ENFOQUE || México hacia la sostenibilidad de su red de protección social

Uno de los pilares que sustenta la sostenibilidad de los sistemas de protección social en países como Noruega, Suecia y Dinamarca es...

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En México, el gasto programable del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 asciende a 6.5 billones de pesos, de los cuales, aproximadamente, el 70 por ciento se destinará a programas sociales. Ante la creciente asignación de recursos hacia la red de protección social, instituciones y expertos han advertido que, para el modelo sea sostenible a futuro, se requeriría una reforma fiscal profunda. Sobre esto, a pregunta expresa de Revista Fortuna, la presidenta Claudia Sheinbaum por primera vez ha expresado que ficha medida se podría tomar en cuenta de ser necesaria, sin embargo, también expresó su confianza por diversas formas de aumentar la recaudación antes de llevar a cabo una reforma de este tipo.

Y es que precisamente los países con las redes de protección social más avanzadas han logrado un delicado equilibrio entre ofrecer a sus ciudadanos seguridad económica y mantener la viabilidad financiera de estos sistemas a largo plazo a través de políticas fiscales progresivas, administración eficiente y un enfoque centrado en la productividad.

De esta manera naciones como Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Alemania, Francia, Canadá, Australia y Nueva Zelanda han construido modelos sólidos de bienestar que, lejos de ser costosos o insostenibles, han demostrado ser altamente efectivos.

Uno de los pilares que sustenta la sostenibilidad de los sistemas de protección social en países como Noruega, Suecia y Dinamarca es el sistema fiscal; en estos países, el principio de tributación progresiva permite que los que más tienen contribuyan de forma proporcionalmente mayor, asegurando una redistribución de la riqueza que fortalece el bienestar social.

Además, a través de impuestos sobre la renta, el consumo y otros impuestos indirectos, como el IVA, estos países logran generar los recursos necesarios para financiar sus amplias redes de seguridad social.

Al ser sistemas fiscales bien estructurados, con tasas impositivas relativamente altas, los ciudadanos no solo acceden a servicios públicos de alta calidad, como salud, educación y pensiones, sino que, además, se sienten respaldados por un estado que invierte activamente en su bienestar colectivo.

Eficiencia en la administración y uso de tecnologías

La eficiencia administrativa es otra característica clave en el éxito de estos países. A través de la digitalización y la centralización de procesos, las naciones con redes de protección social robustas, como Finlandia y los Países Bajos, logran distribuir los beneficios sociales de manera rápida y precisa. La reducción de la burocracia, la transparencia en el manejo de fondos y la minimización de fraudes contribuyen a que los recursos destinados a bienestar social se utilicen de manera efectiva, garantizando que lleguen a quienes más lo necesitan.

Y precisamente, como uno de sus primeros pasos frente a la administración, la presidenta Sheinbaum presentó oficialmente la nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, cuya misión es digitalizar trámites para simplificar la vida de los mexicanos y combatir la corrupción en ventanillas.

Antonio Peña Merino, titular de esta nueva dependencia subrayó que la agencia busca unificar las capacidades tecnológicas del gobierno y generar soluciones desde el interior, promoviendo la autonomía tecnológica y una administración pública austera y libre de corrupción. La Agencia trabajará en siete áreas estratégicas, que incluyen la digitalización de trámites, reducción de carga regulatoria, y la creación de un Centro de Atención para el Bienestar (CABI), disponible las 24 horas.

Inversión en empleo y productividad

Otro de los factores que refuerza la sostenibilidad de los sistemas de bienestar en Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Alemania, Francia, Canadá, Australia y Nueva Zelanda es el nivel de empleo y productividad.

Las políticas activas de empleo y formación profesional permiten mantener bajos los niveles de desempleo, lo que se traduce en un aumento de los contribuyentes al sistema de seguridad social. Al mismo tiempo, la inversión en educación y salud asegura que la población sea altamente productiva, lo que impulsa el crecimiento económico y, por ende, genera mayores ingresos fiscales.

Además, estos países priorizan la formación continua y la reconversión laboral para adaptarse a los cambios del mercado. Esto significa que, incluso en tiempos de crisis económicas, la población tiene más herramientas para reintegrarse al mercado laboral rápidamente.

En relación con estos ámbitos, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció en su conferencia matutina que la meta que se ha planteado la actual administración para incrementar la cobertura para educación superior ha sido abrir por lo menos 300 mil nuevos lugares en instituciones públicas.

La presidenta Sheinbaum planteó que el estado enfocaría la mayoría de los recursos a la docencia y a la investigación; “no a la burocracia, sino que la mayoría de los recursos, la gran mayoría, el 99 por ciento, vayan al desarrollo de nuevos espacios, de nueva matrícula”.

Manejo de la población envejecida y políticas familiares

Para los países que tienen redes de protección social avanzadas otro desafío clave es el envejecimiento de la población, un fenómeno que afecta especialmente a países como Japón y algunos de los europeos. Sin embargo, los países nórdicos y otros han implementado sistemas de pensiones financiados principalmente por contribuciones laborales, combinados con apoyo estatal para aquellos que no alcanzan el mínimo de aportes.

Por otro lado, las políticas familiares juegan un papel crucial en la sostenibilidad del sistema. Los subsidios familiares, las licencias parentales y el acceso a servicios de cuidado infantil asequibles fomentan una tasa de natalidad más alta, lo que a su vez asegura una base de contribuyentes más joven y activa en el futuro.

Fondos soberanos y estrategias de inversión pública

Un aspecto que distingue a países como Noruega es su fondo soberano, que invierte en mercados internacionales y utiliza los rendimientos generados para financiar sus programas de bienestar social. Esta estrategia no solo garantiza una fuente estable de ingresos, sino que también permite a estos países contar con reservas estratégicas para hacer frente a futuras crisis económicas.

Finalmente, uno de los factores menos tangibles pero igualmente cruciales es el fuerte consenso social en torno al bienestar público; en países como Suecia y Dinamarca existe un amplio apoyo ciudadano a las altas tasas impositivas, pues los ciudadanos están convencidos de que el sistema de protección social es una inversión en su calidad de vida. Este compromiso social y político ha sido fundamental para mantener la estabilidad y la sostenibilidad de los programas sociales.

 

 

 

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