la crisis del nitazeno: The Cato Institute. “Es un teatro político”: Singer.

The Cato Institute considera que la ley para bloquear la producción del fentanilo es un teatro político
The Cato Institute considera que la ley para bloquear la producción del fentanilo es un teatro político

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 29 segundos

Desde el punto de vista sanitario y estructural, el gobierno de Estados Unidos se estaría equivocando otra vez en aplicar una regulación como “Ley FEND OFF Fentanyl”, para atacar la producción y distribución de fentanilo, consideró el investigador Jeffrey A. Singer, en The Cato Institute. El enfoque equivocado en la aplicación de la Ley Fentanilo Fuera atraería nuevas drogas, incluso más letales, al mercado estadounidense.

Luego de que, a principios de este año, el Senado de Estados Unidos logró un acuerdo bipartidista entre republicanos y demócratas para aprobar un paquete de gastos suplementarios que creará leyes de inmigración y asilo más estrictas para abordar el flujo migratorio en la frontera sur y que en ese paquete también incluía ayuda a Ucrania e Israel, así como la Ley FEND OFF Fentanyl (Ley para la Erradicación del Fentanilo y la Disuasión de Narcóticos), el gobierno de Donald Trump, a través del FINCEN, ordenó al amparo de esta ley bloqueos de las transferencias de tres instituciones financieras mexicanas a cualquier punto del sistema de pagos de Estados Unidos.

El investigador Jeffer A. Singer, con participación en The Cato Institute calificó esta legislación y su aplicación como un “teatro político” sin efectos claros para frenar el consumo de drogas. Actualmente, Singer trabaja en el Departamento de Estudios de Políticas de Salud de The Cato Institute. Es presidente emérito y fundador de Valley Surgical Clinics Ltd., la clínica privada de cirugía más grande y antigua de Arizona, y ha ejercido la cirugía general privada durante más de 35 años.

El analista publicó un artículo en el sitio de The Cato Institute en el que afirma que la Ley FEND OFF Fentanyl se dirige a individuos y organizaciones internacionales de narcotráfico vinculadas al tráfico ilícito de fentanilo y sus precursores, con sanciones financieras y patrimoniales.  Singer recordó que el presidente Biden impuso varias de estas sanciones en diciembre de 2021 mediante la Orden Ejecutiva Número 14059. La Ley FEND OFF Fentanyl hace que estas sanciones sean permanentes. Añade otras contra individuos y organizaciones involucradas en la compra, venta o lavado de dinero relacionado con el tráfico ilícito de fentanilo y sus precursores.

Así, este 26 de junio, el Departamento de Estado dio a conocer que, bajo esta ley, se impulsa además una nueva política de restricción de visados para disuadir y desmantelar la circulación de fentanilo y otras drogas ilícitas hacia Estados Unidos.

En un comunicado, el Departamento de Estado aseguró que Estados Unidos utilizará todas las herramientas necesarias para disuadir y desmantelar la circulación de fentanilo y otras drogas ilícitas que ingresan a Estados Unidos y perjudican a los ciudadanos estadounidenses.

Sin embargo, para Singer, este esfuerzo sólo destapará otro problema: el de droga más letales y afirma que, si sanciones federales como estas funcionaran, el crimen organizado sería cosa del pasado. Pero sigue vigente.

“Presionar a los fabricantes chinos de precursores de fentanilo podría beneficiar a sus competidores en India. Y como librar una guerra contra las drogas es como un juego de golpear topos, el negocio de los precursores surgirá en otros países a medida que se presenten las oportunidades”, dijo el experto.

Lo peor de todo, agrega, es que este “teatro político ineficaz ignora la ley de hierro de la prohibición: «Cuanto más dura sea la aplicación de la ley, más dura será la droga». Como Josh Bloom (director de Ciencias Químicas y Farmacéuticas del Consejo Americano de Ciencia y Salud) y yo escribimos en un artículo reciente para USA Today, una clase de opioides sintéticos, llamados vagamente «nitazenos», podría pronto causar la próxima plaga de sobredosis”.

Y explica: “Los «nitazenos» son compuestos derivados del benzimidazol, que es benceno ligado al imidazol. Los químicos estadounidenses argumentan que estos compuestos técnicamente no cumplen con la definición de «azenos» de la Denominación Adoptada de Estados Unidos (USAN). Sin embargo, el nombre se ha mantenido. Desde 2019, los laboratorios de toxicología de Europa, el Reino Unido y Norteamérica han detectado cada vez más isotonitazeno (los usuarios lo llaman “iso” o “tony”) en estudios de toxicología de sobredosis”.

Aún más, agrega, los precursores para la fabricación de derivados del benzimidazol son omnipresentes. A diferencia de los derivados del fentanilo, que tienen la estructura de la piperidina, los fabricantes de derivados del benzimidazol parten de los “anillos” fusionados de benceno e imidazol para producir innumerables reacciones químicas. Los fabricantes farmacéuticos y químicos utilizan el benzimidazol en una amplia gama de productos con efectos muy variables.

Los derivados del benzimidazol incluyen los inhibidores de la angiotensina II, que los médicos recetan para tratar la hipertensión arterial. (Algunos ejemplos incluyen azilsartán, candesartán y telmisartán). Muchos fármacos antihelmínticos (utilizados para tratar infestaciones humanas por nematodos) son derivados del benzimidazol. Los inhibidores de la bomba de protones como el omeprazol y el pantoprazol, que tratan eficazmente el reflujo ácido y la hiperacidez gástrica, son derivados del benzimidazol, al igual que los antipsicóticos como la clompimozida y el droperidol.

En la década de 1950, refirió, la farmacéutica suiza CIBA utilizó derivados del benzimidazol para fabricar un potente opioide sintético, el etonitazeno, aproximadamente 1000 veces más potente que la morfina. Así nació la “receta” para fabricar nitazenos. CIBA nunca comercializó el fármaco. Sin embargo, el isotonitazeno apareció en el mercado de drogas ilegales en 2019.

Los químicos, en laboratorios subterráneos, empleando ingredientes omnipresentes, pueden producir innumerables nitazenos con benzimidazol. Quienes compran estos productos en el mercado negro, sin saberlo, participan en los primeros ensayos clínicos de estos fármacos.

La férrea ley de la prohibición ha impulsado una nueva frontera en el negocio de las drogas ilícitas: los opioides sintéticos. Los narcotraficantes ya no dependen del cultivo y transporte de productos naturales, como el opio y la cocaína, para obtener sus drogas. Ahora pueden producir opioides y estimulantes en laboratorios clandestinos desde cero, utilizando ingredientes comunes.

Si la Ley FEND OFF Fentanyl presiona demasiado a los distribuidores de precursores de fentanilo, los narcotraficantes podrían optar por la fabricación de nitazeno con sus precursores, diferentes y fácilmente disponibles, que son más difíciles de rastrear para las fuerzas del orden.

“Si los legisladores quieren saber a quién culpar cuando llegue la crisis del nitazeno, deberían mirarse al espejo”, aseguró.