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El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que, en uno de los capítulos de su nuevo libro ¡Gracias! se documenta ampliamente cómo la amistad entre Enrique Peña Nieto y algunos empresarios se rompió a partir de la eliminación del régimen de consolidación fiscal del Impuesto sobre la Renta (ISR) que, durante los gobiernos panistas, permitió que muchas empresas disminuyeran su tasa efectiva de impuestos con estrategias como la compra de compañía con números rojos, el diferimiento en el pago de impuestos para constituir créditos fiscales.
Si bien, de acuerdo con analistas la consolidación fiscal existía desde la década de los setentas y permitía que las controladoras pagaran impuestos de un grupo de compañías de manera integral, fue durante los gobiernos panistas cuando se usó con mayor eficacia.
De esta forma, había sido posible deducir pérdidas y disminuir el nivel de la tasa activa de impuestos. Fue un decreto de Luis Echeverría el que lo hizo posible siempre y cuando no afectara las finanzas públicas.
En la conferencia matutina del 28 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador que “el bloque de empresarios vinculados al régimen estaba distanciado del ex presidente Enrique Peña Nieto”
Y relató que estaban distanciados de Peña, porque, aunque el ex mandatario impulsaba las llamadas reformas estructurales y habían ambicionado la privatización del sector energético y de la educación, no les gustó la llamada reforma fiscal de Peña en donde se impulsó la eliminación del régimen de consolidación del ISR
Este régimen de consolidación del ISR —explicó López Obrador— se los otorgó Echeverría, luego del lamentable asesinato del señor Eugenio Garza Sada en 1973.
“Como estaban muy molestos y con razón por el asesinato, los empresarios de Monterrey, Echeverría, para congraciarse, les da en concesión este régimen que se llama de consolidación fiscal, que significaba que una empresa… por ejemplo, Oxxo ahora tiene ganancias, pero creaban 10 empresas fantasmas donde perdían; entonces, con este sistema, ellos podían equilibrar o sumar pérdidas y ganancias, y al final el resultado era cero ganancias y, por lo mismo, no pagaban impuestos”, dijo el mandatario.
Y continuó: “Esto (el régimen de consolidación fiscal) se los quita Peña porque ya veníamos nosotros denunciando, y denunciando, y denunciando estos abusos, que les permitía a grandes corporaciones evadir el pago de los impuestos”.
Por ello, agregó, a los empresarios nos les gustó que el ISR quedara en 35 por ciento, aumentó, a pesar de que tenían esquemas como la condonación o los perdones fiscales.
“Estaban molestos, porque son muy prepotentes, se sentían los dueños de México— y se sentían traicionados por Peña —y les salió la arrogancia y el conservadurismo extremo— y empezaron a golpearlo en sus medios de manipulación como el periódico Reforma y en sus redes sociales —a Peña— al extremo de convertirlo en el payaso de las cachetadas. Al mismo tiempo, venían con buenos ojos la candidatura de Ricardo Anaya, postulado por el PAN’ y otros partidos paleros”, dijo el mandatario.
De acuerdo con un informe del SAT—citado por el académico de la Universidad Veracruzana, Hilario Barcelata – tan solo durante 2008, al amparo de este régimen, cerca de 4 mil 300 grandes empresas agrupadas en 422 grupos económicos (los más poderosos del país) apenas pagaron 1.7% en promedio de sus ingresos acumulado que fueron de 4 billones 960 mil millones de pesos, en lugar de pagar el 17% que correspondería al 30% de sus utilidades, además de haber dejado pendiente un adeudo fiscal de 132 mil millones de pesos.
Según la misma fuente, algunas grandes empresas del sector cosmético en ese mismo año tuvieron ingresos acumulables por alrededor de 8,000 millones de pesos y sólo pagaron alrededor de 220 millones pesos (el 3% de sus ingresos). De igual modo sucedió con las tiendas de autoservicios, cuyos ingresos acumulables fueron de más de 67 mil millones de pesos y sólo pagaron impuestos por 6 mil millones (menos del 10%). En ese mismo año, Cementos Mexicanos (Cemex), difirió el pago de más de 38 mil millones de pesos.
Según la Cámara de Diputados, dice Barcelata, debido a los beneficios fiscales estas empresas, se dejan de percibir más de 500 mil millones de pesos, lo que representa el 4 por ciento del Producto Interno Bruto.
El problema es que la sombra del régimen de consolidación no se fue del todo, tras la reforma promovida por el gobierno de Enrique Peña Nieto en el Poder Legislativo se aprobó otra opción para reducir el pago de impuestos: el “Régimen Opcional para Grupos de Sociedades” que, según el catedrático, resulta equivalente al Régimen de consolidación que desapareció y que permite a los grandes grupos corporativos seguir deduciendo las pérdidas de algunas de sus empresas con ganancias de las otras, es decir, los mismos términos del Régimen de Consolidación.
Una de las empresas que utiliza el “Régimen Opcional para Grupos de Sociedades”, es Elektra.
A los inversionistas del mercado de valores, Elektra les explicó que Nueva Elektra y sus filiales operan como una entidad conciliadora para determinar el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR), de acuerdo con lo que establece el artículo 64 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, capítulo IV, del llamado régimen facultativo que también perdona el pago de impuestos durante varios años a cambio de que se acrediten inversiones para la generación de puestos de trabajo, previa autorización del Servicio de Administración Tributaria.
El grupo de Ricardo Salinas Pliego también aprovechó la estrategia fiscal para colocar bonos y obtener recursos del mercado de valores a partir de la operación de la nueva empresa dedicada a la administración de flujos de sus negocios.
En el prospecto de colocación de deuda en el mercado de valores, Nueva Elektra explicó que este nuevo régimen facultativo requiere una participación en el capital de las subsidiarias de al menos el 80%, con lo que se permitirá a la “compañía integradora” (controladora) diferir los pagos anuales de impuestos de sus filiales integradas que generaron beneficios por un período equivalente a 3 años en la medida en que sus gastos por impuestos no excedan individualmente el gasto para el impuesto global de la sociedad controladora, sin tener en cuenta las empresas que tienen pérdidas fiscales pendientes de amortización antes de 2014. Además, en el caso de sus filiales extranjeras se determinará los impuestos sobre la renta de acuerdo con los tipos impositivos aplicables en cada jurisdicción.
Este régimen, para consolidar ISR, consiste en el diferimiento hasta por tres años del ISR, a partir de un estricto control del impuesto causado por la sociedad integradora y cada sociedad integrada.
Las principales características son las siguientes:
- Es un régimen opcional que requiere autorización previa del Servicio de Administración Tributaria.
- El impuesto se determina por ejercicio; para tal efecto, la sociedad integradora calcula un factor de resultado fiscal integrado con el que se determina el impuesto sobre la renta a pagar y el impuesto que se puede diferir.
- Se requiere una participación mínima de 80% de la sociedad integradora en las acciones con derecho a voto de las sociedades integradas.
- No hay flujos de impuesto sobre la renta de las sociedades integradas a la sociedad integradora.
- El impuesto sobre la renta se difiere por cada sociedad del grupo (integradora e integradas).
- Los pagos provisionales se calculan y enteran en forma individual.
- Hasta en tanto la sociedad integradora no presente aviso para dejar de pertenecer al régimen o cuando deje de reunir alguno de los requisitos para ser considerada como una sociedad integradora, se debe continuar tributando en este régimen.
El SAT prometió que en 2024 fiscalizará el pago del ISR en este régimen opcional para grupos de sociedades y en la repatriación de capitales.
Fuente: diversos despachos de contaduría y fiscalización
Aquí puedes consultar la conferencia del 27 de febrero pasado.