Inauguran el restaurante Tarumba

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Un hilado de poesía, gastronomía y cultura en el corazón de San Cristóbal de las Casas 

Por Vicente Gutiérrez

En 1956, el poeta chiapaneco Jaime Sabines publicó “Tarumba”, un poemario aclamado que se ha convertido en un referente de la literatura latinoamericana. Inspirado por esta obra emblemática, el restaurante Tarumba, ubicado en San Cristóbal, rinde homenaje a la riqueza cultural de la región y establece un vínculo entre la poesía y los sabores auténticos de este encantador Pueblo Mágico.

Bajo la dirección del chef Jorge Gordillo y su equipo, Tarumba enlaza conocimientos ancestrales para crear platillos que exaltan la gastronomía chiapaneca y expresan el orgullo de su gente, sus raíces, sus lenguas y su legado”.

Este lugar encarna el concepto de una cocina honesta y arraigada en sus orígenes. Utilizando productos locales que se encuentran diariamente en el mercado, el chef rescata recetas tradicionales de las madres y abuelas que han cocinado durante toda su vida, hilando historias a través de cada plato. 

“¿K’uxi avo’onton?: ¿Cómo está tu corazón?” Así es como la gente se comunica en Tarumba, de corazón a corazón. Al sentarse en la barra, los comensales son recibidos con esta pregunta, marcando el inicio de una experiencia única. 

Los frijoles, el pescado, las tortillas hechas a mano en comal de barro, las salsas preparadas en molcajete; cada elemento está intrínsecamente ligado a la cultura chiapaneca. Además, durante la experiencia culinaria, doña Irma conversa en su lengua materna, el Chol, y Cristina en Tzotzil, aportando aún más historias en lenguas originarias. 

Acompañando los alimentos, se encuentra la coctelería de autor, donde el alma de los tragos reside en el pox artesanal, producido por la familia de Cristina, colaboradora del restaurante. Elaborado con salvado de trigo y piloncillo, esta bebida espiritual y medicinal alegra el alma, según la gente de la región. 

La esencia de Tarumba reside en su gente con Rosi, Irma, Cristina, Manuel y más de 24 colaboradores llegan diariamente al restaurante  para preservar y enaltecer sus raíces, defendiendo su lengua y compartiendo su esencia en cada exquisito manjar que se sirve en sus mesas.