Injusticia fiscal y desigualdad en México

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Adrián Escamilla y Guadalupe Celestino. Investigadores del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad  PUEDJS-UNAM.

¿Por qué México se convirtió en uno de los países con mayor desigualdad en el mundo? La respuesta es compleja, pero sin duda la política fiscal tiene mucha responsabilidad en ello. Por muchos años los niveles de desigualdad y pobreza se mantuvieron e incluso aumentaron después de que el gobierno recaudaba los impuestos y los gastaba en políticas sociales (sí, leyó usted bien: ¡una total incongruencia entre fines y resultados!).

Dicho de otra forma, en nuestro país la política fiscal ha privilegiado a los más ricos y, en lugar de fungir como mecanismo de redistribución y desarrollo social, profundizó aún más la desigualdad y la oprobiosa concentración del ingreso. Esto explica por qué muchas personas sienten desconfianza al pagar impuestos. Cabe señalar que la injusticia fiscal no es la única ni la principal causa de la desigualdad, eso sería ignorar que vivimos en un sistema capitalista; pero es un hecho que un sistema fiscal injusto contribuye a acentuar las inequidades.

Debido a este sesgo, México se convirtió en uno de los países de la OCDE donde los impuestos indirectos (como el IVA) tienen más peso dentro de las finanzas públicas. Desde la década de 1980 hasta hace poco se recaudaba cada vez menos por impuestos a la propiedad y la renta (ISR) y cada vez más por IVA, el cual es un impuesto que pagamos todos independientemente de nuestro nivel de ingreso. Esto convierte a nuestro sistema fiscal en uno de los más regresivos del mundo, es decir, que impacta más en los bolsillos de quienes menos tienen.

Bajo esta estructura, el lento crecimiento económico y el deterioro de los ingresos laborales en las últimas décadas provocaron que México se convirtiera en el país miembro de la OCDE que menos recauda vía impuestos, aproximadamente 16.7% del PIB, en comparación con el promedio de la OCDE, que es de 34.1%.

Muchos economistas y, por supuesto, las élites justificaron esta situación mediante el argumento de que reducir los impuestos a las grandes empresas y los capitales ayudaría al crecimiento económico porque esto fomenta el ahorro, la inversión y la creación de empleos. Aunado a ello, han insistido que combatir la informalidad y cobrar IVA en alimentos y medicinas es el meollo del asunto para recaudar más. Asimismo, aseguran que mantener bajos impuestos en la cúspide de la pirámide social atrae inversiones y capital.

No obstante, no hay evidencia empírica contundente al respecto ni tampoco profundos estudios que comprueben esta correlación. Y evidentemente ni el crecimiento económico ni la generación de mejores empleos sucedió en paralelo a la reducción de los impuestos a los ricos, ni tampoco la pobreza y la desigualdad disminuyeron en las décadas recientes.

A pesar de ello, en la ciudadanía se ha instalado cierta aversión a la tributación progresiva. En el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia Justicia y Sociedad (PUEDJS) de la UNAM, realizamos una encuesta en 2023 que revela que sólo 41% de la población apoya que el gobierno aumente los impuestos a los ricos para ayudar a los pobres y únicamente 39% está a favor de un impuesto a las herencias de los más ricos. ¿Qué factores alimentan esta percepción?

En el PUEDJS-UNAM, con el apoyo del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT-DGAPA)[1], estamos realizando una investigación para desentrañar cómo es que la injusticia fiscal se consolidó en nuestra sociedad y por qué una idea tan cuestionable ?como bajar impuestos a los ricos para ser felices todos? avanzó entre la ciudadanía.

Aquí algunos factores. En primer lugar, destaca la configuración de una economía política de las finanzas públicas que promueve la injusticia fiscal. Tras un estudio de los debates legislativos desde 1988 hasta la última reforma fiscal (la de 2014), nuestro proyecto ha ubicado diversas iniciativas para implementar un sistema fiscal más equitativo, las cuales, sin embargo, fueron bloqueadas o esquivadas desde la Secretaría de Hacienda. Tal vez lo novedoso de este hallazgo es que a través de los impuestos se nota claramente cómo el poder ejecutivo se convirtió en un aliado de las grandes corporaciones y las élites en contra del pueblo ?idealmente representado en el congreso?.

En segundo lugar, desde la academia se construyó una legitimación de las finanzas públicas a favor de las élites, donde las pocas voces discordantes quedaron fuera de los escaparates científicos. Mediante un análisis de las principales revistas de economía del país, encontramos que en las últimas décadas se instauró una perspectiva dominante para enseñar y discutir la política fiscal que entiende la asignación de impuestos a partir de modelos que establecen un óptimo para no causar desequilibrios económicos y desincentivar la inversión.

Otro factor importante son los medios de comunicación, donde la opinión que más se difunde es la perspectiva empresarial, cargada a mostrar de qué manera los impuestos afectan los negocios. Es frecuente encontrar titulares en la prensa nacional como: “Disposiciones fiscales aprobadas por diputados pueden paralizar empresas: Coparmex”, “Poner tope a donativos en deducciones personales afecta a vulnerables: Coparmex”, “IP propondrá a Hacienda reducción de ISR a las empresas”, “Bajar impuestos atraerá inversiones, dice Banxico”, entre otros.

Aquí cabe comentar, como ejemplo, la salvaje ofensiva mediática que sufrió la iniciativa propuesta en 2020 por el entonces Diputado Alfonso Ramírez Cuellar, que tenía por objetivo aplicar impuestos extraordinarios a la riqueza para enfrentar la pandemia de covid-19; la cual recibió de parte de varios diarios y de los principales medios corporativos burlas, tergiversación y un tratamiento sesgado.

En ese sentido, los desafíos que enfrenta una reforma fiscal integral son diversos porque hay engranajes bastantes arraigados en la sociedad que se benefician de la injusticia fiscal. El proyecto desarrollado por el PUEDJS busca generar conocimientos y herramientas que ayuden a la ciudadanía y a los actores políticos a ir más allá de éstas fronteras, e impulsar una perspectiva crítica para reconstruir un sistema fiscal justo y progresivo a la altura de los retos del siglo XXI.

[1]Proyecto PAPIIT IA303123 “Democracia, concentración del ingreso y desigualdad extrema: Desafíos estructurales y alternativas para la implementación de impuestos a la riqueza en México”.