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Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, realizó una visita a la isla italiana de Lampedusa para anunciar un plan de acción europeo frente a la llegada de migrantes a las costas de la isla italiana Lampedusa.
Uno de los principales puntos será un mecanismo de solidaridad para transferir a los migrantes llegados a la isla italiana de Lampedusa a otros países europeos.
A medio camino entre Libia, Túnez, Malta y Sicilia, Lampedusa es una de las islas más grandes del mar Mediterráneo. Un paraíso turístico asediado en los últimos años por la tragedia en forma de cadáveres naufragados en el Mare Nostrum, de acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Este tipo de viajes, aseguró la ACNUR, demuestra el total desprecio de los traficantes por la vida de las personas refugiadas y migrantes que emprenden estos viajes.
La presidenta de la Comisión Europea,Ursula von der Leyen, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, aterrizaron este domingo la pequeña isla italiana de Lampedusa, a donde han llegado miles de migrantes esta semana, reavivando el espinoso debate sobre el reparto de responsabilidades en la Unión Europea, según la prensa europea.
La agencia EFE aseguró que Von der Leyen, que el plan de acción anunciado en las costas italiana busca contener la inmigración irregular y compartir la gestión de los traslados de migrantes llegados a las costas italianas.
“He venido a Lampedusa para decir que la inmigración ilegal es un desafío europeo y requiere una respuesta europea”, afirmó Von der Leyen acompañada de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien pidió la asistencia de la líder europea tras la llegada de más de 10.000 migrantes a la isla en apenas tres días, reportó EFE.
El programa anunciado consta de diez compromisos, entre ellos un mecanismo de solidaridad para que otros países europeos transfieran migrantes llegados a Lampedusa fuera de Italia, actualizar la legislación europea contra el tráfico de personas y definir nuevos corredores humanitarios legales y seguros.
¿Qué opina ACNUR?
En agosto pasado, la ACNUR, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) expresaron su más sentido pésame por la pérdida de decenas de vidas humanas como consecuencia de otro naufragio mortal ocurrido entre el jueves 3 y el viernes 4 de agosto en el mar Mediterráneo.
Una embarcación comercial rescató a cuatro sobrevivientes (un adolescente de 13 años no acompañado, una mujer y dos hombres); la Guardia Costera italiana les puso a salvo en Lampedusa, según el testimonio de estas cuatro personas, quienes indicaron que 41 personas siguen desaparecidas (entre ellas, tres niños).
Se presume que la barca de hierro, que partió de Sfax, Túnez, se volcó durante la navegación. Las peligrosas condiciones meteorológicas hacen que las travesías en ese tipo de embarcaciones sean especialmente peligrosas, lo que demuestra el total desprecio de los traficantes por la vida de las personas refugiadas y migrantes que emprenden estos viajes. Hace tan solo unos días, una madre embarazada y un niño perdieron la vida muy cerca de Lampedusa.
Las cifras de hoy se suman al creciente número de víctimas mortales de los naufragios en el Mediterráneo Central. De acuerdo con el Proyecto Migrantes DesaparecidosLink is external de la OIM, este año se han reportado más de 1.800 personas muertas y desaparecidas a lo largo de la ruta. El Mediterráneo Central es una de las rutas migratorias más activas y peligrosas del mundo: más del 75 por ciento de las víctimas se han registrado en el Mediterráneo en los últimos diez años.
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