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Modificaciones en los aranceles y los requerimientos de contenido local darán un nuevo rostro a los sectores automotrices de Brasil, México y Argentina, que afectará el comercio entre los líderes latinoamericanos, advierte la calificadora Standard & Poor’s.
En su opinión, muchos fabricantes mundiales, entre ellos General Motors Co, Ford, Nissan y Volkswagen AG han optado por fabricar en varios países de América Latina debido en parte a los acuerdos de libre comercio; no obstante, costos permanentes adicionales o restricciones podrían hacer que las plantas de producción de estas compañías sean menos eficientes. Por otro lado, muchos fabricantes de automóviles que calificamos tienen producción en algunos países (por ejemplo Brasil), que se han beneficiado de incentivos fiscales.
Cambios en los incentivos fiscales sería otro factor que los fabricantes de automóviles considerarían en la evaluación de la eficiencia económica de sus plantas de producción.
S&P está monitoreando la evolución de los problemas comerciales entre estos tres países para medir su impacto sobre las utilidades de los fabricantes de automóviles, especialmente por factores como el efecto en los mercados en que compiten y por el grado de capacidad excedente que podría generarse en Brasil por las adiciones de capacidad o por una desaceleración en la economía.
Se considera que los cambios, que no sólo se centran en el sector de automóviles, se derivan de las fluctuaciones en el tipo de cambio y de la desaceleración del crecimiento económico, aunque no han tenido hasta el momento un impacto crediticio significativo en los fabricantes de automóviles.
Un factor que contrarresta los problemas comerciales, al menos para la producción en México, es que una gran parte de la producción está enfocada en las exportaciones al resto de América del Norte, en lugar de Brasil.
Lo cierto es que la producción en Brasil se ha beneficiado de los incentivos fiscales para impulsar las ventas locales. Un recorte temporal al Impuesto sobre Productos Industrializados ayudó a impulsar las ventas de automóviles en los últimos meses.
En cuanto a México, S&P señala que es probable que las exportaciones a Brasil disminuyan como respuesta a la negociación de las cuotas entre ambos países para los próximos tres años, pero no prevemos una disminución sustancial. Las exportaciones exentas de impuestos de México a Brasil se reducirán en alrededor de 28% comparadas con los niveles de 2011 en términos de dólares, pero se espera una reducción significativa en los volúmenes totales de exportación de México.
S&P considera también que algunos fabricantes incluso han absorbido parte de la carga fiscal adicional (para las ventas de automóviles que exceden la cuota) para seguir satisfaciendo la demanda en Brasil. Esto puede reducir ligeramente las utilidades, pero no como para afectar su rendimiento general.
De cualquier forma, las exportaciones mexicanas de automóviles a Brasil son solo una pequeña fracción del total de las exportaciones de vehículos del país. México exportó 147,535 vehículos ligeros a Brasil en 2011 (de acuerdo a la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, AMIA) en comparación con las exportaciones totales de 2.6 millones de vehículos, muchos de ellos a otras partes de América del Norte.
A pesar de algunas tensiones entre Brasil y Argentina en 2012, no considera que ocurra una afectación comercial entre estos dos países, ya que los flujos comerciales se complementan muy bien. Sin embargo, las condiciones de producción en Argentina han sido más desafiantes debido a las estrictas limitaciones a la importación de piezas y componentes (el gobierno ha exigido una paridad uno a uno entre los valores importados y exportados).
México recientemente retiró su convenio arancelario con Argentina, después de que este último dejó un pacto comercial sobre automóviles entre los dos países.