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En una visión más resiliente que la declaratoria final de la misión Artículo IV de 2023 de México emitida en octubre del año pasado, el organismo internacional señaló que un panorama de mayor ritmo en el crecimiento mundial y una menor inflación ayudan, aunque persisten los riesgos globales.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo el martes que elevó sus estimados de crecimiento para México desde la revisión especial que hizo sobre el país en octubre del año pasado, lo que resulta ahora en un PIB de 3.4%, desde el previo de 3.2% correspondiente a 2023, y de 2.4% a 2.7% para este año.
Al presentar la investigación “La economía mundial se acerca a un aterrizaje suave, pero persisten los riesgos” en el blog del FMI, el director del departamento de estudios de la entidad, Pierre-Olivier Gourinchas apuntó que la economía global crecería 3.1% en 2024, mejorando desde el 2.9% del pronóstico anterior, y “antes de subir hasta 3.2 por ciento el próximo año”.
Los mercados emergentes por su parte, han mostrado “mucha resiliencia, con un crecimiento mayor de lo esperado y saldos externos estables, en parte debido a mejores marcos monetarios y fiscales.
“Sin embargo, la divergencia en las políticas entre países puede estimular las salidas de capital y la volatilidad monetaria”, advirtió el funcionario, también consejero económico dentro del Fondo.
El informe de enero incluyó una actualización de las proyecciones económicas mundiales, con crecimientos para la mayor economía mundial, Estados Unidos, también principal socio comercial de México, de 2.5% para 2023; de 2.1% para 2024 y de 1.7% para el próximo año.
“Esperamos un crecimiento más lento en Estados Unidos, donde la política monetaria restrictiva todavía está afectando a la economía, y en China, donde el consumo y la inversión más débiles siguen pesando sobre la actividad”.
El resultado de la investigación arroja que ciertas economías de mercados emergentes, donde señala a Brasil, India y las principales economías del Sudeste Asiático, han venido mostrando una gran resiliencia y con un “crecimiento acelerándose”, aunque no menciona a México.
En un tema recurrente en la etapa de la postpandemia, Gourinchas indica que la inflación global ha venido disminuyendo en el último año. Excluyendo a Argentina, indica, la inflación general global disminuirá a 4.9% este año, menor a la proyección anterior de 5.3%.
“Con la mejora de las perspectivas, los riesgos se han moderado y están equilibrados”, aseveró el directivo.
Señala que la otra cara de la inflación, la desinflación podría ocurrir más rápido de lo previsto, especialmente si la tensión del mercado laboral, hoy todavía sorprendentemente al alza, “se alivia” y las expectativas de inflación a corto plazo continúan disminuyendo, lo que daría margen a los bancos centrales de flexibilizar antes de lo previsto su política monetaria.
Tensión y elecciones
En la parte política-electoral, Gourinchas alerta que las medidas de consolidación fiscal que los gobiernos han anunciado para 2024 y 2025 “pueden retrasarse” a medida que muchos países enfrentan crecientes llamados para aumentar el gasto público, en lo que ya representa “el año electoral mundial más importante de la historia”.
EUA celebrará elecciones presidenciales el 5 de noviembre y México el 2 de junio próximos.
Si bien un mayor gasto público podría impulsar la actividad económica, también podría estimular la inflación y aumentar la perspectiva de perturbaciones posteriores, advirtió.
Más riesgos
El balance de riesgos global está más equilibrado ahora respecto al último informe de octubre, dice el FMI, por lo que las consideraciones de riesgo a la baja incluyen una desinflación que podría ocurrir más rápido de lo previsto, especialmente si la tensión del mercado laboral se alivia aún más y las expectativas de inflación a corto plazo continúan disminuyendo.
Lo anterior permitiría a los bancos centrales flexibilizar su política monetaria a nivel mundial.
En la parte optimista, el funcionario menciona también que, de cara al futuro, una rápida mejora de la Inteligencia Artificial podría impulsar la inversión y estimular un rápido crecimiento de la productividad, aunque plantea importantes desafíos para los trabajadores.
Los riesgos al alza en el balance pueden surgir ante nuevas interrupciones en el suministro y las materias primas, tras las renovadas tensiones geopolíticas, especialmente en el Medio Oriente.
Costos de envío entre Asia y Europa encarecidos a medida que los ataques del Mar Rojo desvían los cargamentos por África. “Si bien las perturbaciones siguen siendo limitadas hasta el momento, la situación sigue siendo volátil”.
Otro factor de riesgo al alza es que la inflación subyacente a nivel mundial pueda resultar más persistente.
Gourinchas alerta que los mercados financieros parecen “excesivamente optimistas” sobre las perspectivas de recortes de tasas de interés anticipados. Si los inversionistas reevaluaran su opinión, dijo, las tasas a largo plazo aumentarían, lo que ejercería “una presión renovada” sobre los gobiernos para incorporar una consolidación fiscal más rápida, lo que podría afectar el crecimiento económico.
“El mayor desafío que tenemos por delante es abordar los elevados riesgos fiscales”.
La mayoría de los países salieron de la pandemia y la crisis energética con niveles de deuda pública y costos de endeudamiento más altos. “Reducir la deuda pública y los déficits dará espacio para hacer frente a shocks futuros”, alertó.
Si bien México no realizó mayores aportaciones fiscales para rescatar a su economía durante la etapa de la postpandemia, priorizó el gasto público en programas sociales y de inversión física en planes prioritarios de la Administración actual, primordialmente, lo que se traducirá en un déficit fiscal de 4.9% del PIB para 2024, no visto en décadas.