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El Banco Mundial dijo el martes que espera que el crecimiento global desacelere aún más en 2024 ante una política monetaria y condiciones financieras restrictivas, además de un comercio e inversión global débiles; los riesgos a la baja incluyen el recrudecimiento del conflicto en Medio Oriente, una inflación persistente, fragmentación comercial y “desastres” relacionados con el clima.
El Banco Mundial (BM) dijo el martes al presentar sus Perspectivas económicas mundiales de 2024 que estima un crecimiento de la economía mexicana de 3.6% al cierre de 2023, esto es, 1.1 puntos porcentuales (pp) mayor que el 2.5% proyectado en junio.
El organismo internacional también elevó sus estimados de PIB para 2024, desde niveles de 1.9%, hasta 2.6%, mientras que para 2025 pasó de 2% a 2.1%.
Si la comparación se da contra octubre pasado cuando el Banco dio a conocer las perspectivas “Informe Económico de América Latina y el Caribe”, el resultado también es favorecedor para el país, pues ubicó entonces un PIB en 3.2% para el término de 2023.
El informe regional de finales de ese año arrojó para 2024 un crecimiento de 2.5%, mientras que para 2025 situó en 2%, marcando en el documento de hoy también ligeras alzas.
Si bien la información de México no es abundante en las perspectivas mundiales presentadas el martes, el organismo resalta que el crecimiento del principal socio comercial del país, Estados Unidos, ha sorprendido por su resiliencia, mientras que una continuidad “fuerte” sobre el desempeño del PIB esperado en la potencia “presenta un riesgo al alza para las perspectivas de todas las regiones EMDE”, anotó, en relación a las siglas que refieren los mercados emergentes y economías en desarrollo, donde figura México.
De acuerdo con las proyecciones del Banco, la economía de EUA cerraría 2023 con un avance de 2.5%, que desaceleraría a 1.6% este año y a 1.7% en 2025.
Las proyecciones actuales de la primera economía mundial reflejaron un ajuste al alza frente a las perspectivas del PIB de 2023 y 2024 dadas a conocer en junio de 1.4 pp y 0.8 pp, en cada caso, aunque un retroceso de 0.6% para la proyección de 2025.
“Un crecimiento más fuerte en Estados Unidos podría ir acompañado de una disminución de la inflación y una flexibilización de las condiciones financieras debido a nuevas mejoras en la oferta laboral o la productividad” argumentó el organismo.
Además, destacó que las economías orientadas a la exportación y con sólidos vínculos comerciales directos con Estados Unidos, como el caso de México, “serían las más beneficiadas”, mencionando particularmente los países de Asia Oriental y el Pacifico (EAP, por sus siglas en inglés) y de América Latina y el Caribe (LAC, por sus siglas en inglés)
Otras regiones también se beneficiarían a través de efectos de “contagios positivos” para los exportadores de materias primas de las EMDE (mercados emergentes y economías en desarrollo) debido a una mayor demanda global.
“En tal escenario, una mejora del sentimiento mundial y condiciones financieras más favorables (incluido un mayor apetito por el riesgo de los inversionistas mundiales) podrían aliviar la presión financiera y los costos de endeudamiento en todas las regiones EMDE, respaldando así la demanda”.
Crecimiento modesto
El organismo multilateral indicó que los mercados emergentes y las economías en desarrollo tendrán un crecimiento moderado en lo que corresponde a Asia oriental y el Pacífico, principalmente por un crecimiento más lento en China, pero también en Europa, Asia central y Asia meridional.
Para América Latina y el Caribe -con pocas excepciones, como México- sólo se espera una ligera mejora en el crecimiento desde una base débil en 2023, dijo el Banco, mientras que los riesgos para las perspectivas siguen sesgadas a la baja.
Entre los riesgos a la baja figuran mayores tensiones geopolíticas y comerciales, las posibilidades de un crecimiento más débil en China y una demanda externa más débil, condiciones financieras más estrictas de lo esperado y desastres naturales relacionados con el cambio climático.
“A medida que el mundo se acerca al punto medio de lo que se suponía sería una década transformadora para el desarrollo, la economía global se apresta a acumular un récord lamentable para fines de 2024: la media década más lenta del PIB en 30 años”, advirtió el organismo.
Perspectiva en riesgo
Para 2025, el Banco Mundial estimó que el crecimiento se fortalezca en la mayoría de las regiones a medida que las empresas de recuperación global.
Sin embargo, una escalada del conflicto en Medio Oriente podría perturbar el suministro mundial de petróleo y provocar un aumento en los precios de la energía y los alimentos, elevando la inflación en todas las regiones.
Si bien prevé que la inflación general seguirá moderándose en todas las regiones, en algunas sigue siendo elevada, lo que limita el margen para una flexibilización de la política monetaria.
Además, se prevé que las condiciones financieras mundiales sigan siendo estrictas, en medio de elevadas tasas de interés reales en las principales economías avanzadas.
“A pesar de cierto fortalecimiento, se prevé que el crecimiento en 2024-25 será más lento que en la década anterior a la pandemia en algunas regiones EMDE”, alertó.
