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La ruta para que el país se una a la ola de flexibilización monetaria que está ocurriendo en América Latina es incierta, por la potencia de los precios clave o inflación subyacente. Además, el crecimiento del PIB sólo disminuirá este año a 3%, desde el 3.2% de 2023, ante el acelerado gasto público en infraestructura y el nearshoring.
América Latina es la región que está liderando frente a otras economías emergentes una ola de posturas flexibles de parte de sus bancos centrales en virtud de ser el primer grupo en incorporar el ajuste en sus políticas, desde 2021, provocando una desinflación significativa desde entonces, aunque esto no está ocurriendo completamente en México, indicó el banco de inversión Barclays.
“Las perspectivas sobre la evolución de los tipos de interés siguen siendo inciertas”, dijo el economista en jefe de la entidad para América Latina, Gabriel Casilla, sobre la tasa de interés referencia de México, en niveles de 11.25% desde mayo del año pasado.
En tanto, el crecimiento del país, de acuerdo con los cálculos del banco, disminuiría a tan solo 3% este año frente a la tasa de 3.2% alcanzada en 2023, por encima de los pronósticos iniciales. “Nuestra perspectiva optimista está impulsada por el fuerte crecimiento esperado en EE. UU., la aceleración de gasto gubernamental en proyectos de infraestructura, y el nearshoring”, dijo.
México reportaría tasas de expansión de 4.5%, 2.1%, 4.1% y 2.7% durante el primero, segundo, tercero y cuarto trimestre de 2024.
El país reanudó en febrero su tendencia bajista en materia de inflación tras shocks presentados en los precios de algunos productos agrícolas; el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), de acuerdo con Barclays situaría niveles de 4.3% a finales de 2024.
El mes pasado, la inflación sólo creció 0.09% a tasa mensual, para alcanzar una tasa anual de 4.40%, alejándose de las presiones de los precios agrícolas que la llevaron a alcanzar una marca de 4.88% en enero. El índice subyacente, considerado clave al determinar la trayectoria de los precios de más largo plazo, mostró aumentos 4.64% anual, debajo del 4.76% de enero y ligeramente mayor que el 4.63% esperado por analistas, ante la resistencia de los precios en servicios y en mercancías alimenticias, con tasas anuales superiores al 5%.
En febrero, también el componente de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno exhibió presiones, con incrementos de 2.12% a tasa mensual, su mayor nivel para un periodo igual desde 2021.
¿A la baja?
Barclays cree que la inflación clave ubique en 3.8% al término de este año, y que, junto con la inflación general, permitan al Banco de México (Banxico) realizar su primer recorte en las tasas de interés de 25 puntos base (pb) el 21 de marzo próximo, con ajustes bajistas de 25 pb en las reuniones de política monetaria programadas en 2024, concluyendo en 9.50%.
“También seguimos creyendo que Banxico apunta a una tasa terminal del 7.50%, que probablemente pueda lograrse a finales de 2025.
“Sin embargo, la lenta velocidad a la que avanza la inflación subyacente ha disminuido, con comentarios bastante agresivos por parte de dos miembros de la Junta”, destacó, mencionando los posicionamientos menos flexibles de los subgobernadores Irene Espinosa y Jonathan Heath.