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Por: Herminio Padruno, VP de GBM Advisors
Cuando hay cambios políticos o se presenta inestabilidad geopolítica a escala global, la incertidumbre suele crecer y propiciar lo que conocemos como volatilidad en los mercados financieros, un concepto que se refiere a los movimientos rápidos en los precios de ciertos activos a corto plazo.
Cualquier inversionista debe estar familiarizado con este tipo de escenarios para no responder impulsivamente. La experiencia nos dice que la volatilidad se enfrenta con una estrategia de inversión compuesta por cuatro elementos clave: diversificación, paciencia, asesoría profesional y adaptabilidad.
Es ampliamente conocido que la diversificación es la forma más efectiva de mantener al margen los riesgos al invertir. Existe evidencia de que un portafolio de inversión diversificado ofrece mayores probabilidades de alcanzar los objetivos del inversionista, que uno en el que se apuesta por un solo instrumento de inversión.
La diversificación no sólo se trata de hacer una asignación del dinero en distintos activos como pueden ser bonos, acciones, inmuebles, recursos naturales, etc. También, es necesario diversificar geográficamente, es decir, invertir en acciones locales y globales. Esto evita concentrar la inversión en una sola industria o mercado y permite armar un portafolio más equilibrado, en donde las pérdidas de un activo pueden compensarse con las ganancias de otro.
Existen ciertos activos conocidos como “refugio” como el oro o los bonos gubernamentales de algunos países, porque han demostrado históricamente mantener su valor durante momentos de volatilidad e, incluso, pueden aumentar de valor.
En tiempos cambiantes, mantener la calma y ser paciente es fundamental. Lo peor que un inversionista puede hacer es reaccionar de forma impulsiva a cambios repentinos, ya que esto podría convertir pérdidas temporales en permanentes. Con el tiempo, las tendencias negativas suelen revertirse. Por eso, confiar en la diversificación y mantener una visión a largo plazo es lo que realmente ayuda a mantener la paciencia.
Otro aspecto clave es contar con asesoría profesional para garantizar la estabilidad de un portafolio de inversión a pesar de la incertidumbre. Un experto en estos temas no solo entiende que la diversificación es la base de un buen portafolio, sino que tiene la experiencia de identificar oportunidades en contextos complejos. Además, cuenta con las herramientas necesarias para brindar al inversionista explicaciones basadas en datos, con el fin de brindar la perspectiva para enfrentar la incertidumbre con calma.
Finalmente, la flexibilidad o adaptabilidad son cualidades que tienen que fortalecerse en momentos de volatilidad, porque el cambio es una constante que sólo puede enfrentarse con la disposición a ajustarse a las condiciones. Adicionalmente, contar con el acompañamiento de un asesor para identificar qué cambios deben hacerse es fundamental.
Esta combinación de diversificación, paciencia, adaptabilidad y la asesoría especializada resulta en la fórmula perfecta para que cualquier inversionista mantenga una posición sólida ante los periodos de cambio que, en ocasiones, incluso, pueden ser benéficos de acuerdo con los objetivos de inversión.
Herminio es Vicepresidente de la unidad de negocio GBM Advisors, donde lidera los esfuerzos de expansión. Cuenta con más de 13 años de experiencia en el sector de inversiones y asesoría, habiendo desarrollado toda su carrera dentro de GBM. A lo largo de su trayectoria, se ha desempeñado como Director de Asesoría y Soluciones de Inversión, Head de Operaciones y Estrategia en GBM Administradora de Activos, así como Analista Senior en GBM Global y GBM Mexico Fund. Es licenciado en Finanzas por la Universidad Iberoamericana y ha realizado estudios adicionales en Harvard y Columbia.
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