La mano derecha de la industria americana: Por qué México es el socio que EE.UU. necesita hoy más que nunca

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 En 2023, más del 80% de las grandes empresas estadounidenses incrementaron sus inversiones en manufactura en México. ¿La razón? México ha demostrado ser el socio perfecto para la industria americana, ofreciendo proximidad, talento calificado y estabilidad en tiempos de incertidumbre global.

México no es simplemente un proveedor de manufactura; es un socio estratégico con una interdependencia económica única que va más allá de los tratados comerciales. Ningún otro país ofrece la combinación de factores que hace de México el destino ideal para la manufactura. La frontera compartida de más de 3,000 km permite a las empresas estadounidenses reducir tiempos y costos logísticos hasta un 30% en comparación con otros destinos de manufactura como Asia.

El Tratado entre México, EE.UU. y Canadá (T-MEC) ofrece una de las plataformas comerciales más robustas del mundo, brindando seguridad jurídica y acceso preferencial a mercados clave. Además, la fuerza laboral mexicana es experta en manufactura avanzada y tiene un profundo conocimiento de la economía estadounidense, facilitando una integración operativa ágil.

El crecimiento de la industria automotriz y electrónica en México es un claro reflejo de los beneficios de esta alianza. En 2023, Ford anunció una inversión adicional de $1,000 millones en sus plantas mexicanas para la producción de vehículos eléctricos, destacando la importancia de México en su estrategia global. Mary Barra, CEO de General Motors, ha reconocido la relevancia de México en la estrategia de la compañía, afirmando: “México es un mercado muy importante para nosotros. Tenemos una presencia significativa allí y continuaremos invirtiendo en el país.”

En un mundo afectado por tensiones comerciales, la estabilidad relativa de México añade un valor incalculable como socio estratégico. Mientras que otras cadenas de suministro globales enfrentan incertidumbre, la relación entre EE.UU. y México se mantiene fuerte, respaldada por beneficios mutuos y una lógica económica que trasciende las divisiones políticas.

El concepto de una Norteamérica integrada sigue siendo más relevante que nunca. Con los recursos naturales de Canadá, el capital y la innovación de EE.UU., y la capacidad manufacturera en expansión de México, la región tiene el potencial de ser la más competitiva del mundo. México, al igual que China en décadas pasadas, enfrenta el reto de expandir su infraestructura, pero con una gran ventaja: es un socio confiable y vecino inmediato.

La colaboración entre EE.UU. y México es más que un simple acuerdo comercial; es una asociación estratégica basada en beneficios tangibles y duraderos. En un momento en que las cadenas de suministro se están reconfigurando para ser más resilientes, esta alianza ofrece una ventaja competitiva que ninguna otra región puede igualar.

El momento de actuar es ahora. Las empresas que desean mantenerse competitivas en el mercado global deben capitalizar la proximidad y las ventajas de México como socio estratégico antes de que sus competidores tomen la delantera.

 

 

 

 

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