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Al frente del FOVISSSTE, el instituto que depende del ISSSTE y cuya responsabilidad es otorgar créditos para la vivienda de los trabajadores del sector público, César Buenrostro Moreno, tiene una clara encomienda: la de atender a todos esos derechohabientes que han observado cómo aumenta y aumenta la deuda por los préstamos que contrataron para comprar una pequeña vivienda ante el hecho de que se les ofreció y acordaron un financiamiento que, en una primera etapa, se indexó al incremento anual del salario mínimo y, después, a la Unidad de Medida Actualizada que da a conocer el INEGI.
La UMA es la unidad de cuenta, índice, base, medida o referencia económica en pesos para determinar la cuantía del pago de las obligaciones y supuestos previstos en las leyes federales y estatales, así como en las disposiciones jurídicas que emanen de todas las anteriores.
Los valores de la UMA que entran en vigor a partir del 1 de febrero de 2024 son: diario en 108.57 pesos mexicanos, mensual en 3,300.53 pesos mexicanos y anual 39, 606.36 pesos mexicanos
Así, la variación de la UMA en 2024, en comparación con 2023, es de 4.66 por ciento.
El problema con los créditos hipotecarios indexados a la UMA y no a una tasa fija, es que se sufren una actualización perniciosa sobre el capital. En otras palabras, cada año, durante 30 años, se aumenta el monto del principal, de los recursos iniciales que se contrataron para el financiamiento. Por ello, muchos derechohabientes consideran que se trata de préstamos eternos, cuya liquidación – además – se complica de manera muy importante en el momento de la jubilación.
Como sucede con los créditos de la banca comercial que, por su elevado costo, ya se encuentran en plena extinción, en el FOVISSSTE están buscando mitigar el impacto del diseño de estos financiamientos que se pensó para beneficiar a los mercados financieros y no a los derechohabientes.
No será fácil erradicar los créditos del FOVISSSTE indexados en UMAS. Les cuento que en el propio Infonavit que encabeza Carlos Martínez está tratando de reducir de la cartera del organismo tripartita de sus financiamientos. El problema, sin embargo, ha sido que en paquetes de financiamiento como los llamados “Infonavit Total”, se comprometieron también emisiones de bonos cuyo vencimiento aún se extiende por más de una década. Un verdadero círculo viciosos que sólo beneficia a los mercados financieros.
En el Fovissste se atiende a los trabajadores al servicio del Estado, son 2 millones 700 mil derechohabientes con al menos 900 mil 400 créditos activos, sin que el Instituto tripartita reciba aportaciones directas del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
Como ustedes saben, cada quincena, a nombre del trabajador el gobierno federal aporta el 5% de su salario y así se va generando para cada trabajador, para estos 2 millones 700 mil derechohabientes un fondo de ahorro y un fondo de vivienda. Para obtener, un crédito, una persona trabajadora al servicio del Estado, debe cotizar al menos nueve bimestres. Les seguiré contando sobre lo que está pasando con los créditos indexados en UMAS y los programas del FOVISSSTE para reducir el impacto de financiamientos que se diseñaron mal desde el origen. No sólo resultan impagables, sino que atentan contra la estabilidad financiera de las familias porque al actualizarse el monto principal del financiamiento, aumenta la deuda y, muchas veces, rebasa hasta el valor de la vivienda. César Buenrostro recibió, por ello, la encomienda de mitigar y ofrecer opciones para liquidar estos créditos.