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Andrés Guardado vuelve a México en los últimos momentos de una carrera que ha tenido de todo: altas, bajas, lesiones y momentos memorables.
Era el 15 de marzo de 2015.
Un partido entre el PSV y el Groningen, en la Eredivisie; la liga de los Países Bajos.
Cuando Andrés Guardado saltó a la cancha se topó de frente con la mayor muestra de cariño que hubiera recibido en toda su carrera.
Atrás de una portería, los aficionados del PSV habían formado una bandera mexicana que abarcaba toda la tribuna y habían colocado una extensa lona con una leyenda:
“Andrés Guardado nuestra águila de oro mexicana, tiene que estar en el PSV Eindhoven, nuestra casa es tu casa, Andrés”.
Era, sin duda, uno de los momentos cumbres en la cerrera del volante mexicano. Carrera no siempre exitosa y, eso sí, llena de sobresaltos.
Andrés Guardado creció como un niño consentido para la afición mexicana. Debutó como futbolista profesional el 20 de agosto de 2005 en una victoria de 3 a 2 contra Pachuca. Tres partidos después ya era titular.
En una de sus mejores actuaciones con el Atlas, le anotó dos tremendos goles de larga distancia al America de Francisco Guillermo Ochoa.
Ya pintaba para crack.
Y del Atlas a la selección nacional.
Cuenta la historia que, cuando estaba por debutar en la Copa del Mundo de Alemania 2006, el técnico Ricardo La Volpe le pidió que se bloqueara y que ignorara la tribuna.
“¡Al contrario!”, reparó en entonces goleador Jared Borguetti. “¡Que sienta lo que es esto!”.
Desde entonces Guardado se apoderó de la banda izquierda del Tricolor y no la soltaría en mucho tiempo.
Del Atlas, Guardado saltó el charco para llegar al Deportivo La Coruña el 10 de julio de 2007. Si bien hubo buenas actuaciones, debió enfrentar un descenso a la Segunda División e incluso insultos de los aficionados.
De ahí a Valencia donde transitó sin pena ni gloria y terminó cedido al Bayer Leverkusen.
Para ese tronces Andrés Guardado no encontraba la regularidad debido a las constantes lesiones. El propio Hugo Sánchez le hizo esa observación como un elemento a cuidar de manera especial. En realidad las cosas no pintaban bien… hasta que algo muy importante ocurrió.
GUARDADO AL PSV
Lo que vivio Andrés Guardado al llegar al PSV fue una verdadera transformación.
El técnico Phillip Cocu —que en sus mejores días jugó para el Barcelona— le cambió de posición, lo sacó de la banda izquierda para ubicarlo a veces de medio de contención, a veces de defensa central y a veces de defensas lateral.
El mexicano daba orden al equipo e incluso, ocupado en labores defensivas, regresaron los goles.
El amor con la afición fue mutuo. Se ubicó tan bien en Eindhoven que ahí nació su hijo Máximo, al que cariñosamente llamaba “chamaco cabrón” en redes sociales.
Por cierto, una anécdota curiosa: luego de un partido del Betis contra Barcelona, Guardado llevó al pequeño Máximo a tomarse una foto con su gran ídolo: no su papá, sino el argentino Lionel Messi.
Poco a poco, partido a partido, el mexicano se ganó el respeto, la admiración y el amor de Eindhoven.
Ahí consiguió cinco títulos y, para ese 2015, fue galardonado como el mejor jugador de la Eredivisie y, un año después, parte del 11 ideal de la liga de los Países Bajos.
El amor del PSV por los jugadores mexicanos llegó a tal punto que en las instalaciones del equipo existe un pabellón a los futbolistas de nuestro país que han participado en ese club.
La carta de Guardado seguía perteneciendo al Valencia de España y había la posibilidad de que el PSV lo adquiriera.
En ese contexto, un 15 de marzo de 2015, en un partido entre el PSV y el Groningen, Andrés Guardado saltó a la cancha y se topó de frente con la mayor muestra de cariño que hubiera recibido en toda su carrera.
Sabía que ya era un histórico del PSV.
DEL PSV AL BETIS
Andrés Guardado pudo continuar el resto de su carrera como el máximo ídolo del PSV. Pero, tal vez buscando una liga más competitiva, el 6 de julio den 2017 llegó a Sevilla para portar los colores del Real Betis Balompié.
También ahí se hizo un lugar, tanto en el 11 titular como en la institución en general.
Algunos de los jugadores jóvenes del plantel lo consideraban un hermano mayor; uno que ya había jugado tres de los cinco mundiales en los que participó.
Incluso en el cuadro femenil dejó huella. Algunas jugadores llegaron a reconocer abiertamente que Guardado les conseguía los botines que ellas no tenían.
Como jugador del Betis, Andrés Guardado enfiló a Qatar a disputar el que sería su quinto y último mundial.
En el segundo partido de la primera fase, frente a la selección Argentina, el técnico Gerardo “Tata” Martino lo mandó —en una doble marcación junto a Héctor Herrera— a cubrir a Lionel Messi.
Pero antes de concluir el primer tiempo, Guardado debió salir lesionado e incluso recibió el abrazo del técnico argentino —a la postres campeón del mundo— Lionel Scaloni.
Roto el esquema mexicano, no pasó mucho para que Argentina anotara los dos goles con los que derrotó —sí, una vez más— a los mexicanos.
Con ese mal sabor de boca, Andrés Guardado regresó al Betis para ganar una Copa del Rey.
En su más reciente visita a México (15 de noviembre de 2023) este reportero le preguntó al CEO del Real Betis, Ramón Alrcón, por el futuro de Andrés Guardado.
El retiro estaba cerca. ¿Trabajaría en el club?
El directivo recordó que se esperaba el retiro del mexicano luego del Mundial de Qatar 2022. Sin embargo, el mediocampista mostró tan buen nivel que optó por jugar un año más con el Real Betis.
“No hemos hablado del futuro con Andrés, porque está enfocado en competir”, explicó Ramón Alarcón. “Se encuentra físicamente muy bien y está jugando a muy buen nivel”.
Sin embargo comentó que “yo sí creo que Andrés se va a quedar a vivir en Sevilla y mantendremos una relación con Andrés y el club”.
Sin embargos ayer se supo que Andrés Guardado continuaría su carrera en el León de la Liga MX.
Y tampoco es la primera ocasión que el León hace un movimiento similar ya que, en su momento, también repatrió al segundo mejor jugador mexicano de la historia: Rafael Márquez… y con él logró un bicampeonato.
El tiempo va de prisa.
Estos son últimos momentos de una carrera que ha tenido de todo: altas, bajas, lesiones y momentos memorables.