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Aunque parece bastante obvio que China es un gran consumidor de una amplia gama de materias primas, todavía impresiona pensar en que las tasas de consumo del país en los últimos años representan aproximadamente 40% de la demanda de metales básicos, 23% de los principales cultivos agrícolas y 20% de los recursos energéticos no renovables, señala Monica Coronatti de Sala de Inversión América.
Las acciones relacionadas con estos activos aumentaron notablemente desde el año 2000, como consecuencia de la transformación económica protagonizada por China, quien pasó a desempeñar un papel dominante en el mercado de metales industriales.
El gran apetito por las materias primas del gigante asiático lo convirtió en importante motor de crecimiento para países exportadores como Brasil, Australia, Indonesia, Chile o Argentina, entre otros, por lo que una desaceleración brusca de su economía sería devastadora para estos países ya que inciden directamente en una menor demanda de productos básicos. Indirectamente, un aterrizaje forzoso impactaría la confianza de los inversionistas globales en este tipo de activos, creando confusión en los mercados y agravando los movimientos de precios, explica Coronatti.
De acuerdo a un reciente análisis de Societe Generale una desaceleración del PIB de China a 3% desde 7.7% proyectado para 2013 por el Banco Mundial, arrastraría el precio de los metales industriales 50% en los tres primeros meses. En algunos casos los precios bajarían hasta 60% de los costos de producción. En última instancia los recortes de producción terminarían limitando el declive, restaurando los precios a niveles pre crisis para el tercer trimestre.
En cambio, la primera reacción del oro sería alcista, pudiendo aumentar hasta 15%, lo cual añadiría unos 250 dólares al precio actual de los futuros, para después bajar rápidamente una vez que la aversión al riesgo alcanzara niveles extremos provocando un rally del dólar. En ese contexto, el precio del oro se transaría más bajo de forma temporal, sin mostrar una recuperación significativa hasta que el segundo mayor consumidor del metal precioso del mundo reactivase las importaciones. Vale recordar que India y China representan más de 60% de la demanda mundial de joyería de oro, según datos del Consejo Mundial del Oro.
En el caso del petróleo, agrega la editora de Sala de Inversión, el Brent seguiría un comportamiento similar al de los metales básicos, mostrando una abrupta caída que tocaría fondo hacia el cuarto mes desde donde comenzaría a remontar. Una caída de 30% en los precios del petróleo (equivalente a unos 30 dólares dado el precio actual de la mezcla de referencia en Europa) impulsaría el crecimiento del Producto Interno Bruto elevando de nuevo el precio del combustible. Además, si los precios caen precipitadamente, la OPEP recortaría la producción limitando la caída del Brent a 75 dólares por barril.
Aunque son pocas las probabilidades de que en China se produzca el llamado aterrizaje forzoso en 2013, y en muchos casos los expertos no creen que superan 20%, no dejan de existir las preocupaciones al respecto, como comenta la firma de análisis Research For Traders, ya que su economía depende en gran medida de la inversión estatal y no tanto del sector privado.
Según el Centro de Investigación de Economía Mundial de la Universidad de Tecnología y Negocios de Beijing, los riesgos podrían venir por el deterioro de la crisis de deuda en las economías occidentales y la sobreproducción en China, que enfrenta una contracción más que aparente de la demanda externa.
Al mismo tiempo, indica Coronatti, un fuerte aumento del crédito impulsado por las sociedades fiduciarias y la banca clandestina aumenta el riesgo de impagos que sería severamente perjudicial para la economía, de acuerdo con Standard Chartered, que ya en un informe de noviembre expuso que la deuda pública, empresarial y de los consumidores aumentó el año pasado en 15% hasta 206% del PIB China.