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Apple ha sido uno de los casos más interesantes en lo que hace a oportunidades de inversión en los últimos años. Desde un precio cercano a 80 dólares a principios de 2009, sus acciones llegaron a marcar máximos históricos por encima de 705 en septiembre de 2012, lo que implica un alza de 780% en tres años y medio, señala Andrés Cardenal analista de Sala de Inversión América.
Sin embargo, agrega, a partir ese momento, cayeron más de 30% aunque en los últimos días comenzaron a dar señales de mayor estabilidad. La pregunta que más se escucha en los mercados últimamente es si se trata de una buena oportunidad de compra o solo una pausa en su camino descendente.
Sus acciones empezaron a debilitarse a partir de septiembre, a medida de que los analistas de Wall Street mostraban preocupación ante el menor crecimiento en las ventas del iPhone 5, especialmente en los países emergentes.
Compañías como Samsung han reducido la brecha tecnológica frente a Apple en los últimos años y muchos fabricantes de bajo costo han ganado participación de mercado en Asia gracias a sus menores precios.
La empresa reportó resultados el 23 de enero y los mercados respondieron con una caída de más de 12% luego de que se conociera el anuncio. Pero si se analizan los datos en perspectiva, esta reacción parece bastante exagerada, porque si bien sus ventas del iPhone 5 estuvieron por debajo de lo esperado, obtuvo ganancias superiores al promedio estimado por los analistas.
Las operaciones de Apple crecieron 18% en el cuarto trimestre frente al mismo período del año anterior, pero si considera que en 2012 se incluyó una semana más, el ratio fue de 27 por ciento.
En cuanto a sus principales líneas de productos, el iPhone 5 mostró una mejora de 29% interanual y las ventas de iPad 3 se incrementaron 48%. Con records de transacciones y ganancias, difícilmente pueda decirse que la empresa está en declive, aunque los inversionistas han estado recalibrando sus expectativas sobre las tasas de expansión para el futuro.
Los años de crecimiento vertiginoso en el iPhone probablemente han quedado atrás teniendo en cuenta que en naciones como los Estados Unidos, donde el producto tiene una participación de mercado de más de 50%, el nivel de penetración es muy alto.
La compañía se ha estado beneficiando de una situación beneficiosa a lo largo de la etapa de expansión en su país, dado que las empresas de telefonía subsidian fuertemente el precio del dispositivo.
Esto ha generado que el iPhone sea una alternativa muy conveniente en términos de precio y calidad para el consumidor, por lo que Apple logró comercializar un producto de alto precio – y enormes márgenes de ganancia – sin que los consumidores sufrieran un impacto demasiado grande en su bolsillo.
En los mercados emergentes, en cambio, el modelo de subsidio de los smartphones no es tan popular como en los Estados Unidos a lo que se le suma que una mayor competencia implica que el crecimiento de sus ventas seguramente será más bajo que en años anteriores.
Por otro lado, el nuevo iPad Mini ha mostrado un desempeño muy alentador y Apple se encuentra permanentemente investigando y desarrollando nuevas posibilidades en términos de innovación de productos.
La primera fase de expansión del iPhone ha sido una etapa extraordinaria e irrepetible, pero esto no implica que el futuro de la compañía vaya a ser problemático. Lejos de eso, el negocio goza de muy buena salud.
Además, la valuación de sus acciones es atractiva: la empresa cotiza a una relación precio/ganancias (P/E) por debajo de 11 veces sus resultados de los últimos 12 meses, muy inferior al promedio del mercado y cuenta con cerca de 30% de su valor respaldado por efectivo e inversiones líquidas.
En los últimos días, el administrador de fondos David Einhorn instó a la compañía a aplicar estrategias de ingeniería financiera para distribuir efectivo entre los accionistas y provocar que el mercado reconozca la subvaluación de sus acciones.
Más allá de la conveniencia o no de esta propuesta, esto ha funcionado para que muchos inversores pongan un poco más de atención sobre la enorme cantidad de recursos financieros, más de 137,000 millones de dólares, con los que cuenta la firma.
Si bien Apple opera en una industria altamente dinámica y competitiva, la reciente caída de su cotización parece exagerada en base a la calidad de sus productos, el valor de su marca y la fortaleza financiera del negocio.
Por eso, el precio objetivo para sus acciones se sitúa en los 650 dólares frente a cerca de 478 en los que se ubica actualmente, lo que implica una posible valorización de 36%, y se recomienda colocar un stop loss por debajo de 430.