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Según el IMCO, “corregir el rumbo” en materia de agua será uno de los retos para las administraciones que resulten elegidas en junio.
El juicio de los expertos es devastador: para el año 2030 uno podrá llegar caminando a la isla de Janitzio porque el Lago de Pátzcuaro, simple y sencillamente, habrá desaparecido.
Y no es solo por el calentamiento global o el uso ilegal del agua para el riego de plantaciones de aguacate en el estado de Michoacán.
La Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático asegura que la planta de tratamiento de aguas negras de Pátzcuaro funciona al 30% mientras que las dos de Janitzio están detenidas.
Pero el problema es mucho más grande.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) “México vive su peor crisis hídrica en décadas”.
“Al cierre de febrero de 2024 —agregó— 69% de la población mexicana padeció algún tipo de sequía. Esto amenaza no solo la disponibilidad, sino también la calidad del agua. Corregir el rumbo en materia hídrica será uno de los principales retos que enfrentarán las administraciones que resulten elegidas en junio”.
Por esta razón, el IMCO planteó una serie de sugerencias para el manejo del agua, por parte de los tres niveles de gobierno.
Por principio, propuso un monitoreo del uso de agua, principalmente en el sector agropecuario, empleando datos reales y no estimaciones. Además de buscar la emisión de bonos de carbono y financiamiento verde.
También propuso desarrollar un plan para el uso eficiente del agua a través de la Conagua para que los usuarios del sector agropecuario no rebasen su volumen autorizado.
“Se debe trabajar con los organismos locales y distritos de riego para implementar técnicas eficientes para el uso del agua, por ejemplo, el riego por goteo, por aspersión, el uso de reciclaje de aguas o la captación de aguas de lluvia. Asimismo, se deben utilizar técnicas de conservación de suelos para mejorar la retención y uso del agua de lluvia”, consideró.
El IMCO también propuso ajustar los volúmenes abiertos a concesionar para extracción de agua superficial o subterránea, de modo que se ajusten a la disponibilidad anual ambientalmente sostenible.
“Las extracciones de fuentes subterráneas no deben superar los volúmenes de recarga, mientras que para las superficiales no deben superar el agua superficial renovable neta de los requerimientos ambientales”, señaló el organismo.
En materia estatal, el IMCO propuso desarrollar una agenda de trabajo conjunta entre la Conagua, los Consejos de cuenca y los gobiernos locales en materia de recursos hídricos.
Y, en el ámbito municipal, la sugerencia es invertir en modernización y conservación de infraestructura hídrica, atender el problema que representan las tomas clandestinas y las fugas, así como romover un mayor volumen de tratamiento de aguas residuales.
Finalmente, el IMCO consideró que “mejorar la gestión del agua requiere una agenda amplia, plural y multipartita que involucre a los tres niveles de gobierno, así como a los sectores agropecuarios e industriales, la academia y las organizaciones no gubernamentales”.