Ana María Cabrejas: al pádel le urgen proyectos y patrocinios

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Ana María Cabrejas, número 1 del pádel nacional, hace un diagnóstico de las necesidades del deporte mexicano, dominado por España y Argentina.

Si la vida no nos permitiera cambiar de sueño, seguramente Ana María Cabrejas seguiría siendo una exitosa arquitecta de interiores en lugar de la primera raqueta del pádel mexicano.

“Yo ya tenía cuatro años chambeando pero regresé de representar a México en un mundial en Portugal, donde juegas con las más importantes del mundo, y dije: me quiero ir, lo quiero intentar, quiero jugar a nivel profesional”, recuerda.

Hoy, Ana María Cabrejas está ubicada en la posición 157 del ranking del World Padel Tour, lo que la convierte en la primera raqueta del pádel nacional.

Y, desde esa posición, hace un diagnóstico del pádel mexicano y, sobre todo, de la necesidad de establecer proyectos, deportivos y de patrocinios, de largo plazo.

De entrada, reconoce, a pesar de ser un deporte inventado en México —específicamente en Acapulco— a nivel internacional es una disciplina dominada por España y Argentina.

Peor todavía, añade Ana María Cabrejas, no existe un proyecto de formación de jugadores que puedan competir en el circuito internacional.

Jugadores, además, que requerirían de apoyos, becas y patrocinios como los que ella buscó a principios de su carrera y que, no sin pocas complicaciones, finalmente vio materializados.

“Cuando yo decido jugar a nivel profesional me fui a vivir seis años a España. Empezamos a buscar patrocinios, apoyos, y eso me costó al principio mucho trabajo, porque el pádel no era conocido”, recuerda en entrevista con Fortuna.

“Es decir —añade— el pádel lo creamos en México pero nadie conocía el deporte. ¿Por qué? Porque no estaba de moda, la gente no lo conocía, no había clubes como Contrapared donde puedes rentar una cancha sin ser socio, porque la mayoría eran de clubes privados”.

De hecho, “cuando empiezo a pedir patrocinios les explicaba ‘soy la número uno de México’ y me respondían ‘¿la número uno de qué? No sé qué juegas, en la vida lo he visto’”.

Ana María Cabrejas recuerda también que, cuando se inició en el pádel, “yo era la número 500 del mundo y decía: ‘¿Cómo, si inventamos nosotros el deporte, no tenemos una jugadora en el Top 20?’. ¿Qué pasa? Que en México no se explotó como en Argentina y España. No había contratos de patrocinio grandes; la gente no se podía dedicar al pádel.

“Por eso ellos son potencia, porque arrancaron mucho antes que nosotros a nivel profesional. Nosotros lo inventaos pero, a nivel profesional, nos tardamos años… es más, todavía no lo logramos”, reconoce.

LA IMPORTANCIA DE LOS PATROCINIOS

Ana María Cabrejas explica también que, al paso del tiempo, ya existen marcas que apoyan al pádel mexicano y, específicamente el pádel femenil.

“Hoy en día se acercan muchas marcas. Oysho, por ejemplo, le apuesta al deporte de la mujer, al deporte femenino y, exclusivamente, a los circuitos femeninos. Le apuesta a competencias de golf y de futbol femenino”, considera.

“Esto provoca —continúa— que otras marcas digan: ‘¿Qué está viendo Oysho?’ Y que esas otras marcas te volteen a ver. Al final, en el pádel, el deportista vive del patrocinio. Eso es lo que nos mantiene para poder seguir compitiendo porque es carísimo competir”.

— En tu opinión, ¿qué se requiere para que este deporte, creado en México, realmente crezca?

— La Federación lleva algunos años haciéndolo muy bien, haciendo muchos torneos nacionales, regionales. Donde más ha crecido es en Mérida, en el norte de México está creciendo también.

“¿Para mí qué falta? Necesitamos sacar jugadores profesionales internacionales. Necesitamos jovenes de 16 años que digan ‘me quiero ir a jugar profesional’.

“Necesitamos un Centro de Alto Rendimiento donde se enseñe bien lo que es el pádel a nivel profesional. Falta mucha metodología, si lo comparamos con España, con Argentina o con Italia.

“Yo fui número 74 a nivel internacional y, en parejas, la 32. Pero después de eso no ha habido otra jugadora mexicana que se meta al Top 100.

“Necesitamos sacar una camada de niños que tengan apoyos, que tengan patrocinadores, becas; con contactos estratégicos en España y Argentina para que empiecen a competir a nivel internacional. Hoy tenemos a tres personas que juegan a nivel internacional… no es nada”.