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*Por Justino Núñez Quiroz, académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana
El índice de desempeño logístico desarrollado por el Banco Mundial considera la eficiencia de las aduanas y el proceso para ingresar las mercancías, la idoneidad de la infraestructura comercial y de transporte y la competencia y calidad en los servicios logísticos
Para poder aprovechar el flujo de inversión generada por el nearshoring, México enfrenta diversos desafíos, ostensiblemente el suministro de energía limpia, recursos hídricos, entorno normativo favorable, protección de propiedad industrial, infraestructura y tal vez el elemento más relevante, un sistema logístico eficiente.
De hecho, un componente mayor, además de consideraciones geopolíticas, para el viraje hacia el nearshoring fue la vulnerabilidad de las complejas y geográficamente dispersas cadenas de abastecimiento ante sucesos inesperados como la pandemia del Covid-19 y el enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania.
La disrupción del sistema logístico generó la crisis de contenedores en 2021, la escasez de chips y en alguna medida el aumento de costos con el consecuente impacto en la inflación generalizada observada en la economía mundial postpandemia.
Mejorar la red de movilización de insumos y mercancía con nuestros socios comerciales permitiría reforzar las ventajas de México frente al nearshoring, fortalecer la captación de inversión y darle mayor viabilidad en el largo plazo a esta oportunidad de crecimiento económico.
Eficiencias (y México)
El índice de desempeño logístico (LPI) desarrollado por el Banco Mundial considera la eficiencia de las aduanas y del proceso para ingresar las mercancías; la idoneidad de la infraestructura comercial y de transporte; la competencia y calidad de los servicios logísticos.
Además, toma en cuenta la localización y rastreo del cargamento; la facilidad para acordar precios competitivos internacionalmente; así como la puntualidad con la cual el consignatario recibe el embarque.
El LPI de México en 2023 es de 2.9 puntos de 5, por debajo de China, que alcanza 3.7, y superado en América Latina por Brasil, Perú y Chile, en tanto que Canadá obtiene 4 y Estados Unidos 3.8.
En comparación con la medición previa del LPI de 2018, nuestro país ha descendido 15 lugares, del 51 al 66.
Las aduanas son el componente que tiene el mayor impacto negativo sobre la puntuación del LPI de México, lo cual representa una buena oportunidad de mejora en el corto plazo, simplificando procesos tal vez mediante la digitalización.
Hasta 72 horas
La cercanía es una de las mayores ventajas logísticas de México, a pesar de los desafíos del sector, un remitente puede trasladar carga en la modalidad LTL (consolidada) a Estados Unidos entre 48 y 72 horas.
La disponibilidad de espacio en bodegas para almacenar y distribuir mercancías cerca de la frontera, no obstante, también es una restricción para las actividades logísticas asociadas al nearshoring.
En algunas zonas como Monterrey, Ciudad Juárez y Tijuana, por ejemplo, se ha reportado solo un 2% de capacidad de almacenaje libre.
Por tanto, la ventaja geográfica por si sola no asegura la atracción de inversiones y la potenciación del nearshoring.
Retos
La mayor parte de la movilización de mercancías en México se realiza por carretera. Esta vía enfrenta un riesgo creciente de inseguridad, lo cual repercute también en costos.
Lo anterior hace indispensable la planeación de rutas para tornar menos predecibles los itinerarios, la implementación de monitoreo GPS y contratación de seguros para mitigar ese tipo de riesgos asociados.
La escasez de mano de obra calificada en autotransporte representa una restricción adicional, de acuerdo con la CANACAR el déficit de operadores supera los 50 mil, en tanto que hay 30 mil unidades inmovilizadas por falta de conductores.
La complejidad de los servicios logísticos requiere altos grados de coordinación entre el remitente, transportista y consignatario, por ello es cada vez es más necesario implementar procesos de big data, IoT (internet de las cosas) e inteligencia artificial, lo cual a su vez implica conectividad de mayor calidad.
No obstante, de acuerdo con la medición del Índice de Adopción Digital (DAI) del Banco Mundial, que clasifica la utilización de tecnologías digitales por parte de los actores clave en una economía -personas, negocios y gobierno- México se encuentra por debajo no solo de Estados Unidos y Canadá, sino de algunos países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Chile y Colombia.
Un proyecto que puede contribuir notablemente a mejorar la infraestructura logística mexicana y al nearshoring en general es el Corredor Transístmico juntamente con los estímulos fiscales decretados por el gobierno federal recientemente.
Podría presentar una alternativa ante las dificultades que enfrenta el Canal de Panamá debido a la sequía ocasionada por el cambio climático.
Aunque el sistema logístico de México tiene las ventajas de tiempos más cortos de entrega, reduciendo los costos de inventario y la flexibilidad para atender los cambios en la demanda, aunado a un costo logístico en general muy inferior al de China.
De acuerdo con reportes del Banco Base estas diferencias han ido disminuyendo. Hacia adelante, subsisten algunos retos para que nuestro país pueda beneficiarse plenamente de la oportunidad de crecimiento que representa la relocalización de las cadenas productivas.
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