Ratifican diputados nombramiento de Édgar Amador como Secretario de Hacienda

Édgar Amador
Édgar Amador

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Al comparecer ante la Cámara de Diputados, el secretario de Hacienda Édgar Amador Zamora reiteró su compromiso de trabajar por la estabilidad macroeconómica, el crecimiento y el bienestar de la población, por lo que reiteró su enfoque hacia una política fiscal responsable, una administración eficiente de los recursos públicos y una estrategia de desarrollo clara y coherente que permita sortear con éxito los retos internos y externo.

“Hoy comparezco ante esta soberana Cámara del Congreso de la Unión con un sentido de responsabilidad y compromiso. Agradezco profundamente a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo por la confianza que ha depositado en mí para desempeñar esta tarea. Estar al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no solo representa un honor, sino también una enorme responsabilidad con el país y con cada una y uno de los mexicanos. Este es un compromiso que exige rigor técnico, visión estratégica y, sobre todo, sensibilidad ante los desafíos que nuestra nación enfrenta”, dijo Amador ante los representantes del Poder Legislativo.

Amador aseguró que en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público mantendrá el compromiso de conducir las finanzas públicas hacia una convergencia fiscal responsable, impulsando inversiones estratégicas y reduciendo la brecha de desigualdad.

Desde la SHCP, aseguró, se promoverá  la inclusión social, la mejoría en la calidad de vida de la población y la fortalece en la inversión en infraestructura. Además, aseguró, se optimizará la eficiencia administrativa, se aumentará la recaudación y se garantizará un gasto social más eficiente, así como el bienestar de todos los mexicanos.

El Secretario de Hacienda aseguró que, a nivel internacional, la posición de México debe consolidarse mediante una política comercial estratégica que fomente la integración en sectores de alto valor agregado. El contexto actual, agregó, nos presenta oportunidades clave para construir una economía más resistente, impulsada por motores internos de crecimiento. Aprovecharlas requiere de políticas concretas, un diálogo abierto con inversionistas, empresarios y organismos internacionales, así como una coordinación efectiva con otras Secretarías de Estado.

“Tengo la confianza y les quiero dar a ustedes mi garantía, que mi trayectoria como servidor público y académico será de gran valor para enfrentar los retos que nosotros, el pueblo de México, tenemos por delante. Desde mis primeros 3 años de trabajo en la administración pública, he tenido la oportunidad de contribuir al diseño de políticas que busquen fortalecer las finanzas del país con el objetivo de promover el desarrollo económico”, destacó.

Además, indicó que su formación y experiencia se han visto enriquecidas desde hace tiempo por su amistad y colaboración con el anterior secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, de quien se considero un discípulo y con quien comparte una visión sobre la política económica.

La dirección que él ha marcado, apuntó, ha influido en su enfoque hacia la estabilidad fiscal, el crecimiento sostenido y la equidad económica. “Esta visión de política económica será clave para seguir avanzando en los objetivos que hoy tenemos en la Secretaría y con el proyecto de nación en curso”, indicó.

A lo largo de su carrera, dijo, ha sido testigo de la importancia de una política fiscal responsable y, sobre todo, de la necesidad de un enfoque técnico en la toma de decisiones.

“En mis años de servicio, he tenido el privilegio de aprender de quienes han dirigido la política económica del país, y me comprometo a poner ese conocimiento y experiencia al servicio de los mexicanos. Mi objetivo al frente de la Secretaría de Hacienda será garantizar que cada una de nuestras decisiones se tome con base en criterios sólidos, con visión de largo plazo y siempre en pro de la estabilidad económica del país”, aseguró.

Con esta visión, desde su ratificación por esa soberanía como Subsecretario de Hacienda hace unos meses, ha trabajado para fortalecer las bases económicas del país. Aseguró que han  construido puentes de diálogo con los actores clave de la economía y enfocado nuestros esfuerzos en preservar la estabilidad macroeconómica, salvaguardar las finanzas públicas y generar confianza en los mercados.

“Los resultados obtenidos hasta el momento nos confirman que vamos en la dirección correcta”, indicó.

“Asumo esta responsabilidad en un año crucial de convergencia fiscal. Nuestra tarea no es solo mantener la salud de las finanzas públicas, sino hacerlo de manera que se garantice el crecimiento económico y el bienestar social de la población. La convergencia fiscal es una estrategia de sostenibilidad que permitirá a México afrontar el futuro con estabilidad y fuerza ante cualquier choque económico, como ha sido el caso en los últimos siete años”, destacó.

Desde la Secretaría de Hacienda, reitero su compromiso con una administración responsable y ética de los recursos públicos. En la SHCP continuarán trabajando bajo los principios de austeridad republicana, asegurando que cada peso del presupuesto se traduzca en beneficios concretos para la población, especialmente para los sectores más vulnerables de nuestro país.

La inversión pública, señaló, continuará desempeñando un papel clave en nuestra agenda. Priorizaremos el financiamiento de proyectos estratégicos que generen crecimiento económico y contribuyan al desarrollo social y regional, como los Polos de Bienestar, así como la creación y modernización de infraestructura logística y de transporte.

Una infraestructura más amplia y moderna no solo genera empleo, sino que mejora la conectividad entre agentes económicos y sectores, detonando el potencial de desarrollo y de crecimiento de manera equilibrada.

México mantendrá una estrategia de crédito público prudente que minimice los costos y riesgos para el país, al tiempo que garantizamos la sostenibilidad de la deuda pública en el mediano y largo plazo. Paralelamente, desde la SHCP se seguirá robusteciendo los amortiguadores fiscales, de manera que México cuente con el margen de maniobra necesario para afrontar choques externos sin comprometer el balance público ni la estabilidad macroeconómica.

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