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Por Claudia Villegas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó al gobierno mexicano, una vez más, otorgar autonomía a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), para fortalecer su labor de vigilancia. En esta última ocasión, además, el organismo multilateral aconsejó al gobierno fusionarla con otros organismos reguladores del sector financiero, para crear una superintendencia al estilo de la que opera en Colombia.
La CNBV, de acuerdo con el FMI, debería tener garantizada su independencia, recursos económicos y legales, para asegurar la protección que necesita un supervisor del sector financiero.
Desde 2010, el FMI advirtió a México que el presupuesto para la CNBV era insuficiente, con salarios que permanecían congelados, con lo que, desde entonces, advirtió que la brecha salarial, con los ingresos de directivos de los entes regulados en el sector privado, se seguiría ampliando.
El más reciente Programa de Evaluación del Sector Financiero para México, preparado por el FMI: Evaluación detallada del cumplimiento de los Principios Básicos de Basilea para una supervisión bancaria eficaz, muestra que en la estructura de gobierno de la CNBV resulta en un impacto directo y significativo la influencia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en los asuntos de esta comisión.
También recordó que no hay integrantes independientes que le permitan fortalecer su autonomía. Por ejemplo, al principio de esta administración, antes de que el presidente López Obrador instruyera al entonces titular de la Secretaría de Hacienda, Carlos Urzúa, formalizar el nombramiento del presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Adalberto Palma, la oficial mayor en funciones, Raquel Buenrostro, ya había dispuesto el recorte de puestos, la cancelación de prestaciones y había nombrado a los responsables de la administración de recursos de la comisión que vigila al sector financiero.
Cuando Palma llegó a la CNBV, además, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la CNBV, que representa a mil 200 empleados, ya había iniciado un paro de labores por la cancelación de servicios médicos y problemas con su caja de ahorros, confirmaron en la Comisión. El FMI aseguró que no existe una norma clara para el nombramiento de los funcionarios de la CNBV y sus vicepresidentes. Tampoco, agregó, se tienen claras las causas de despido vinculadas con labores de supervisión.
Históricamente, refiere el FMI en su diagnóstico, la rotación de funcionarios también ha sido significativa, especialmente después de procesos electorales. A pesar de que cuenta con ingresos por cuotas y multas a los regulados, la CNBV no tiene autonomía para establecer o modificar su propio presupuesto. Las multas se enteran por completo a la Tesorería de la Federación, y ello limita la gestión y operación.
“Se debe otorgar a la CNBV independencia operativa efectiva, con fortalecimiento, gobernanza y autonomía presupuestaria, convirtiéndose en un organismo descentralizado, con el fin de permitirles ejercer sus objetivos más eficazmente”, indica el FMI.
Además, agrega, la ley no otorga inmunidad estatutaria a la CNBV y su personal para el desempeño de buena fe de sus funciones legales y poderes. Aunque las demandas contra supervisores son poco frecuentes, según el organismo multilateral, las actuales disposiciones de protección legal no mitigan los riesgos de acciones que buscan ser intimidatorias, por parte de terceros afectados por la regulación efectiva en el sector financiero.
Si bien en los últimos cinco años ha habido varias demandas contra la CNBV, ninguna directa contra sus funcionarios, nada impide a personas en el sector financiero presentar demandas, contra supervisores de la CNBV, relacionadas con acciones tomadas en el desempeño de sus funciones regulatorias.
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