La crisis del Mar Rojo podría afectar a la economía mundial: por qué es tan importante…

Mar Rojo

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Hoy en día, Mar Rojo es una de las principales rutas comerciales del mundo para la mayoría de los cargueros de contenedores. La zona tiene más de un foco de conflicto y cada vez se hace más complejo: desde ataques terroristas por la noche hasta aumentos en el combustible y los costos de transporte. Momento crítico de una región fundamental para la economía del mundo…

Buenos Aires, Argentina.- Uno de los lugares más importantes para el funcionamiento de la economía global, tiene un contexto de pesadilla, de película de terror. El Mar Rojo está ubicado entre África y Oriente Medio y conecta el Océano Índico con el Canal de Suez y el Mediterráneo, y precisamente, ese paso marítimo es un verdadero calvario para los buques, al punto de exponer su propia vida en cada travesía. Dicho mar conecta países como Egipto, Jordania, Arabia Saudita, Etiopía, Eritrea, Sudán, Somalia e Israel y tiene poco más de 300 kilómetros de ancho y con un largo de 1900 kilómetros.

La región del Mar Rojo está bajo ataque de los rebeldes hutíes de Yemen y los buques de carga son los principales apuntados y algunos especialistas aseguran que tendrán consecuencias en la economía global en el corto plazo. Actualmente el 30 por ciento del transporte marítimo del mundo de contenedores pasa por el Canal de Suez y el 15 por ciento del comercio mundial se basa en el Mar Rojo. En las últimas semanas, los ataques se multiplicaron y el secuestro de buques se incrementaron, algo que alertó a la seguridad marítima y principalmente a las empresas que mandan sus contenedores por esa zona.

Además del Canal de Suez, el otro foco de conflicto es el estrecho de Bab al Mandeb, que controla el acceso al sur del Mar Rojo y también se ve afectada por los ataques, algo que tiene su resultado: desde mediados de noviembre, el número de contenedores cayó un 70%, según los expertos del sector. Algunas empresas han frenado su actividad en esta zona y optar por un itinerario alternativo, a pesar de que ese trayecto puede ser más largo y costoso.

Los hutíes tienen base en Yemen y sus ataques se idealizan en la venganza de la guerra de Israel contra Hamas en Gaza. Los constantes ataques y el secuestro de tripulantes provocó que el ejército estadounidense y sus aliados fueran a reforzar la seguridad marítima, aunque los ataques continúan: 21 misiles hutíes y drones fueron derribados en las últimas semanas.

Esta situación provocó un efecto dominó. La empresa sueca, Ikea, fue contundente en diálogo con AFP: “La situación en el canal de Suez va a provocar demoras. Está en situación compleja”. Tesla ya confirmó que el armado de sus productos están retrasados por autopartes que llegan desde esa zona y tienen demoras y dificultades para salir. La fábrica de Volvo en Gante, Bélgica, también marcó demoras por “reajuste en las vías marítimas”.

Además del fastidio y la preocupación de las empresas, hay números que se elevaron ante este contexto crítico. Los seguros de carga aumentaron un 1,4 por ciento su precio y las aseguradoras pusieron primas por riesgo de secuestro o guerra, elevando la tarifa estándar al momento de cruzar por el Mar Rojo. Sin ir más lejos, hubo una fuerte negociación entre todas las partes porque el traslado de los contenedores de esa región a Estados Unidos subió más de un 120 por ciento. Se cree que las empresas aumentaron su costo en combustible a 200 millones de dólares ya que los recorridos de otras rutas marítimas son más extensos.

“En un contexto de escalada de los conflictos, el suministro de energía también podría verse interrumpido de forma sustancial, lo que provocaría un repunte de los precios de la energía. Esto tendría importantes repercusiones en los precios de otros productos básicos como el metal, el hierro, la madera y otros elementos”, aseguró en su último informe el Banco Mundial.

Las compañías de transporte marítimo como Maersk, MSC, Hapag-Lloyd, han decidido abandonar momentáneamente ese trayecto marítimo y buscar rutas alternativas. Lógicamente esto aumenta los costos desde todo aspecto y lo peor de todo es que no parece tener una solución inmediata para el conflicto. Estados Unidos y sus aliados buscan la forma de frenar este caos marítimo, pero no es nada sencillo.

 

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