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¿Te imaginas a personas con esta condición desempeñando cargos públicos y brindando entrevistas?
En el marco del Día Internacional de la Tartamudez, conmemorado el 22 de octubre, quiero hablar de personas inspiradoras, las cuales han hecho de la tartamudez una experiencia de vida con múltiples aprendizajes y oportunidades, tanto para ellos como para la sociedad en general. Estas personas han demostrado que lo que algunos consideran “imposible” puede convertirse en una poderosa fuente de superación y crecimiento.
Jennyfer Lucena es Diputada por el estado de Guerrero en México y cada vez que habla en público o sube a tribuna, se dice asi misma: Elijo ser valiente.
Con 27 años de edad, es administradora y emprendedora. Esta dedicando su profesión a las buenas causas, esas que de verdad ayuden a mejorar el tejido social, despierten el interés colectivo y muevan el corazón de las personas por un bien común.
Puede parecer tímida y reservada, pero en realidad es bastante amigable. Le encanta pensar por sí misma y tomar sus propias decisiones, pero siempre está abierta a escuchar consejos y opiniones que la ayuden a seguir creciendo.
Se considera un poco controladora, e impaciente cuando las cosas no van como las planea, pero sigue aprendiendo a tolerar la frustración y encontrar los aprendizajes de cada experiencia.
Entonces, ¿qué tiene de especial la historia de Jennyfer? ¡que es una mujer que creció con tartamudez! y durante su infancia y etapa escolar no le fue sencillo vivir con esta condición; por un lado vivió aislamiento social a raiz de no poder hablar como deseaba, agregado al rechazo de instituciones educativas que le recomendaban a sus padres que la llevaran a una escuela especial, estas circunstancias impactaron en Jenny y cayó hasta lo más profundo en sentimientos negativos y un autoconcepto desesperanzador.
Tras varios especialistas, conoció Proyecto Ernest y con una metodología integral y su gran enfoque, disciplina y voluntad transformó lo que por años creyó que no lograría ¡Hoy en día es una voz valiente e inspiradora que comunica el lenguaje fluido de su alma!
En sus palabras, Jenny nos comparte:
“A veces se gana, siempre se aprende” Tenemos que quitarnos esa mentalidad negativa de cometer un error o tener un fracaso; porque la realidad es que es ahí cuando más aprendemos y así no nos volvemos a tropezar con la misma piedra.
Debemos aprender de nuestra tartamudez, abrazarla y decir: por algo estás aquí y yo te voy a cuidar, pero tú no vas a ser más que yo, te voy a transformar, ya no vas a ser ese monstruo que me domina, al contrario, vas a ser mi compañero de vida y aquí la que manda soy yo.
Otro caso de gran inspiración es Iván, diseñador que por 38 años vivió molesto con la vida y evadiendo situaciones por su condición de tartamudez.
Sus miedos y frustraciones cotidianas eran pedir en un restaurante algo que no quería pero era lo que le salía decir al momento, o al ir en el transporte público mencionar un lugar aunque no fuera exactamente a donde él quería llegar, evadir responder si le preguntaban por una dirección, el miedo a hablarle a una mujer; aunque usaba trucos en cada situación, el miedo persistía. Entonces, prefería siempre decir cosas cortas y fáciles, pero eso no era suficiente para todo lo que él deseaba comunicar.
¿Y cómo perdió el miedo? En proyecto Ernest aprendió que el miedo es una ilusión, es algo que no existe, y así fue dejando de sobrepensar, dejó de imaginarse esos escenarios ficticios y comenzó a dejar fluir las cosas y confiar en él. Comenzó a hablar con un paso del método a la vez, aunque parecía un pequeño paso, para él y su transformación del habla era un paso enorme, y entonces su mentalidad fue “si mejoro un 1% al día en 100 días ya le dí la vuelta a mi vida”. Iván ha brindado diversas entrevistas en televisión en vivo como parte de sus desafíos enriquecedores en su proceso de transformación compartiendo su testimonio para inspirar a más personas.
Actualmente, a sus 44 años esta trabajando su resiliencia y adaptación a una nueva cultura, pues se ha mudado a una nueva ciudad como parte de su proyecto de vida; está ejercitando conectar desde una comunicación empática con las nuevas personas que está conociendo y ello le está brindando experiencias enriquecedoras en su círculo social.
Se siente relajado la mayor parte del tiempo y enfocado en su situación presente, solucionando problemas cotidianos, con un autoconcepto fortalecido y entusiasmo por nuevas experiencias para su evolución.
Reconoce que hoy en día es una persona más tranquila, con autocontrol y que puede pensar a corto, mediano y largo plazo las consecuencias de sus actos. Se comunica más desde el corazón, desde el alma y le agrada que eso lo perciba la gente.
Se siente en paz con cómo es.
En sus palabras, Iván nos comparte:
“La fe es creer incondicionalmente en algo”, en eso que hace que te pares cada día, a pesar de tus miedos, inseguridades y problemas cotidianos. Es decidirte a alcanzar un objetivo o meta.
Entonces, ahora imagina que esa fe la pones en ti, en que tú puedes manejar tu destino y no importa la manera en cómo hablas, tus miedos, tu pasado, lo que hayas vivido, tus creencias. Todo logro parte de un anhelo, un sueño, un deseo, una idea en donde ponemos nuestra fe. Elige que ese sueño seas tú, que tú seas esa chispa que te levanta día a día, habrá detalles, obstáculos, situaciones retadoras en el camino, claro que sí, pero que tu fe sea más grande. Elige ser tú más grande.
Deseamos que la inspiración de las historias de Jenny e Iván lleguen a los corazones de quienes están buscando transformar su tartamudez y evolucionar auténticamente.
Recuerda que es tu derecho vivir con paz, amor y felicidad comunicando desde el lenguaje fluido de tu alma.
Escrito por:
Perla Harriet Ernest
CEO y propietaria de Proyecto Ernest