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En el último trimestre de 2023, el PIB de la Franja de Gaza fue 86% menor que el de igual periodo de 2022, en tanto que Cisjordania, habitada por población israelí, entró en una recesión con una crisis simultánea en sus sectores público y privado. Este conjunto de factores ya está repercutiendo en toda la región de Medio Oriente y Norte de África (MENA, por sus siglas en inglés), resalta el Banco Mundial en un reporte especial, emitido hoy.
En su actualización económica de Medio Oriente y Norte de África (MENA, por sus siglas en inglés) publicada el lunes, el Banco Mundial consigna que además de un crecimiento mediocre y un incremento en su endeudamiento, la Región enfrenta una mayor incertidumbre causada por los conflictos en Medio Oriente, que están ya impactando “las economías de toda la región”.
Entre sus hallazgos, la entidad financiera internacional indica que la proyección es que las economías de Medio Oriente y Norte de África vuelvan a mostrar crecimientos limitados, con una tasa similar al de la década anterior a la pandemia desatada por el Covid-19.
“Se pronostica que el producto interno bruto (PIB) de MENA aumentará al 2.7 por ciento en 2024, lo que representa un tibio aumento desde el 1.9 por ciento en 2023. Al igual que en 2023, es probable que los países importadores y exportadores de petróleo crezcan a tasas menores y más dispares que en 2022, cuando precios más altos del petróleo impulsaron el crecimiento en los países exportadores de petróleo”.
El resultado de la investigación se da a conocer el marco de las reuniones anuales de Primavera que en conjunto realiza en esta semana con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Aunque la entidad financiera mundial valida sus perspectivas de crecimiento global, de economías avanzadas y de mercados emergentes para 2024, lo que incluye a Estados Unidos y China, advierte que los recientes conflictos en Medio Oriente aumentan “los riesgos geopolíticos”, tanto dentro, como fuera de la Región.
Citando reportes especiales que miden el impacto económico del conflicto en Oriente Medio sobre la Región MENA, el Banco Mundial advierte que derivado del conflicto entre Israel y el grupo Hamas por el territorio de la Franja de Gaza, que comenzó recién en octubre pasado, la actividad económica en Gaza está prácticamente paralizada.
El PIB de la Franja de Gaza, donde habita la población palestina, cayó 86% en el último trimestre de 2023 si compara contra igual periodo del 2022, lo que se traduce en una desaceleración del 25% en el crecimiento de su PIB real anual, “comparable a algunos de los peores períodos de conflicto de su historia reciente”.
En tanto, Cisjordania, habitada por población israelí, “se ha hundido en una recesión, con crisis simultáneas para sus sectores público y privado”. Pero el decremento del PIB en estos sitios geográficos, advierte el Banco Mundial, no refleja el costo humano del conflicto: muertes, desplazamientos y un gran número de habitantes de Gaza “que ahora viven en la pobreza y enfrentan altos niveles de una inseguridad alimentaria aguda”.
“El impacto económico del conflicto en el resto de la región se ha mantenido relativamente contenido, pero la incertidumbre ha aumentado”, alerta.
En la última semana, otro conflicto surgió en el Medio Oriente, recrudeciendo los riesgos geopolíticos a nivel mundial. El fin de semana anterior, Irán lanzó un inédito ataque contra territorio israelí en respuesta al reciente bombardeo contra su consulado en la capital de Siria, Damasco, en el que fallecieron siete miembros de la llamada Guardia Revolucionaria.
Si bien autoridades de Irán declararon que sus acciones estaban finalizadas, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, advirtió de que habría una respuesta “aún más dura” en caso de que Israel responda a los ataques.
Diferenciales
El acotado crecimiento “persistente” que reporta el Medio Oriente y el Norte de África precedió durante “mucho tiempo” al reciente aluvión de shocks globales, desde la pandemia del Covid, la invasión rusa de Ucrania de febrero de 2022, las altas tasas de inflación y tipos de interés, y el más reciente conflicto en Medio Oriente que dio inicio en los primeros días de octubre del año pasado.
El crecimiento promedio del PIB real en la década anterior a estos shocks -esto es, entre 2010 a 2019- fue de 1.5 puntos porcentuales menos en Medio Oriente y Norte de África que en otros Mercados Emergentes y Economías en Desarrollo (EMDE, por sus siglas en inglés), de acuerdo con el Banco.
Sin embargo, el Banco Mundial aclara que el PIB per cápita real es una medida que refleja mejor los cambios en los niveles de vida en la Región de conflicto, que si se mide por el crecimiento del PIB real. Para 2024, el pronóstico del Banco es que el PIB per cápita crezca 1.3%, lo que representa una mejora con respecto a la tasa del 0.5% reportada en 2023.
El aumento, no obstante, estaría impulsado “casi en su totalidad” por las economías del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, por sus siglas en inglés), que comprende a Bahrein, Kuwait , Omán, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, “cuyo crecimiento del PIB per cápita se estima en 1%, con una mejora significativa si se compara con la caída del 0.9% del PIB per cápita de 2023”.
Presión en commodities
En su informe actualizado sobre Medio Oriente y Norte de África, el Banco Mundial indica que las estimaciones apuntan a que los precios internacionales del petróleo, que han caído 9.5% desde octubre del año pasado, continuarán haciéndolo en 2024, “a medida que el crecimiento mundial se debilita y la producción de petróleo aumenta”.
“Los futuros del petróleo indican precios a mediano plazo generalmente más altos en comparación con los de junio y diciembre de 2023, pero más bajos que los de septiembre de 2023, con futuros que cotizan a 71.41 dólares por barril para fines de 2026”.
Indica que los precios del gas natural también han disminuido en el mismo periodo, en este caso todavía más, en un 36%; los futuros del gas natural generalmente indican precios a medio plazo más bajos que los futuros reportados durante 2023.
“También se espera que los precios de los metales continúen cayendo entre el 5 y el 11% ante el menor crecimiento en China. Se espera que los precios de los alimentos bajen en medio de la abundante oferta de los principales cultivos, pero que se mantengan más altos que antes de la pandemia”.