Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 38 segundos
En México, 52% de los jóvenes de entre 15 y 29 años se enfrentan a tres condiciones básicas que limitan su incursión económica: exclusión, trabajos precarios y pobreza por ingresos al ser estudiantes. Para enfrentar esta problemática, la actual administración puso en marcha el programa Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF). Sin embargo los resultados ante esta problemática han sido insuficientes.
La mayoría de los jóvenes ha crecido en hogares en condición de pobreza, padecido desnutrición crónica, con padres que tienen bajos niveles de escolaridad, trabajos precarios y otras condiciones de rezago social. Estudiaron la educación básica en escuelas con baja calidad de aprendizajes, abandonaron la escuela sin concluir la educación media superior, carecen de habilidades, relaciones y experiencia, así como motivaciones para buscar y conseguir trabajo, situaciones que complican su inserción laboral en condiciones dignas.
Estas carencias en la infancia, los lleva a enfrentarse, principalmente a tres condiciones al intentar sumarse al mercado laboral:
Exclusión: 5.1 millones están fuera de la escuela, sin estudios universitarios y sin trabajo; de los cuales 79% son mujeres.
Trabajos precarios: 8.2 millones no cuentan con estudios universitarios pero trabajan con salario suficiente y/o sin seguridad social.
Estudiantes en pobreza por ingresos. 3.1 millones sin estudios universitarios, y aunque siguen en la escuela, viven en hogares en pobreza o son vulnerables por ingresos.
En la conmemoración del Día Internacional del Trabajo este 1º de Mayo, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza elaboró el reporte “Jóvenes oportunidad: Datos, análisis de políticas y recomendaciones para su inclusión económica” y como un avance de este trabajo académico reveló que al tratar de enfrentar la problemática, JCF ha brindado resultados insuficientes, a pesar de que entre 2018 a 2023, el programa ha ejercido casi 100 mil millones de pesos y reporta una cobertura de 2.9 millones de participantes.
La explicación de esta falla, de acuerdo con la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, es que JCF tiene varias limitaciones en su diseño e implementación:
- No prioriza a jóvenes con mayores barreras de empleabilidad, como rezago escolar u otras condiciones que dificultan o impiden la inserción laboral.
- Tiene un sesgo geográfico que reduce la cobertura en las ciudades y zonas metropolitanas donde hay mayor cantidad de jóvenes fuera de la escuela y el trabajo.
- Tampoco garantiza una experiencia laboral significativa, ni capacitación o desarrollo de
competencias. - No ofrece opciones de cuidado para mujeres madres. Pese a que las mujeres son la
mayoría de las personas jóvenes fuera de la escuela y sin trabajo, el programa no consideró espacios de cuidado. - No garantiza experiencias de trabajo relacionadas con las ofertas laborales más requeridas de cada región.
- Las habilidades socioemocionales o “blandas” que son las más relevantes para conseguir
carecen de prioridad y no promueve la certificación de los aprendizajes. - Tampoco vincula a jóvenes con programas de intermediación laboral o “bolsas de trabajo”.
Además la transferencia monetaria es mucho mayor que las becas para estudiantes, lo que podría incentivar el abandono escolar.
Sumado a esto, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza destacó que el programa cerró la inscripción abierta en línea para jóvenes a mediados de 2022, para realizar eventos de registro organizados por la estructura operativa de los “Servidores de la Nación”; de esta manera, se sumó al modelo operativo del resto de los programas de transferencias, que facilita el clientelismo político y el condicionamiento electoral.
Como aspectos positivos la organización destacó que JCF está destinado a jóvenes sin trabajo y fuera de la escuela, para ofrecer una experiencia de formación práctica, como aprendices en centros de trabajo en colaboración con empresas.
A ellos se les entrega una transferencia directa, además de inscripción en el IMSS mientras realizan su estancia en los centros de trabajo. Sin embargo, este mecanismo no ha logrado que el número de jóvenes con trabajo formal registrado en el IMSS a finales de 2023, respecto a los que había a finales de 2018, creciera. De hecho, destacaron que son 128 mil jóvenes menos ahora con respecto a 2018, antes del inicio del programa, Como referencia de comparación, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza explicó que los puestos de trabajo registrados en el IMSS crecieron 9.5% en el mismo periodo. Esto es, 2 millones de personas más con trabajo formal: de 20, 458 millones en noviembre de 2018 a 22, 409 millones al mismo mes de 2023.
Frente a estas cifras, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, aseguró que JCF tiene grandes limitaciones para lograr resultados y revertir las barreras de empleabilidad de jóvenes oportunidad. Por ello, advirtió que en México urge una política efectiva de empleabilidad, especialmente para personas jóvenes con desventajas acumuladas, la cual debe ser integral, dado que las transferencias monetarias no bastan.
También te puede interesar: Nearshoring y la escasez de agua