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El desarrollo de un mercado bursátil sólido es clave para impulsar el crecimiento económico de cualquier país; las bolsas de valores permiten a las empresas obtener capital para expandirse, invertir en innovación y crear empleos. Al mismo tiempo, ofrecen a los ciudadanos una vía para diversificar su patrimonio y beneficiarse del crecimiento empresarial.
México se encuentra rezagado en comparación con otros países en cuanto al número de empresas listadas en bolsa. Según datos recientes de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), el país tiene alrededor de 150 emisoras activas. Esta cifra es significativamente menor frente a mercados como Estados Unidos, que cuenta con más de 6,000 empresas entre el NYSE y el NASDAQ, o Brasil, donde la Bolsa de São Paulo (B3) supera las 400 empresas listadas.
Expertos advierten que esta situación refleja una serie de retos estructurales en el mercado financiero mexicano.
En primer lugar, instituciones especializadas señalan que muchas empresas prefieren financiarse a través de deuda privada o bancaria, para evitar los costos regulatorios y las exigencias de transparencia que implica cotizar en bolsa. Sin embargo, la concentración del mercado bursátil mexicano en un pequeño número de empresas o emisoras importantes limita la diversificación y el dinamismo del mercado.
Por otro lado, las pequeñas y medianas empresas (PYMES), que representan una parte significativa de la economía del país, enfrentan barreras significativas para enlistarse en la bolsa debido a los altos costos y a la complejidad regulatoria. A esto se suma el bajo nivel de liquidez del mercado mexicano, que reduce su atractivo tanto para empresas nacionales como para inversionistas extranjeros, un problema señalado por analistas de la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles (AMIB).
La importancia del Mercado Bursátil en la economía de un país
En el caso de México, la baja participación empresarial en la bolsa limita las oportunidades de desarrollo e innovación de las empresas. La falta de un mercado dinámico obliga a muchas empresas a depender del crédito bancario, que tiende a ser más costoso y restrictivo. Además, la limitada oferta de emisoras o empresas enlistadas afecta la capacidad de atraer capital extranjero, que es muy importante para el desarrollo de sectores estratégicos.
Según datos del Banco de México, esta situación impacta negativamente en la competitividad del país y su integración a los mercados globales.
La salida de Elektra de la Bolsa Mexicana de Valores subrayó los desafíos del mercado bursátil en el país. Elektra, una de las empresas más grandes y relevantes en términos de capitalización, representaba tanto al sector comercial como al financiero, lo que la convertía en una emisora clave para los índices bursátiles mexicanos.
La decisión de Elektra de deslistarse responde a factores como la búsqueda de mayor control operativo y la eliminación de los costos asociados con el cumplimiento de normas bursátiles; y aunque esta estrategia puede beneficiar a la empresa, su salida tiene importantes implicaciones para el mercado:
La pérdida de Elektra reduce aún más el ya limitado número de emisoras en la bolsa, debilitando la diversidad sectorial del mercado y enviando una señal negativa tanto a inversionistas como a otras empresas que consideran cotizar en México.
Según declaraciones de la BMV, esta decisión refleja un problema estructural de la bolsa mexicana: su incapacidad para ofrecer suficientes incentivos a las grandes empresas para mantenerse en el mercado bursátil. Además, la salida de Elektra podría sentar un precedente preocupante para otras compañías importantes.
En un intento por revertir el impacto de este tipo de situaciones, el gobierno mexicano publicó en 2023 la nueva Ley del Mercado de Valores (LMV). Esta busca modernizar el sistema financiero y fomentar la participación de empresas e inversionistas en la bolsa.
Una de sus principales propuestas es la creación de esquemas simplificados para PYMES, con el fin de reducir costos y barreras de entrada. Además, la ley incorpora incentivos para que nuevos inversionistas, incluidos los minoristas, puedan participar en el mercado a través de plataformas digitales y comisiones más accesibles.
Según analistas del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), la LMV podría ser un primer paso positivo, pero no será suficiente si no se acompaña de estrategias integrales que fortalezcan la confianza en el mercado y mejoren su competitividad frente a otras bolsas internacionales.
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