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El presidente de la confederación de sindicatos de funcionarios Adedy, Kostas Tsikrikas, declaró a Efe estar “satisfecho” con el nivel de seguimiento de la huelga y que el paro fue completo en oficinas y escuelas, mientras que en el sector sanitario se respetaron los servicios mínimos.
La policía indicó que a la manifestación asistieron unas 7,500 personas.
Los médicos del servicio nacional de salud extenderán la huelga hasta mañana jueves, así como los trabajadores de los ferrocarriles y trenes suburbanos.
“El Gobierno está continuando con sus duras medidas de austeridad e intenta despedir a 25,000 funcionarios el año que viene, por eso protestamos”, explicó Tsikrikas.
El presidente de Adedy, además, se quejó de que el Gobierno y la troika están manejando cifras “infladas” sobre el número de funcionarios y les acusó de que, a través de los despidos de empleados públicos, están “dañando los servicios sociales, ahora que la sociedad griega está más necesitada de ellos que nunca”.
La nueva ley fiscal, que se votará en el Parlamento en las próximas semanas, ha sido definida por el sindicato GSEE como “una guillotina para los trabajadores y pensionistas” ya que aumenta la presión impositiva sobre las capas de ingresos medios, reduciéndola en los tramos más altos y más bajos.
También los trabajadores del sector privado estaban llamados hoy a realizar un paro de tres horas, que tuvo un seguimiento muy desigual, por la confederación de sindicatos GSEE.